Ya instalados en el tiempo de las precampañas para la renovación de la Presidencia de la República, lo más relevante de los días subsecuentes fue el nombramiento de quienes van a encabezar las mesas de trabajo sectoriales. Y es que los perfiles de quienes atenderán y serán enlace con los productores del sector primario, advierten más incertidumbre que luminosas expectativas.

Por ejemplo, en el equipo del Frente Amplio, encabezado por Xóchitl Gálvez, los nombramientos de las mesas temáticas se dieron después de que el ex secretario general de la OCDE, José Ángel Gurría, presentara el documento “Hacia un Programa de Gobierno”. Si bien los nombramientos no fueron resultado de los mejores perfiles derivados de este estudio, si se vislumbra que en la coalición de oposición el campo será abordado desde una óptica más economicista: como verdadero sector que aporta al PIB nacional y que la línea de política pública podría ser la restitución de los mecanismos de apoyo a la producción.

En este marco, se pudo conocer que mientras el Comité de Enlace con el Campo -entiéndase con el sector social- recaerá en la responsabilidad de la dirigente cenecista Leticia Barrera Maldonado, la coordinación de las Mesas Temáticas para el Campo, estará a cargo del sinaloense Mario Zamora Gastélum -ex titular de la Financiera Rural- y la mesa de Desarrollo Rural estará a cargo del perredista ex gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles Conejo.

En este punto, algunas voces comienzan a advertir que la conformación de los equipos de trabajo de Xóchitl Gálvez, responderían únicamente a la cobertura de cuotas partidistas y no a dar respuesta a las demandas de la sociedad civil. Además corrobora la impronta de que el campo nunca ha sido considerado estratégico en el panismo.

Por lo que hace a la banqueta de enfrente, es decir, la candidata del oficialismo, Claudia Sheinbaum, también nombró al encargado de establecer lazos y mesas de trabajo con el sector rural. Coincidentemente, esta responsabilidad también recaerá en un sinaloense: el ingeniero agrónomo y doctor en Ciencias Sociales, Julio Antonio Berdegué Sacristán, quien hasta agosto de 2022 se desempeñó como subdirector general y representante regional de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

En contra de Berdegué juega el que nunca ha ejercido un cargo público ni a nivel estatal ni nacional. Llama la atención además que su principal línea discursiva en la FAO fue señalar la equivocación de los gobiernos en el combate a la pobreza rural y alimentaria. El señalamiento en contra del equipo de Sheinbaum es que la mayoría son académicos que nunca se han desempeñado en cargos del ejercicio público.

Salvo las coincidencias de nombrar sinaloenses al frente de los trabajos para el campo de ambos equipos de campaña, lo cierto es que las visiones que construirán las políticas públicas del sector parecerían diametralmente opuestas.

Mientras todo apunta que de parte del Frente Amplio, Zamora Gastélum hará mancuerna con el ex gobernador michoacano Silvano Aureoles para impulsar la producción primaria como un factor de la economía nacional, del lado de la candidata oficial, la cuota de Berdegué y su discurso para paliar el hambre y la pobreza, obedece a la cercanía de AMLO con Berdegué padre, reconocido hotelero sinaloense. Además, como si existieran las coincidencias, el nombramiento de Berdegué se empata con la cesión de derechos de 500 hectáreas que hicieron sus hermanos para el tren maya en la península de Yucatán, con el pretexto de destinarla a una reserva de manglares. Todo muy conveniente.

Lo cierto es que los perfiles designados en los equipos de campaña para encabezar los trabajos en torno al campo son muy cuestionables y todo apunta a que no lograrán ni de lejos, cubrir las expectativas de quienes viven y trabajan en el campo.

Baste recordar las trayectorias de los personajes. Zamora Gastélum, priísta de hueso colorado y descendiente de familias de rancio abolengo azucarero y casado con la heredera de un imperio de mangos de exportación, no ha demostrado ni la empatía, ni el carisma para hablar con los productores más desfavorecidos. Si bien, ha mantenido reuniones con pescadores y ha llevado exhortativas a la tribuna de la Cámara Alta para presionar a acciones del gobierno sinaloense para combatir la sequía, su visión es ni con mucho lo que requiere un secretario de Estado de un sector estratégico como el primario.

De manera complementaria, Silvano Aureoles es solo una cuota de comparsa, luego de haber sido vilipendiado por su gris desempeño al frente del gobierno michoacano, donde los cuestionamientos no fueron pocos.

Por otro lado, en el equipo de la candidata morenista, las cosas tampoco pintan con esperanza. Además de que la trayectoria y desempeño real de Berdegué son poco conocidas en el país, su paso por la FAO no ha sido particularmente brillante, por lo que lanza más señales de incertidumbre que de expectativas. Paradójicamente, ese desconocimiento de la trayectoria de Berdegué podría ser una fortaleza respecto a Zamora Gastélum y Aureoles Conejo, quienes tendrían más elementos de crítica.

Lo anterior se refuerza con el hecho de que en ninguno de ambos equipos se ha dejado vislumbrar la ruta de políticas públicas para los sectores productivos y social. Ambas candidatas solo se han ido por generalidades, críticas y defenestración sin oferta clara de sus propuestas de gobierno.

Las lecturas respecto a las designaciones de los equipos de campaña para la atención al campo, advierten que la conformación obedece más a cuotas políticas y prebendas que a una verdadera vocación para resolver los grandes problemas del país.

¿Será que tendremos más de lo mismo? Solo resta esperar a conocer las propuestas de políticas públicas para el sector.