A seis meses de las elecciones, la deriva autoritaria es imparable. Dos eventos así lo confirman: la decisión de López Obrador de eliminar los órganos autónomos y la destitución del presidente del Tribunal Electoral Reyes Rodríguez.

Los órganos autónomos como el INE, el INAI, la Comisión Nacional de Derechos Humanos, el Banco de México o la Comisión Nacional de Telecomunicaciones fueron creados para poner frenos y contrapesos al presidencialismo.

López argumenta que son caros e inútiles. Que deben desaparecer para dar ese dinero al “pueblo.”  Lo que le molesta, en realidad, es su autonomía, ser un obstáculo al proyecto despótico que encabeza.

AMLO añora el pasado autoritario. Quisiera que el INE volviera a depender de la Secretaría de Gobernación para meter la mano en los procesos electorales. Anhela la desaparición del Instituto Nacional de Transparencia para impedir que salga a la luz pública la podredumbre del régimen.

El presidente, como él mismo lo reconoció, no tiene la mayoría calificada para que su reforma sea aprobada, pero su propuesta es una señal más de la radicalización con la que piensan gobernar si ganan las elecciones.

Con la creación del IFE, hoy INE, inició una camada de órganos ciudadanos. Su nacimiento respondió a la demanda social de tener elecciones legítimas y creíbles, manejadas por expertos sin militancia partidista. Lo que busca López es poner fin a esas conquistas democráticas y sustituir a ciudadanos por “mapaches.”

López quiere revertir una era eminentemente ciudadana para regresar a los tiempos de la dictadura perfecta, de partido único y donde toda la esfera pública quede presa bajo el puño del tirano.

La destitución del presidente del Tribunal Electoral, Reyes Rodríguez, es otra señal ominosa. Se produce a seis meses de las elecciones presidenciales, se le expulsa con el argumento de que no es confiable para colocar en su lugar a un aliado de Morena.

El objetivo es más que evidente: el gobierno quiere apoderarse y tener bajo su control al órgano que tocará calificar las elecciones presidenciales.

Importante lo que señala la experta electoral María Marván: ¿Por qué Morena busca deslegitimar al Tribunal cuando todas las encuestas dicen que aparentemente Claudia Sheinbaum tiene la posibilidad de ganar la presidencia?

Y dice más: “¿Por qué se oponen a tener tribunales electorales completos?”.

La respuesta es simple: porque el triunfo de Morena no está asegurado y prevén convertir el 24 en un conflicto postelectoral que se tenga que resolver en tribunales débiles sometidos al régimen.

López Obrador busca despojar a los mexicanos de sus derechos constitucionales, de su derecho a votar libremente y de que su voto sea respetado. Con el intento de eliminar los órganos autónomos, cooptar al Tribunal Electoral y “tomar” a la Corte se prepara el gran asalto al 24.

@PagesBeatriz

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