Lanzadas en la década de los años 70 del siglo pasado, las misiones Voyager han logrado imponer algunos récords en lo que se refiere a la exploración espacial, siendo el primero –y uno de los más importantes– la gran cantidad de información enviada en su recorrido por el sistema solar.

Pero el dato que está llamando la atención en estos años, y generando múltiples comentarios –así como especulaciones– es la ubicación que tienen en estos momentos: la Voyager I está dejando atrás el sistema solar adentrándose en lo que se conoce como nube de Oort, una nube de cometas muy distante que rodea el sistema solar –como se apunta en Wikipedia–, zona que deberá atravesar para entrar en el espacio profundo.

La Voyager II está a unos años de recorrer el mismo trayecto, pero ambas naves se convertirán en simples equipos muertos por acabarse el material nuclear usado en la generación de la electricidad necesaria para el funcionamiento de los equipos que llevan a bordo, entre los que se encuentran los encargados de enviar información a la Tierra.

No obstante, las dos naves Voyager han escrito varias de las páginas más importantes en la historia de la exploración espacial, incluso han inspirado películas de ciencia ficción, como fue el caso de la primera entrega de la saga Star Trek en la década de los años 80.

Sin duda se trata de una de las misiones que ha marcado el esfuerzo humano por conocer tanto a nuestro sistema solar como lo que hay más allá del mismo.