El año 2023 fue intenso, reportó en su trayecto violencia, desacuerdos y la sustitución del debate por discusiones sin rumbo en la mayoría de los casos, no hay un clima sosegado y si muchas expectativas políticas para el 2024.

La principal asignatura pendiente es resolver el asunto de la alta incidencia delictiva, nuevos planes y proyectos que incidan para cambiar, drásticamente, la narrativa que se desprende de la inseguridad, este es un tema de capital importancia cuya atención no debe postergarse porque los daños han sido cuantiosos en vidas humanas.

No disminuye la polarización entre los actores políticos, al contrario, es la constante en los últimos cinco años y obviamente el año 2023 lo registró en innumerables ocasiones, digamos que fue lo cotidiano, discursos predecibles para acentuar una visión maniqueísta que solo observa dos polos, es decir los buenos contra malos aunque sin mayor sustancia, la pirotecnia de los adjetivos, una insoportable levedad.

Este año 2024 es de una jornada electoral de grandes dimensiones porque se trata en muchos casos de comicios concurrentes, por ello el calentamiento del ecosistema político continuará a la alza porque quienes aspiran a suceder al presidente Andrés Manuel López Obrador están trabajando sus proyectos y se habrán de contrastar propuestas a las que se habrán de sumar las descalificaciones que se antojan predecibles.

Morena se mantiene como una expresión que es más un movimiento social que un tradicional partido político, muestra su fortaleza que en gran medida descansa en el presidente Andrés Manuel López Obrador, los ejercicios de medición apuntan al triunfo de esta formación, la oposición no se ha consolidado y se advierte complicado que lo haga, son más yerros que aciertos.

A últimos días se ha dado una desbandada al interior del Partido Revolucionario Institucional, ex militantes de esa organización, venida a menos con una equívoca dirigencia nacional. Algunos destacados ex militantes del tricolor ya transformaron sus convicciones y ya son parte de Morena aunque algunos de ellos cuestionaban, severamente, en su momento a la actual aspirante presidencial de Morena Claudia Sheinbaum. Es un retrato de la condición humana, búsqueda del poder que nos hace recordar las tesis maquiavélicas que establecen que no importan los medios sino el objetivo final.

El año 2024 será intenso en el terreno político, bien vale la pena no sucumbir ante el fanatismo que suele llevar a la violencia, la política es antítesis de la misma porque pondera los acuerdos y las discrepancias tomando como punto de partida la civilidad, ello implica hacer más y mejor trabajo para superar escollos a través del diálogo y la norma si apelamos a un verdadero estado de derecho.

Esperamos que los debates políticos sean refrescantes, muchos actores buscarán su reelección aunque sus trayectorias no sean las mejores, algunas figuras tienen décadas instaladas en la ubre del erario público y son predecibles porque es su naturaleza.

Aunque tenemos males en gran cantidad tampoco se extinguen los mejores deseos para un futuro cercano con el arribo del año 2024, las esperanzas aquí están para recordar que si es posible un mejor momento.