Maquiavelo fue un conocedor de los clásicos, sobre todos de los latinos. Conocía a fondo la obra de Tito Livio, tanto que escribió sus Discursos con base en ella. También conoció la obra de Cicerón (Discursos I, 33; I, 52 y Di fortuna). Al parecer no conocía a fondo a Aristóteles Né so quello si dica Aristotile delle republiche divulse; … (No sé qué diga Aristóteles sobre las repúblicas dispersas …” (Carta de N. Maquiavelo a Francesco Vettori de 26 de agosto de 1513).

La lectura de las obras de Maquiavelo, en general, exigen atención y cuidado; el estudio De principatibus, en particular, requiere de concentración y meditación.

En esta colaboración aludo a una particularidad: algunos aspectos de su estilo literario; éste, finalmente, deriva en lo que pudiera denominarse como la prosa de Maquiavelo.

 

Párrafos iniciales y finales con verbos

De principatibus, como muchas grandes obras, comienza con un verbo: “Sogliono, el più delle volte, …” (Suelen, las más de las veces, …). El capítulo final, el XXVI, también comienza con un verbo: “Considerato, adunque, …” (Considerando, pues, …). La obra, en general, y el capítulo XXVI, en particular, terminan como comenzaron: con un verbo, cita el verso de Petrarca: “… nell´italici cor non è ancor morto.” (… en el itálico corazón aún no ha muerto.).

El capítulo IV comienza: “Considerate le …”. El X se inicia: “Conviene avere …” El XI: “Restaci solamente, …”; el XII “Avendo discorso …”; el XIV “Debbe, adunque, ”. Los dos párrafos que integran el capítulo XV de la misma obra comienzan con un verbo: “Resta ora a vedere …” y “Lasciando, adunque, …”; el capítulo XVI comienza: “Cominciandomi, adunque, …” El XVII: “Scendendo apresso …”

En el estudio introductorio que precede a la traducción de De principatibus, hicimos notar que una vez que su autor dio por terminada su obra, algunos capítulos fueron engrosados por Maquiavelo; un caso es el capítulo XIX, que originalmente terminaba en el versículo 15, pues éste comienza; “Concludo, pertanto, …”, en una primera adición, se agregaron los versículos 16 a 21; éste comienza “Di nuovo concludo …” A pesar de ese doble final, en un segundo engrose, se agregaron los versículos 22 a 68, lo que hace que este capítulo, a base de engroses, sea del más largo de toda la obra. El versículo 22 comienza también con un verbo: “Parrebbe forse a molti, …”.

Maquiavelo, en su Della`arte della guerra, obra que, cuando menos en Occidente, fue pionera en la materia, comienza: Hanno, Lorenzo, molti tenuto e tengono questa opinione: … (“Han, Lorenzo, muchos tenido y tienen esta opinión: …”).

Del mismo modo la Minuta di provvisione per la Riforma dello Estato di Firenze l’anno 1522, también comienza con el mismo verbo: “Considerando i nostri Magnifici et Excelsi Signori …”

El documento, que llega a nota roja, que Maquiavelo envió a la señoría de Florencia para informar de los hechos que el duque Valentino, hijo del papa Alejandro VI, llevó a cabo el 31 de diciembre de 1502 y que se conoce como: Descripción del modo adoptado por el duque Valentino para asesinar a Vitellozo Vitelli, Oliverotto de Fermo, el señor Paulo y el duque de Gravina Orsini, también comienza con un verbo: “Era tornato el duca Valentino di Lombardía, …” (Había regresado el duque Valentino de Lombardía…).

Alguien dirá que es propio de los autores antiguos y, sobre todo de los considerados clásicos, recurrir al uso del hipérbaton. Ello es cierto, pero en la obra de Maquiavelo, sobre todo en De principatibus, es importante observar el lugar en dónde coloca el verbo. Frecuentemente altera el orden de las palabras con el objeto de resaltar lo que él considera más importante: la acción, dejando en un segundo plano a quien la realiza.

En otros casos, como sucede en el capítulo VIII, 21, para jugar con el suspenso, pone el verbo al final: “… fu insieme con Vitelllozzo, il quale aveva avuto maestro delle virtù e scellerattezze sua, strangolato.” (… fue, junto con Vitellozzo, a quien había tenido como maestro de sus virtudes y maldades, estrangulado.)

El informe que Maquiavelo rindió a la señoría de Florencia y al que se ha hecho mención anteriormente, también concluye con el mismo verbo: “… ad Castell della Pieve furono anchora loro nel medisimo modo strangolati.” (… en el Castillo de la Pieve fueron también, del mismo modo, estrangulados.”

 

Con al adjetivo todos

Algunos textos de Maquiavelo, como una forma de generalizar, se inician con el adjetivo todos; así se inicia el capítulo primero de De principativus. Ese texto de Maquiavelo es perfecto en muchos sentidos: concreto, claro, lapidario y sin desperdicio: “Tutti gli stati, tutti e`dominii che hanno avuto hanno imperio sopra gli uomini, sono stati e sono, o republiche o principati. …” (Todos los Estados, todos los dominios que han tenido y tienen imperio sobre los hombres, han sido y son repúblicas o principados. …).

El capítulo II tienen las mismas características. En ellos se observa la concisión y lo lapidario del estilo de Tácito:

“La ciudad de Roma estuvo al principio bajo el poder de reyes; la libertad y el consulado los estableció Lucio Bruto. Las dictaduras se adoptaban con carácter temporal; tampoco la autoridad de los decémviros duró más de dos años, ni mucho tiempo la potestad consular de los tribunos militares. No fue larga la dominación de Cinna, como no lo fue la de Sila; …” (Anales, libro I, 1, Gredos, p. 44).

El texto Parola da dirle sopra la provisione del danaio, facto un poco di proemio et di scusa de 1503, se inicia también con el mismo adjetivo: “Tucte la città la cuali mai per alcun tempo si son governate per príncipe soluto, … “

 

Economía de palabras

Los clásicos enseñaban que la economía de verbos da elegancia a un texto; lo mismo pasa cuando un verbo tiene dos sujetos o complementos. Maquiavelo observa esa regla:

Di poi ando a trovarlo in Francia, e li tolse lo stato e la vida. (A continuación fue a buscarlo a Francia, y le quitó el Estado y la vida. De principatibus, XIX, versículo 45).

… infastidito della crudeltà sua, e per vederli tanti inimici temendolo menos, lo ammazzò. (… fastidiado de su crueldad, y por verle tantos enemigos, temiéndolo menos, lo mató. De principatibus, XIX, versículo 57).

 

Dos sujetos y dos verbos

Ed essendo odiato dall´una parte e disprezzato dall´altra, fu conspirato in lui, e morto. (Y al ser odiado por una parte y despreciado por la otra, se conspiró contra él y fue asesinado. De principatibus, XIX, versículo 52).