Cada que inicia un nuevo año se tejen muchas expectativas, en gran medida de la mano de la esperanza, en todos los ámbitos desde la política hasta asuntos familiares y metas personales, también ha sido ya una tradición comenzar con la llamada cuesta de enero que refleja la carestía de productos básicos.

Este año recién iniciado tiene diversas expectativas en materia política porque el mes de junio se elegirán los nuevos representantes populares, lo cual significa infinidad de actos propagandísticos, encuestas al por mayor, ilusionados y desilusionados respecto a los resultados que se habrán de registrar en la mega contienda electoral.

Estamos plagados de encuestas, es una herramienta cada vez más utilizada aunque en los últimos años muchas han sido fallidas, como sucedió en su momento con la victoria de Enrique Peña Nieto porque se pronosticaba un triunfo arrollador que no tendría dicha magnitud.

Estamos en las precampañas que suelen ser repetitivas, cada partido activó sus procesos al interior en la mayoría de los casos con las alianzas pragmáticas que cada vez suelen ser más recurrentes aunque en el fondo esos socios de ocasión difieran, teóricamente, en sus agendas programáticas y registren diferencias de fondo y forma, aquí el hecho destacado es que procuran ser competitivos aunque no siempre se logra el objetivo en el bloque opositor a Morena, en los últimos comicios ha resultado ganador el partido guinda casi siempre.

Al iniciar el año 2024 también se enciende la esperanza de que tengamos otros modos y formas de hacer política, es decir que se privilegie el talento, la claridad en cuanto a propuestas, se entiende que la oposición estará en contra de casi todo lo que deriva del gobierno de la 4T, aunque ello no entraña novedad alguna.

Más que ideologías los partidos van por el poder porque para ello fueron inventados, es la opción pacífica y encuadrada en la legalidad para ello, cualquier manual de teoría política lo señala desde el origen de estos en Inglaterra o las facciones liberal y conservadora en el inicial México independiente, a la fecha vivimos en nuestro país una división evidente, la crispación ganó terreno en los últimos años, se ocupan propuestas creíbles, serenas y verosímiles. La demagogia nunca será útil porque es buscar persuadir a través del engaño.

Algunos temas son puntuales, demandan una atención urgente como lo es el de la inseguridad pública, la aplicación de la norma y se detenga el baño de sangre que se ha registrado en diversos puntos del país, también el tema de la creciente desaparición de personas, estos puntos disminuyen la credibilidad en las autoridades porque en el fondo lo que no se ha corregido es la impunidad, esto afecta sensiblemente al estado de derecho.

Al final de los comicios será interesante saber si algunos partidos desaparecen, no hay tanta diferencia de unos con otros porque la apuesta es al corto plazo, tenemos por lo regular a las mismas caras porque muchos de sus dirigentes hablan de la nueva política o la renovación social aunque muchos de ellos tengan décadas sirviéndose de los dineros públicos.