Hoy el contexto bélico

Siguen las guerras, haciéndose regional, escribe en Siempre Bernardo González Solano, la que libra Israel contra el grupo terrorista Hamás, en la que ambos compiten en asesinatos y violencias, y amenaza extenderse a Líbano e incendiar Medio Oriente. Mientras, Sudáfrica demanda a Israel ante la Corte Internacional de Justicia por el delito de genocidio contra los palestinos, a pesar de que el 20 por ciento de los ciudadanos de Israel son palestinos con derechos reconocidos. Sin embargo, algunos ministros del impresentable gobierno Netanyahu, como el de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, exigen “limpieza étnica” y, por otro lado, Israel podría ser acusado de crímenes de guerra -independientemente de los crímenes que comete Hamás-. Por cierto, el prestigioso medio español de análisis internacional, “El Orden Mundial”, nos recuerda que el grupo terrorista Hamás recibió en sus inicios apoyo del gobierno hebreo, con la perversa finalidad de dividir al movimiento palestino.

En otro frente de guerra se hacen más graves los ataques de insurgentes hutíes, apoyados por Irán, contra buques occidentales en el Mar Rojo, lo que está ya dando lugar a acciones militares estadounidenses y británicas contra esos rebeldes, en tanto que la Unión Europea discute la creación de una misión naval para restaurar la seguridad de la navegación en el Mar Rojo. Respecto a la guerra de agresión rusa contra Ucrania no se le ve salida y expertos diplomáticos, como Claude Heller, consideran que será larga y “Rusia no escapará a los altos costos de una guerra de desgaste que impacta a la economía y la sociedad con más de 315.000 víctimas de sus fuerzas armadas.” Y hay también guerra en Libia, Siria, Yemen, Azerbaiyán contra Armenia, guerra civil en Etiopía, en África, con el Sahel “incendiado” por el terrorismo islámico. Hasta en Latinoamérica se ha dado un conato de enfrentamiento entre Venezuela y Guyana en torno a la soberanía sobre el territorio Esequibo, rico en petróleo.

Me detengo en Myanmar – Birmania, comentando que en medio de la guerra que libran minorías étnicas y religiosas -los musulmanes, perseguidos- contra una sanguinaria dictadura militar genocida, nada se sabe de Dame Aung Saan Suu Kyi, heroína de la democracia en su país -al margen de alguna torpeza que cometió por inexperiencia política- que los militares derrocaron, apresaron, juzgaron y condenaron, “indultaron” y la han desaparecido. Sin que el mundo vuelva a interesarse en ella.     Por otra parte, de acuerdo a Blas Moreno, codirector de El Orden Mundial, ya mencionado, la dictadura birmana puede caer.

Más del “Año de urnas”

Aludí en mi artículo anterior a elecciones importantes en este “Año de urnas”, entre ellas por supuesto a la de México, y hoy considero interesante detenerme, en primer lugar, en la del sábado 13 de enero en Taiwán, con el triunfo de Lai Ching Te, del Partido Demócrata Progresista (PDP), independentista y, en consecuencia, aborrecido por China. El PDP superó al Kuomitang, formación partidaria del diálogo con Pekín, y retiene por tercera vez la presidencia, lo que, a pesar de la ira de China de la que además fue destinatario Estados Unidos, no es previsible -según los analistas- que pase a mayores. El resultado -añaden- fortalece la democracia de este pequeño país, que es, además, el primer productor de semiconductores, esenciales para la industria digital.

Me refiero también a Guatemala cuyo presidente electo, Bernardo Arévalo, tomó posesión en la medianoche del 14 de enero, a pesar del impedimento a través de toda clase de obstáculos por parte de mafias políticas de corruptos. Nuestro vecino Guatemala, hermano entrañable de México, después de años de padecer gobiernos incompetentes, corruptos y mafiosos, aspira, bajo la conducción de este mandatario, prestigiado político, diplomático, con grado académico de doctor, de izquierda moderada, a la justicia y al desarrollo del país.

Acosado como está el presidente Arévalo por élites políticas y económicas, coludidas de largos años en un “pacto de corruptos”, requiere, además de la defensa de sus compatriotas, de apoyo internacional, como ya se lo han brindado Estados Unidos, la Unión Europea, España, Chile y Colombia y requiere ya, por obvio imperativo de justicia, hermandad y pragmatismo, el apoyo ostensible -y efusivo- de México.

Concluyo mis referencias a las elecciones de este año mencionando primero a las elecciones del Parlamento Europeo en junio -aparte de citas electorales en alguno de los países de la Europa comunitaria- que producen inquietud por el fortalecimiento de partidos y líderes de ultraderecha, ya sin el “cordón sanitario” que en el pasado no tan remoto la izquierda y derecha moderadas, al lado del centro y, desde luego la socialdemocracia, habían acordado para impedir el acceso de ultras a los órganos de la UE.

Veremos qué sucede en los comicios y si miembros de formaciones como Alternativa para Alemania, Agrupación Nacional (Rassemblement National) de Francia, Vox, de España y Partido de la Libertad, del peligroso holandés Geert Wilders ¡que reaparece!, llegan al Parlamento. No menciono a Hermanos de Italia de la primer ministra Georgia Meloni porque me parece que ésta trata de correrse al centro, aunque conserve sus querencias ultra.

Comento en segundo lugar el triunfo de Donald Trump, arrasando en el caucus -elecciones para la nominación como candidato presidencia-de Iowa a sus contrincantes el gobernador de Florida Ron DeSantis y Nikki Haley, exembajadora ante la ONU y exgobernadora de Carolina del Sur, para mi el “mal menor” como candidata, ¡pero la derrotó DeSantis! Pero, volviendo a Trump, adelantándome diré que si llega a ser candidato y es reelecto presidente, no es exagerado que decir: Apocalypse now!, para la democracia en Estados Unidos, para México, que será ofendido y presionado por mil razones, y para el mundo, aunque quizá -dice algún comentarista- algo haya aprendido para gobernar.

Lo cierto es que a la Unión Europea nada le gusta el retorno del magnate neoyorkino al poder, y el primer ministro belga lo expresó con claridad meridiana al afirmar “Si el 2024 resulta ser otro ‘América primero’, entonces más que nunca tendremos una Europa sola. No deberíamos temer esta perspectiva, deberíamos abrazarla construyendo una Europa sobre unos fundamentos más sólidos, más fuertes, más soberanos, más autónomos”; y la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, añadió: “Si sacamos lecciones de la historia, la forma en que gobernó durante los cuatro años de su mandato es una clara amenaza para la economía europea… su compromiso con la OTAN o la lucha contra el cambio climático”.

 

Potencias medias y México

Es creencia general entre expertos que analizan las relaciones internacionales la de que, al lado de las potencias que contienden por la primacía mundial -en primera instancia Estados Unidos y China- irrumpen en el escenario potencias regionales, “potencias medias”, potencias que pretenden -y quizá lo estén logrando- encabezar al Sur Global. Por lo pronto, Antonio Guterres, secretario general de la ONU, habló en el Foro Económico Mundial, en Davos que se realiza cuando escribo este artículo, del riesgo de un mundo “caótico”.

Mundo “caótico” en el que aparecen “potencias medias” que se relacionan sin complejos, tanto con Estados Unidos como con China o Rusia: son los BRICS (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica más Saudi Arabia, Emiratos. Egipto. Irán y Etiopía.

¿Y México? Socio comercial por excelencia de Estados Unidos. Con el reto de proteger a compatriotas y de crear con ellos un Lobby mexicano (irlandeses y judíos tienen) que defienda los intereses de los mexicanos allá y llegue a ser un grupo de presión a favor de los intereses de México. Echar a andar la estrategia de desarrollo del sureste y Centroamérica (Triángulo del Norte: Guatemala, El Salvador y Honduras) con recursos multimillonarios de Washington, diplomacia mexicana con jefes de Estado centroamericanos -hoy dos de centro izquierda. Contribuiría a reducir la migración a Estados Unidos. Revitalizar la Alianza del Pacífico. Recuperar el diálogo político con España -las relaciones económicas son de gran calado y las culturales espléndidas- y fortalecerlo con la Unión Europea… y, the last, but no the least, reconocer al Estado Palestino, como lo propone uno de los planes de política exterior para el próximo gobierno.