En un contexto en el que la sequía genera preocupación cotidiana, en donde la falta de agua potable en muchas ciudades es un tema de discusión constante, para muchos la solución es algo sencillo: hacer agua, en particular si la fórmula, H20, es de sobre conocida y tanto el hidrogeno como el oxígeno abundan en nuestro planeta.

Muchos de los que piensan así olvidan un pequeño detalle, la energía implicada en el proceso, misma que podría hacer estallar al laboratorio en el que se intente fabricar agua, y que haría demasiado caro esto, a pesar de la necesidad apremiante que tenemos.

La energía que se liberaría en el proceso, a pesar de que se consideren inocuos a los elementos involucrados, puede ser tan poderosa que es aprovechada para impulsar a los cohetes que se envían al espacio para colocar satélites en órbita.

El oxígeno y el hidrogeno son parte de los combustibles que se utilizan en los cohetes para la exploración espacial, gracias a la energía que producen cuando son utilizados.

Así que, aunque conocida la fórmula y con los elementos para convertirlos en agua en abundancia, el proceso no es tan sencillo y las posibilidades de liberar una gran cantidad de energía son enormes, algo que hace inviable esto, a pesar de la necesidad que se tiene del vital líquido.

No nos queda más que reparar las fugas y ahorrar agua, además de pensar en otras alternativas ante la crisis que tenemos en este tema.