¿La injerencia del Presidente Andrés Manuel López Obrador en el proceso electoral, a través de sus declaraciones en sus conferencias mañaneras, pueden ser un factor para anular la elección? La respuesta a esta pregunta no puede ser frívola o electorera. Es una cuestión que ronda como un fantasma en las mesas y reuniones de expertos en derecho electoral, de exconsejeros y principalmente, en los pasillos del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

Para Morena, el gobierno y el propio Presidente, se trata del simple ejercicio de la libertad de expresión, establecido en la Constitución y las leyes. Que la exigencia de la neutralidad a los gobernantes y servidores públicos no es tal.  Que las prohibiciones y sanciones del INE y del Tribunal al Presidente son censura y que las autoridades electorales son la nueva inquisición. Es más, que, si prohíben la mañanera, AMLO hará la matutina.

Para la oposición las declaraciones del Presidente son una clara, sistemática y reiterada injerencia en el proceso electoral, una de las formas que adquiere la elección de Estado en curso. Que constituye un delito porque se desvían recursos y se realiza propaganda a favor de los candidatos de Morena o se ataca a los candidatos o personas de la oposición.

Hace unas semanas, la presidenta del Tribunal Electoral, Mónica Soto, advirtió que el organismo a su cargo tomará nota de cada irregularidad que se presente en la campaña y la jornada electoral, como la posible intervención de servidores públicos de cualquier nivel, a fin de calificar la elección presidencial. ¿Qué significan estas palabras?

Aclaró que el catálogo de sancionados no sólo se refiere a la posible intervención del Ejecutivo federal. Dijo que será una herramienta para la calificación de la elección, como cada una de las sentencias que se aprueben. Precisó que la libertad de expresión aplica de forma diferenciada para los servidores públicos.

Ojo. Recuérdese que después de la sentencia del Tribunal no hay mañana en materia electoral y que este órgano jurisdiccional funciona desde hace tres años sin dos de sus integrantes; además, en su seno hay una guerra de intereses y vanidades.

Desde mi perspectiva, las declaraciones del Presidente en sus conferencias mañaneras no son un factor que pudieran llevar a la anulación de la elección, pero no son prudentes, necesarias y menos, convenientes. ¡Qué necesidad o que necedad! Lástima que el entorno presidencial este mayoritariamente integrado por lambiscones, miedosos e incompetentes, que se limitan a decir y repetir: “lo que usted diga, señor Presidente”.

Ante la estrategia de la oposición de anular la elección, la vulnerabilidad del Tribunal Electoral y si la elección llegara a cerrarse en los resultados electorales entre las candidatas a la Presidencia, las declaraciones y sanciones al Presidente por sus palabras en la mañanera podrían considerarse como una injerencia ilegal y determinante de AMLO en el resultado.

Responsabilidad y prudencia son dos valores sustanciales para un estadista. Eso pienso yo, ¿usted qué opina? La política es de bronce.

@onelortiz