Después de angustiante y reñido año y medio de discusiones en el Congreso de Estados Unidos de América (EUA), y de la insistencia del presidente Joe Biden y los parlamentarios demócratas, la Asamblea de Representantes  aprobó, el sábado 20 de abril, uno de los planes de ayuda militar más importantes de los últimos años: para Ucrania, Israel y Taiwán, 95,000 millones de dólares de los cuales 61 mil millones se destinan para el primero de los tres, cuyo territorio fue invadido por tropas rusas desde el 24 de febrero de 2022. En un absurdo intento por disfrazar la invasión, Moscú utilizó el eufemismo de “operación militar especial” que desde su inicio fue  una brutal invasión ordenada por el presidente Vladimir Putin y al paso de los días se convirtió en una guerra que puede desencadenar un conflicto militar internacional de gravísimas consecuencias.

La decisión de la cámara baja estadunidense llega en un momento crítico del conflicto para las fuerzas armadas ucranianas. Kiev sufre una escasez de armamento y de municiones. El presidente Volodimir Zelenski —que recibirá la mayor parte del paquete de ayuda militar aprobado por los Representantes de EUA—, agradeció la decisión de los parlamentarios estadounidenses y dijo que esa asistencia militar y económica “salvaría miles y miles de vidas”. En su cuenta de X, el mandatario escribió: “Estoy agradecido a la Cámara de Representantes de EUA, a ambos partidos (Republicano y Demócrata) y personalmente al presidente de la Cámara Mike Johnson, por la decisión que mantiene la historia en el buen camino”.

El antiguo actor y abogado, que dejó las tablas teatrales por la política, agregó que el proyecto de ley de la Cámara Baja del congreso estadounidense “evitará que la guerra se extienda, salvará miles y miles de vidas, y ayudará a nuestras dos naciones (EUA y Ucrania) a ser más fuertes”. “Sin duda utilizaremos el apoyo de EUA para fortalecerá a nuestras dos naciones poner fin de forma justa a esta guerra. Una guerra que Putin debe perder”, acotó Zelenski.

De acuerdo al procedimiento parlamentario de EUA, el proyecto de ley de los representantes pasaría el martes 23 de abril a la Cámara alta —dominada por los demócratas—, donde no se espera oposición para ser aprobado, según expresó su líder, el senador senior neoyorquino Charles Ellis (Chuck) Schumer.

La aprobación del plan de ayuda militar no fue recibida con el mismo talante por parte del bando ruso. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, aseguró que “la ayuda, que aún debe ser aprobada por el Senado, “enriquecerá aún más a EUA y arruinará aún más a Ucrania, donde morirán aún más ucranianos a causa del régimen de Kiev”. Asimismo, la vocera de Relaciones Exteriores de la Federación Rusa, María Zajarova, manifestó en un mensaje enviado en Telegrama que “ayuda militar al régimen de Kiev constituye un apoyo directo a las actividades terroristas, a Taiwán, una injerencia en los asuntos interiores de China y a Israel, una vía directa para agravar la situación en la zona”.

Aparte de la ayuda para Ucrania, los representantes estadounidenses incluyeron en el proyecto de ley un plan de asistencia para Taiwán, con el claro propósito de contrarrestar “las potenciales amenazas de Pekín”. Formosa, como se llamaba anteriormente a Taiwán, ( en portugués Ilha Formosa: Isla Hermosa), de gobierno autónomo, es considerada por el gobierno chino como una provincia rebelde que es parte de su territorio y por ello quiere reincorporarla a su soberanía. Los ocho mil millones de dólares aprobados por la Cámara baja de Congreso de EUA para Taipei tienen un destino específico: adquisición de submarinos y otros medios defensivos.

La tercera partida del plan de ayuda militar recién aprobado en Washington, incluye 13,000 millones de dólares para Israel. Estos fondos se destinarán a reforzar el escudo antimisiles de Eretz Israel, la Cúpula de Hierro. Además, el plan incluye poco más de 9,000 millones de dólares para atender otras necesidades como la ayuda urgente humanitaria en la Franja de Gaza y otros centros vulnerables en varias partes el mundo.

La aprobación del plan de ayuda requirió una profunda labor política de convencimiento entre los republicanos y demócratas. No obstante, esta tarea agudizó las divisiones entre la bancada republicana moderada y los fanáticos simpatizantes de Donald Trump, por lo que se requirió una sólida mayoría de legisladores de los dos partidos. Aunque suene extraño, en esta ocasión actuaron de consuno el demócrata Chuck Schumer, el republicano Mitch McConnell, y el presidente demócrata Joe Biden, que aseguró promulgar inmediatamente las iniciativas del caso. Y dijo: “En este punto de inflexión crítico —los representantes de los dos partidos—, se unieron para responder el llamamiento de la historia, aprobando una legislación necesaria”.

La réplica rusa fue desafiante. El domingo 21 de abril, Moscú aseguró que pese al nuevo paquete de ayuda militar Ucrania perderá la guerra. El presidente de la Duma (Cámara de Diputados de Rusia), Viacheslav Volodin, escribió en su canal de Telegram: “Esto no alterará la situación en el campo de batalla. El régimen criminal de Kiev será derrotado”.

Además, hay que referir la posición de Donald Trump en esta delicada operación parlamentaria. El estrafalario magnate inicialmente pidió a la bancada republicana evitar dar una victoria legislativa al presidente Biden en el año electoral en curso, pero en los últimos días suavizó su oposición inexplicablemente y apoyó un “préstamo” a Ucrania. De tal forma, al final 311 demócratas y republicanos votaron la ayuda por 60 mil millones de dólares. Sólo 10 mil millones serán prestados, pero el presidente puede condonarlos en 2026.

Por lo que respecta a la ayuda de 26 mil millones de dólares a Israel, 385 representantes demócratas y republicanos votaron a favor y sólo 34 en contra, la mayoría demócratas, en protesta porque no se impusieron condiciones al gobierno de Benjamín Netanyahu en su guerra en Gaza.

La aprobación del paquete de ayuda militar a los tres países mencionados, provocó que la posición política del líder de la Cámara Baja, Mike Johnson, se debilitara, quedando vulnerable al confrontarse con un grupo de simpatizantes de Trump, encabezados por la republicana de Georgia, Marjorie Taylor Greene, cuya carrera política tiende hacia la ultraderecha y a las teorías de la conspiración.

Tras la sesión en la que se aprobó el plan de ayuda militar, Taylor Greene declaró a los periodistas que atienden la fuente de la Cámara baja, en las escalinatas del Capitolio, que mantiene vigente su resolución para remover a Mike Johnson de su puesto como presidente de la Cámara de Representantes, porque fracasó en poner la seguridad en la frontera con México (South of the Border), como el asunto prioritario en el Congreso, y en cambio sucumbió ante la estrategia demócrata de apoyar a Ucrania. En tales circunstancias, sólo el voto demócrata puede evitar que Johnson pierda el liderazgo si aportan las papeletas necesarias para neutralizar a los ultra trumpistas. En suma, el líder demócrata de la Cámara baja, Hakeem Sekou Jeffries, representante neoyorquino desde 2023, no descartó apoyar a Johnson en reconocimiento al valor político que tuvo de apoyar la ayuda a Ucrania pese a la oposición a su bancada.

Como colofón al episodio de la aprobación de la ayuda militar de EUA a Ucrania, Israel y a Taiwán, hay que decir que el mundo se desenvuelve, desde hace más de un década, en una tendencia armamentista mayor, en la que EUA, China, Rusia, India y Arabia Saudita, son los principales países compradores de armas en el planeta. Sólo en 2023, se gastaron 2.4 billones de dólares en armas, de acuerdo a un informa del Instituto Internacional de Estocolmo de Investigación para la Paz (SIPRI) recién publicado.

Según este informe, el gasto en materia de defensa aumentó en el mundo, especialmente en el Viejo Continente, el Oriente Medio y Asia. Nan Tian, uno de los investigadores del citado instituto, explicó que “el gasto militar a nivel mundial alcanzó la cima y, por primera vez desde 2009, se incrementó en los cinco continentes”. El año pasado ese gasto creció 6.8 por ciento, lo que representa “la mayor subida anual desde 2009, hace tres lustros”.

Según el propio Tian, la continuación de la guerra en Ucrania —iniciada el 22 de febrero de 2022; dos años más dos meses y contando—, representó un aumento del gasto militar en el país invadido, así como en el invasor, Rusia, y por la ley del dominó “en toda una serie de países europeo”. Y Rusia hizo lo propio en 24 por ciento, A 109 mil millones de dólares, según SIPRI, y desde la anexión de Crimea, en 2014, incrementó esa partida en 57 por ciento.

Los datos referentes a Ucrania en el gasto militar van acordes al problema que enfrenta el país. Creció 51 por ciento, a 64,800 mil millones de dólares. A la par, el país recibió 35 mil millones de dólares de ayuda principalmente de EUA, lo que suma una inversión militar equivalente a más de 90 por ciento de la alcanzada por Moscú. En el caso del gobierno de Kiev, esas sumas representan el 37 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) y el 58 por ciento del gasto público, según el ya citado Nan Tian. Y en Rusia, en cambio, supone 5.9 por ciento del PIB.

En Europa, por su parte, Polonia, presenta el mayor incremento del gasto en Defensa, 7.5 por ciento, hasta 31,600 millones de dólares.  Algo similar sucedió en Arabia Saudita, el país de la región que más gasta en armas y el quinto a escala mundial. Subió su partida en defensa 4.3 por ciento y sumó 75 mil 800 millones de dólares. En Israel se incrementó 24 por ciento y llegó a 27,500 millones de dólares, principalmente debido a la guerra en la Franja de Gaza.

EUA, líder mundial de gasto en el rubro, lo aumentó en 4.3 por ciento y sumó 916 mil millones de dólares el año pasado. China, por su parte, creció su inversión por vigésimo noveno año consecutivo. En 2023 el alza fue de 6 por ciento, a 296 mil millones, según el SIPRI. El fortalecimiento militar de Pekín y el agravamiento de las tensiones en la zona incitaron a los países vecinos a seguir la tendencia. Japón, gastó 50 mil 200 millones de dólares, y Taiwán, 16, mil 600 millones de dólares, un incremento en ambos casos del 11 por ciento. El cuarto país, India, subió su inversión 4.3 por ciento, a 83 mil 600 millones de dólares.

Por estos datos, es posible afirmar que en todo el planeta el panorama de paz no es halagüeño. Y como dijo un líder mesiánico tropical en Iberoamérica: “Y, lo mejor del caso es lo peor que se va a poner”. Una estupidez, sin duda, pero así se comportan algunos “gobernantes” populistas. Por eso apoyan a sus colegas aprendices de dictadores. No vaya a ser que en breve busquen “refugio seguro”. También contratan médicos y enfermeros que además de fungir como promotores ideológicos, saben inyectar y practican la santería. VALE.