El segundo debate presidencial mostró el verdadero rostro del lopezobradorismo: la mentira como forma de gobierno, que se complementa con la negación o la manipulación de la afirmación para salirse con la suya.

Afirmaciones como que no hubo aumento en el precio de la gasolina –justificado por tecnicismos propios de un tecnócrata– o que no hay inflación, así como presumir un crecimiento económico inexistente o que en seguridad toda va bien, mostraron la real cara de la 4T en este sexenio que basa su actuar en las mentiras que difunden.

Las ocasiones en que en la conferencia mañanera de López Obrador reporteros han cuestionado al presidente, con datos de su propio gobierno, acerca de temas como la seguridad pública –como en el caso de Jorge Ramos– han recibido como respuesta mentiras que niegan la realidad y tratan de ocultarla con los “otros datos” que siempre salen a relucir en esas oportunidades.

Las denuncias que desde el podio de Palacio Nacional se hicieron por corrupción en el caso del NAICM, los fideicomisos, la distribución de medicinas, entre otros temas que se ventilaron públicamente no han conducido a ninguna presentación de pruebas que respalden las afirmaciones del presidente, ni denuncias penales en contra de los presuntos responsables.

Otro tema que mostró la mentira que trata de ser disimulada por la maquinaria de propaganda del gobierno de la 4T tiene que ver con la presencia del Ejército en labores de la seguridad pública, algo que hizo que en su etapa como candidato asegurara que iban a regresar a los cuarteles o que no se podían utilizar a las fuerzas armadas en estas tareas, encontró a un López Obrador en el papel de presidente negando que alguna vez haya dicho eso, aunque hay videos que demuestran lo contrario.

Lo mismo sucede para descalificar a feministas, madres buscadoras, familiares de niños con cáncer, jueces, periodistas y a la oposición en general, a la cual se difama con base en mentiras que luego son amplificadas por la plataforma de propaganda del gobierno.

Lo sucedido con científicos del Conacyt es una muestra de como se conduce el gobierno, pues las denuncias que se montaron en contra de los acusados se cayeron por ser mentiras.

https://twitter.com/EnriqueEnVivo/status/1785832649354870928

También, como sucedió a principios del sexenio, se ataca a periodistas con el argumento de que recibieron “chayote” del anterior gobierno, mintiendo acerca de que no todos los periodistas señalados eran propagandistas de la administración Peña Nieto, pero si revisamos la lista que en aquel entonces se exhibió con sorpresa nos enteramos que al menos un par de quienes aparecen en dicha relación, ahora se han convertido en apoyadores de la 4T y ya dejaron de estar en el error de ser “chayoteros” de alguien más que no sea el lopezobradorismo, como es el caso de Federico Arreola.

En el caso del combate a la corrupción, o no hay denuncias o no se investigaron las denuncias presentadas.

En resumen, México no está creciendo al nivel de lo que se prometió a inicios de sexenio, no tenemos un sistema de salud como el de Dinamarca, la seguridad pública es una de las principales preocupaciones de la ciudadanía, la inflación sigue afectando nuestros bolsillos, sigue el desabasto de medicamentos y no se llevó a cabo la reconciliación que se prometió en el discurso de aquel 1 de julio de 2018.

Las muertes

“Analizar y explicar con detalle el manejo de una crisis como ésta es el punto de partida para remediar y mejorar. México puede y merece estar mejor preparado para responder a futuras crisis sanitarias. La sociedad mexicana merece un Estado capaz de actuar con responsabilidad y de protegerla, con mucha mayor eficacia, ante riesgos y amenazas”. Estas son las primeras líneas del informe de la Comisión Independiente
de Investigación sobre la Pandemia de COVID-19 en México (Mariano Sánchez Talanquer y Jaime Sepúlveda (coords.), Informe de la Comisión Independiente de Investigación sobre la Pandemia de COVID-19 en México, Ciudad de México, 2024).

Las tres primeras conclusiones del Informe retratan la acción del gobierno federal y los errores cometidos –con un Hugo López Gattel que buscó una candidatura demostrando que estaba más preocupado por su carrera política que por la salud de los mexicanos–, mismas que reproducimos a continuación:

“Existen tres claves para comprender el fracaso de México en su respuesta a la pandemia: la permanente subestimación de la gravedad del virus, la centralización y personalización de las decisiones, y la política de austeridad.

“Son errores que se atribuyen directamente a los tomadores de decisiones, a quienes instrumentaron las medidas y a quienes condujeron la comunicación de los mensajes a la población. Es cierto que había problemas muy serios en la infraestructura sanitaria debido a la falta de inversión crónica, así como una alta prevalencia de comorbilidades en la población. Pero el factor crítico, el hecho que explica los resultados tan graves y trágicos, es la defectuosa gobernanza de la crisis, pues, como aquí se demuestra, casi cuatro de cada 10 muertes en exceso durante la pandemia sucedieron por fallas en la gestión gubernamental.

“Las autoridades federales no cumplieron cabalmente con sus funciones de rectoría nacional y no asumieron la responsabilidad política de coordinar una respuesta coherente y unificada. La relación con las entidades federativas resultó episódica y tirante en medio de una inexplicable aversión y descoordinación con el sector privado. Ambas conductas segmentaron y entorpecieron el conocimiento y las acciones concretas de respuesta a la pandemia. Las áreas de confrontación entre el gobierno federal y los gobiernos locales abarcaron desde el uso de cubrebocas hasta la realización de pruebas diagnósticas, pasando por la validez del modelo centinela y los planes de vacunación”.

Para la zona centro del país, en particular la CDMX, la conclusión es demoledora: “El número de muertes en exceso en México sería inexplicable sin hacer referencia a la gran mortandad ocurrida en la zona centro del país a fines de 2020 e inicios de 2021, en especial en la Ciudad de México y su zona conurbada. Esta mortalidad, a su vez, no puede explicarse sin hacer referencia a una falta grave por parte de las autoridades sanitarias en dicha coyuntura crítica. En diciembre de 2020 se incumplió con los lineamientos oficiales y vinculantes de estimación del semáforo de riesgo epidémico en la Ciudad de México, así como con la implementación de las medidas sanitarias correspondientes. En particular, dos cifras utilizadas en el cálculo eran falsas o incorrectas. Como resultado, la suspensión de actividades no esenciales se pospuso dos semanas más de lo debido,
según la normatividad aplicable. Por el patrón exponencial del contagio, esto contribuyó a que la epidemia tomara gran fuerza y la Zona Metropolitana del Valle de México viviera una situación crítica. La Ciudad de México contribuyó en forma desproporcionada a la
mortandad de esta segunda ola, convertida en la más mortal de toda la pandemia. A pesar de representar sólo 7.3% de la población total del país, la capital aportó el 24% de las muertes en exceso en el periodo diciembre 2020-enero 2021, sin considerar la zona conurbada (36 500 de las 153000 muertes en exceso en estos dos meses). Por sus implicaciones y por el incumplimiento de lineamientos oficiales esta decisión, de responsabilidad compartida entre autoridades federales y locales, constituye uno de los más graves fallos gubernamentales en el manejo de la emergencia sanitaria.

“A este hecho se suma la prescripción de medicamentos para un uso diferente y no aprobado por la agencia regulatoria federal encargada (Cofepris). Ni la ivermectina ni la azitromicina fueron autorizadas para tratar COVID-19 y, sin embargo, se les distribuyó ampliamente entre la población de la Ciudad”.

Y si lo anterior no fuera suficiente, hay que hacer referencia a los más de 189 mil asesinatos acumulados en lo que va del sexenio.

Y, para cerrar, Cecilia Flores, una de las madres buscadoras, dio a conocer el hallazgo de un crematorio clandestino en Iztapalapa, algo que hizo que la Fiscalía de la CDMX actuara con una rapidez inusual –como no se ha visto en otros casos, como el feminicida serial recién detenido– y se apresuró a decir que eran restos de animales, lo que implica la movilización de todos los propagandistas para difundir esta versión.

Pero la realidad que no se puede desmentir es la cantidad de fosas clandestinas encontradas por las madres buscadoras, ellas que han sido declaradas como parte de quienes buscan afectar al gobierno de López Obrador, cuyo gobierno no investiga la cantidad de desaparecidos, sino que busca manipular la información para no afectar la imagen del presidente, como se hizo durante la pandemia o en el tema de la seguridad pública.

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