Desde 1994 México, ingreso al OCDE  convirtiéndose en el miembro número 25 de dicho organismo; la aceptación de México de sus obligaciones como miembro de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos fue publicado en el Diario Oficial de la Federación el 5 de julio del mismo año. Dentro de este organismo internacional, se analiza en un plano de igualdad las políticas públicas de los países miembros.

La participación de México en la OCDE le ha permitido aprovechar las experiencias de otros países y a la vez dar a conocer mejor la economía mexicana ante los demás países miembros. México ha servido como enlace de comunicación entre los países más desarrollados y los países en desarrollo, de América Latina.

México, además, ha participado activamente en las Reuniones de Consejo de dicho organismo, y la OCDE ha efectuado estudios y evaluaciones de México en diversas materias. Nuestro país es uno de los cinco países miembros en donde la OCDE ha establecido un centro de distribución de publicaciones.

En materia de Política educativa con el fin de evaluar las habilidades y conocimientos de estudiantes de 15 años en ramas como Matemáticas, Lectura y Ciencias, la OCDE ha implementado la prueba PISA que es un estudio comparativo entre los sistemas educativos de varios países.  Esta prueba es útil para monitorear el avance o retroceso de los alumnos de los países que participan en cada evaluación, en México se aplica la prueba desde el año 2000, y se realiza cada tres años.

La prueba PISA es una herramienta que también permite a los centros educativos comparar el nivel de competencia de sus alumnos con el de los alumnos de otros centros y de otros sistemas educativos a nivel nacional e internacional. Mide el conocimiento aplicado y las competencias en lectura, matemáticas y ciencias de los estudiantes de hasta 15 años, además de sus actitudes hacia el aprendizaje con el objetivo de comprender el rendimiento global del sistema educativo.

La última vez que se aplicó la prueba PISA fue en el año 2022, en la cual México tuvo perores resultados que en 2018, al quedar en el lugar 51 de 82 naciones participantes. Dicha evaluación del 2022, refleja el rezago educativo que padece México.

El 26 abril pasado,  la  OCDE confirmó que México no ha cumplido con los requerimientos preparativos  para participar en la evaluación PISA 2025, y el Director de Educación y Competencias de la OCDE envió una carta que fue publicada en diferentes diarios nacionales, dirigida a la Señora, Silvia Valle Tépatl, presidenta de la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación, con el fin de promover que interceda por una reconsideración del Gobierno federal ante la negativa de acceder a aplicar la prueba el próximo año.

En la carta el director de la OCDE, Andreas Schleicher, advierte del riesgo de que México no participe por primera vez en la historia de PISA, pues está desfasada en comparación con otros países y tiene el tiempo encima para cumplir con las pruebas requeridas.

Según datos de la OCDE,  que se tiene prevista para el siguiente año, se ha confirmado la participación a nivel mundial en la prueba PISA de 91 Estados participantes, incluidos 13 países latinoamericanos Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Panamá, Paraguay, Perú y Uruguay.

En esta ocasión al parecer la participación de México en la evaluación de la prueba PISA del 2025 está en riesgo pues nuestro país no ha cumplido con los protocolos para preparar dicha evaluación, debería de aplicar a más tardar en septiembre de este año,  una prueba de campo en por lo menos 50 escuelas cosa que la SEP no ha realizado.

El gobierno de México ha demostrado que dejaría de participar en la prueba PISA 2025, debido a su ausencia en reuniones, falta de pagos y de documentación. Desde que se instrumentó por la OCDE  nuestro país ha participado en esta evaluación, aunque el Presidente y su Gobierno de la 4T han emitido diversas críticas al respecto. Al Presidente le disgusta que instancias internas y externas evalúen sus resultados educativos, y que esos resultados se hagan públicos, porque se exhibirá el fracaso de su política educativa y del retroceso durante su sexenio.

En la última evaluación de Mejoredu publicada en 2023, los resultados no fueron positivos, a excepción de alumnos de segundo año de primaria que pasaron con bajo resultado, las pruebas de lectura, el resto de los alumnos de segundo a sexto de primaria y los de secundaria, resultaron reprobados en lectura. En matemáticas les fue más mal, de segundo de primaria a tercero de secundaria, la calificación más alta fue de 57.3 aciertos.

Hace ya varios lustros que la educación pública dejó de funcionar como mecanismo de ascenso y movilidad social. El deterioro de la educación obedece a la falta de un diseño de Política Pública con visión de largo plazo y vinculada a las necesidades de desarrollo del país. En materia de educación al igual que en muchas otras materias, se carece de una Política de Estado que supere la visión cortoplacista sexenal.

El régimen que agoniza ante el desastre que heredará al próximo gobierno, pretende achacar el desastre de su proyecto educativo  a los “sistemas conservadores del neoliberalismo”. Hoy se busca centrar el descarrilamiento de su programa educativo a la real o supuesta reticencia de la SEP y de los maestros para someter a los alumnos a la evaluación PISA.

Las acciones de política pública corresponden al Gobierno, no son del resorte de los profesores. Desde siempre, los maestros han acompañado y se han subordinado a las directrices que les han sido impuestas desde el poder. Resultaría poco justo en este caso, imputarles a ellos y sólo a ellos el desastre educativo. Es cierto que cualquier acción de Gobierno en materia educativa requiere del apoyo de los maestros y estos lo han venido otorgando sexenio tras sexenio y luchado en paralelo por mejores condiciones laborales y económicas. Cabe recordar el importante proceso de finales de la última década del pasado siglo, referido a la descentralización de la educación que es una clara muestra de ello y se trató de un cambio trascendental, lo que se requiere es una seria reforma educativa que contemple el desarrollo de los alumnos y la remuneración justa para los maestros.

Finalmente, lo que en verdad importa es que quien gane las elecciones se comprometa a diseñar una nueva Política Publica en materia educativa con visión de horizonte, con visión de Estado. La gran reforma educativa que el país necesita debe consensarse con todos los actores sociales y vincularse con el proyecto de desarrollo nacional, para poder ser competitivos en el Concierto de las Naciones del Mundo.