El curso del conflicto bélico que actualmente enluta el Oriente Medio —entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza, con las derivaciones a otras naciones de la zona y la injerencia de Estados Unidos de América, y las otras potencias que forman parte del Consejo de Seguridad de la ONU—, ha entrado en una nueva dinámica cuando el jefe de la Casa Blanca, Joe Biden, “amenaza” con suspender el envío de armamento sofisticado —ya utilizado en los últimos tempos de la guerra en curso—, si el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu invade la ciudad gazatí de Rafah.
En una entrevista con la CNN, el octogenario mandatario estadounidense manifestó: “Dejé claro que si los israelíes entran en Rafah no suministraré las armas que históricamente se han empleado en la zona”, refiriéndose a armamento ofensivo de artillería y misiles para aviones caza, aunque se mantendría el suministro de material defensivo para el sistema (israelí-estadounidense y aliados) antimisiles Cúpula de Hierro, que tanto ha servido contra los drones y misiles de los terroristas en las semanas recientes. Lo relevante del anuncio hecho por el mandatario demócrata es haber reconocido que armamento del Tío Sam fue utilizado por las tropas israelíes contra civiles palestinos en la franja, donde han muerto más de 34,000 desde el inicio de la invasión de Hamás el 7 de octubre de 2023. Biden afirmó: “Civiles han muerto en Gaza como consecuencia de esas bombas en los centros de población”.
Hasta el momento ningún mandatario de la Unión Americana había dado ese paso en contra de su aliado israelí; esta es la mayor baza jugada por EUA contra Benjamín Netanyahu, con quien ha expresado públicamente su desacuerdo sobre la estrategia para Rafah, donde se hacinan 1.4 millones de palestinos que han huido de otras partes de la franja debido a la ofensiva de Eretz Israel.
Por su parte, Bibi —como popularmente se llama a Netanyahu—, considerado como el mandatario judío más varado a la derecha en la historia reciente de Israel, insiste en invadir Rafah porque afirma que allí se cobijan milicianos del grupo terrorista. Bajo esa suposición, las tropas israelíes iniciaron una operación militar para la que ordenó evacuar alrededor de cien mil personas, lo que causó la negativa de EUA para apoyar esas medidas. “No recibirán nuestros apoyos —advirtió Biden—, si Israel actúa en esos centros urbanos”. Por lo mismo, desde hace una semana, EUA suspendió la transferencia de bombas de alrededor de dos mil libras de peso. No obstante, pese a que las declaraciones del Ejecutivo de la Unión Americana reflejan públicamente el distanciamiento creciente con Netanyahu, Biden puso en claro que su administración continuaría proporcionando equipo defensivo a la nación judía.
“Continuaremos asegurándonos de que Israel esté seguro en términos del Iron Dome (Cúpula de Hierro) y su capacidad para responder a los ataques de Hamás. Pero no vamos a suministrar municiones ni proyectiles de artillería”, agregó el mandatario. Ciertamente una disyuntiva poco común entre viejo aliados.
En estas condiciones, Netanyahu empecinado en lograr su “victoria” en Gaza, con o sin la ayuda de EUA —algo poco sensato—, desestimó el decisivo apoyo de la Casa Blanca de suspender los envíos de armamento militar de ataque si las tropas israelíes avanzan sobre Rafah, con el argumento de que un operativo terrestre en esa ciudad sólo beneficiaría a Hamás. El mandatario israelí aseguró que Jerusalén continuará con su ofensiva contra la organización terrorista, incluso si EUA desiste de ayudarle, en un recordatorio de la victoria conseguida en 1948, cuando Naciones Unidas creó el Estado de Israel y en las peores condiciones militares posibles se enfrentó con varios países árabes que contaban con ejércitos mejor preparados.
Netanyahu subrayó. “Estamos en vísperas del Día de la Independencia. En la guerra de Independencia, hace 76 años, éramos pocos muchos. No teníamos armas, había un embargo de armas a Israel, pero con la grandeza del espíritu, la valentía y la unidad entre nosotros, ganamos. Hoy somos mucho más fuertes. Estamos decididos y unidos para derrotar a nuestros enemigos y a quienes buscan nuestras almas. Si teneos que esta solos, lo estaremos. Lucharemos con uñas y dientes…Venceremos juntos”.
John Kirby, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, por su parte dijo que una operación terrestre en Rafah no sería beneficiosa para Tel Aviv y, por el contrario, sólo daría ventaja a Hamás, en las pláticas que se llevan a cabo en Egipto para conseguir la liberación de los rehenes en manos de los terroristas desde 2023.
Dentro de la propia sociedad israelí hay diversidad de opiniones por el propósito de Netanyahu por desoír el clamor mundial a favor de una tregua permanente entre los bandos en pugna. El primer ministro defiende sus planes bélicos al asegurar que el ejército judío puede dar la batalla solo. Propósito que puede debilitarse si la conflagración se alarga pues Jerusalén lucha contra un rival genocida como calificó Bibi a la resistencia islámica que perpetró la matanza de israelíes del 7 de octubre de 2023 y secuestró a 250 personas, de las que calculan 123 siguen como rehenes en Gaza.
Netanyahu no es político fácil de cambiar de opinión. Los operativos en Rafah tienen el propósito de desmantelar a Hamás, pues están ciertos de que en et bastión islámico se esconden altos mandos terroristas, entre los que se encuentran los que prepararon y llevaron a cabo el ataque terrestre, aéreo y marítimo de hace 225 días. Este propósito israelí ha recibido el apoyo de sus Fuerzas de Defensa (FDI), no obstante, las críticas de muchos países extranjeros (árabes y europeos) y de muchas cancillerías, al coincidir en que continuarán con su legítima defensa ante la organización terrorista.
De tal suerte, el ejército israelí hizo gala de sus reservas militares alardeando de que la suspensión anunciada por Joe Biden no les afecta. Daniel Hagan, vocero de las Fuerzas de Defensa (FDI), declaró al Times of Israel que contaban con las municiones suficientes para las misiones previstas contra el refugio palestino usado por Hamás. Y recordó que desde hace meses las habían recibido —antes de la suspensión anunciada por la Casa Blanca—, de EUA, aunque no precisó cantidades.
Israel Katz, ministro de Exteriores israelí, por su parte, se hizo eco de los planes para terminar con Hamás, y abundó: “No hay guerra más justa que ésta”, según la tensa local.
No todo es miel sobre hojuelas, pues Benjamín Netanyahu recibe fuertes críticas como las del aliado del gabinete de guerra, Benny Gatz, quien amenazó con abandonarlo y romper la coalición del gobierno si no se concretan los planes previstos con o sin el apoyo de Washington. Otras voces enfatizaron el riesgo de que ese distanciamiento impacte en el intento de tregua. Frente a los anuncios de Biden, Israel mostró una faceta definida pero la Unión Europea (UE), anunció otro embargo de armas en el moreno en que en Gaza los fallecimientos casi suman casi 35,000. El jefe de la diplomacia europea, el diplomático español Josep Borrell, dice que “la única forma en que Israel no lance bomba es si no las tiene”, al cuestionar los fallidos intentos de tregua, pues dijo que ésta es la única vía a la Paz.
PALESTINA Y LA ONU
Mientras continúa el conflicto militar en la Franja de Gaza e Israel continúa su ofensiva, en otros campos lejanos del Oriente Medio se define la suerte del pueblo palestino en manos de los diplomáticos que componen la Asamblea General de las naciones Unidas (ONU. De tal manera, en la reunión del viernes 10 del mes en curso, dicha asamblea adoptó por mayoría la resolución que dispone que Palestina cuenta con los requisitos para ser “miembro de pleno derecho de la ONU”, medida simbólica que refleja la solidaridad de los miembros del organismo mundial con los palestinos, frente a las naciones que opinan en contrario: Israel, Estados Unidos de América (EUA), Argentina, República Checa, Hungría, Micronesia, Nauru, Palau y Papúa Nueva Guinea.
La Asamblea General de la ONU aprobó la resoluión por143 votos a favor y nueve en contra, con la abstención de 25 países, entre otros: Austria, Alemania, Canadá, Italia, Países Bajos, Paraguay, Reino Unido, Ucrania, Suecia, Suiza, Croacia, Finlandia.
No obstante, la votación de la Asamblea General, esto no significa que un Estado Palestino sea reconocido y admitido pronto en la ONU como miembro de pleno derecho. La Asamblea solo puede conceder esa categoría con la aprobación del Consejo de Seguridad, donde muy probablemente EUA ejercería su derecho de veto como lo hizo en el mes de abril pasado. Aunque la mayoría de la asamblea respalda desde hace tiempo la condición de Estado de Palestina, éste es la primera ocasión que la ONU votó sobre su adhesión.
Al pie de la letra, la resolución dice: “El Estado de Palestina reúne las condiciones para ser miembro e las Naciones Unidas”, según lo dispone su Carta y recomienda que el Consejo de Seguridad reconsidere favorablemente su postulación. La resolución fue preparada por los Emiratos Árabes Unidos, presidente del Grupo Árabe de la ONU, y patrocinada por países.
EL ANIVERSARIO 76 DE LA NAKBA
En las últimas 24 horas (martes 14 de mayo), los bombardeos en la Franja de Gaza causaron casi otro centenar de muertos —elevando a 35,173 el número de fallecido, en su mayoría civiles—, así como la expulsión de alrededor de 550 mil palestinos de los sectores atacados en Rafah, donde se espera que Israel lance una gran ofensiva. Estos pronósticos marcaron el aniversario LXXVI de la Nakba (Catástrofe en árabe), cuando alrededor de 700 mil palestinos —del tiempo de preguerra—, huyeron o fueron expulsados de sus hogares antes y durante el conflicto árabe-israelí de 1948 tras la creación del nuevo estado de Israel dispuesto por la ONU.
Así, en la ciudad de Rafah, asolada por bombas y combates, la sociedad civil, desplazada varias veces desde el 7 de octubre pasado, regresa a las carreteras en busca de refugio, aunque la propia ONU afirma que “no hay un lugar seguro en la Franja”. Por ello, Antonio Guterres, secretario general del organismo mundial, declaró estar “horrorizado” por la escalada militar en el último refugio al sur de la Franja. Y Farhan Haq, portavoz de la ONU, afirmó: “Estos acontecimientos están impidiendo aún más el acceso humanitario y empeorando una situación que ya de por sí es terrible”, al tiempo que también criticó a Hamás por “disparar cohetes indiscriminadamente contra Israel”.
A mediados de mayo, Humans Rights Watch y Amnistía Internacional denunciaron que las fuerzas israelíes han efectuado por lo menos ocho ataques contra Convoyes e instalaciones de trabajadores humanitarios en Gaza desde octubre de 2023, que mataron e hirieron a 31 trabajadores humanitarios o sus acompañantes, a pesar de que los grupos de ayuda habían proporcionado sus coordenadas a las autoridades israelíes para garantizar su protección”.
En medio de esos incidentes, Israel conmemoró el Día de la Independencia al rendir honores por segundo día consecutivo a sus caídos. En una ceremonia en la que prendieron antorchas por ellos ahí y en varios de los kibutzim atacados, el premier israelí recalcó que la guerra contra Hamás prevalecerá, mientras sus tropas se acumulan a las orillas del corredor humanitario de Rafah.
Y, desde un cementerio militar en Jerusalén, Netanyahu sentenció que en este choque somos “nosotros o ellos: Israel o los monstruos de Hamás”, en un llamamiento para alentar a sus soldados y a miles de civiles a reforzar la ofensiva”. La prioridad, dijo, es salvar a todos los secuestrados o al mayor número posible, aunque algunos familiares de los rehenes lo culparon de que no estén juntos y de nuevo la negociación por ellos sigue en pausa tras abandonar el diálogo en El Cairo. ¿Hasta cuándo? “Sólo Dios sabrá”, musitaron algunos de los presentes. VALE.


