En este siglo se alcanzó la alternancia electoral como un símbolo de la llamada normalidad democrática, la transición política ha sido lenta porque la ruta democrática estuvo azolvada por un conjunto de inercias en el siglo XX marcada por la sombra del partido hegemónico del antiguo régimen.

En 1988 se vivió un cisma que se produjo en el entonces partido oficial, previamente se construyó la Corriente Democrática, iniciaba una pugna entre políticos tradicionales y los tecnócratas que alcanzarían mayor notoriedad eb el sexenio de Miguel de la Madrid Hurtado encabezados por Carlos Salinas de Gortari.

En los comicios del 6 de julio de 1988 la oposición compitió de tú a tú contra el Partido Revolucionario Institucional, en aquellos años no existía el Instituto Nacional Electoral, entonces el gobierno organizaba el proceso con todo lo que ello implica para mermar equidad e imparcialidad.

El Frente Democrático nacional como coalición de partidos apoyó la candidatura del Ing. Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, ex priista como su abanderado, en ello se unieron el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana, el Partido Popular Socialista, el Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional y el Partido Mexicano Socialista que encabezaba una figura relevante de la izquierda mexicana que fue Heberto Castillo.

La jornada electoral estuvo ensombrecida por múltiples irregularidades como la famosa caída del sistema que impidió la contabilidad de votos, por primera vez el PRI perdió muchas posiciones, por ejemplo, en Michoacán la oposición del Frente Democrático Nacional ganaría 12 de 13 distritos electorales y las dos senadurías, éstas últimas con Roberto Robles Garnica y Cristóbal Arias Solís.

Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano sumó simpatías, ya se había desempeñado como gobernador de Michoacán y senador, en ambos casos por el Partido Revolucionario Institucional, la unidad opositora se debió en gran medida a quien en 1997 sería electo jefe de Gobierno de la Ciudad de México.

Cárdenas Solórzano es el referente más importante en la transición a la democracia, fue candidato a la presidencia de la república tres ocasiones, fundador y dirigente del Partido de la Revolución Democrática, esto significa que abrió camino en un México que vivió un ejercicio monolítico del poder, la alternancia no fue a través suyo sino por Vicente Fox en el entonces naciente siglo XXI, lo cual terminaría con la hegemonía del Partido Revolucionario Institucional.

Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano es, sin duda, quien más aportó en los últimos tiempos a favor de la democracia, lo cual entraña un gran mérito en tiempos en los que se persiguió a la disidencia y se anulaban los intentos que empujaban para una verdadera transformación social. Hoy día seguramente nadie que conozca la historia reciente de México podría regatear el sitio del Ing. Cárdenas, la transición democrática no se explicaría sin su concurso, eso está a la vista de todos.

Cuauhtémoc Cárdenas está más allá de intereses partidistas, hace un buen rato que no tiene una militancia aunque sus aportes siguen vigentes en un país en donde suele imponerse la desmemoria.