En la recta final del actual proceso electoral, una pregunta debería predominar en la mente de los votantes y que tiene que ver con el objetivo de acudir a las casillas el próximo 2 de junio para depositar los sufragios en favor de los candidatos que hicieron campaña.
Así, cuestionar para qué votar debería ser parte de la discusión en el cierre de las campañas, en un escenario en el que las encuestas muestran porcentajes que en algunos casos superan el 20 por ciento de indeciso y un porcentaje similar –en algunos estudios superior– de rechazo a las entrevistas.
Además, en paralelo tenemos campañas que, por una parte, promueven anular el voto o abstenerse o, por otra, utilizar la boleta electoral como un medio de protesta –es el ejemplo de anotar el nombre de una persona desaparecida–, entre otros ejemplos que buscan orientar la decisión de los ciudadanos.
Es claro que se trata de intentos que no ayudan a definir el futuro del país en un momento en el que se pide decidir entre dos opciones contrapuestas y con evidencias de cómo gobiernan los partidos que ahora piden el voto en el país.
Como ciudadanos conocemos los errores y aciertos de todos los partidos políticos a la hora de gobernar, algo que parece no importan a los electores que siguen criterios para decidir su voto como la simpatía o antipatía por el candidato o el interés por recibir algún beneficio concreto –un empleo, contrato o simplemente dádivas– para acudir a las urnas.
Pero seguimos sin darle al ciudadano razones válidas y convincentes para votar.

Ya diversas personalidades –como es el caso de Eugenio Derbez– han publicado invitaciones a votar el próximo 2 de junio.
Así que sólo queda decir que no sólo es una obligación, ya que votar es una oportunidad que debemos aprovechar para influir en el rumbo del país para los próximos 6 años y un poco más allá; de esta forma, si simpatiza con el partido en el gobierno o con los de oposición, pues acuda a votar para que continúe México con el rumbo con el que está conforme; de igual forma, si está en desacuerdo con la manera de gobernar de la actual administración, también puede votar para corregir esto; puede hacerlo por todos los candidatos de un partido o por el de un partido para un puesto y por los de otra fuerza política para los demás.
Hay que aprovechar esta oportunidad para que el destino del país sea decidido por todos y sólo por una parte del electorado, pues se trata de algo que nos afectará a todos los mexicanos.
La última recomendación es que es necesario conocer a los candidatos, sus antecedentes y propuestas –más allá de la propaganda de sus adversarios– y votar por la que más nos convenza, no sólo por quien nos caiga bien.



