Los militantes del Partido Demócrata (PD) y una buena parte de los votantes estadounidenses recuperan la ilusión de alcanzar la victoria frente al Partido Republicano (PR) y su candidato, el ex presidente Donald Trump, cuyos antecedentes de gobierno e incluso empresariales no son los más gloriosos en la historia de la Unión Americana. Incluso, el magnate es el primer ex mandatario en haber sido llevado a juicio acusado por distintos delitos que están en proceso, y en otros ya se encontró culpable, en espera de dictarle sentencia de cárcel.
A raíz de la renuncia del presidente Joe Biden para mantener su campaña de reelección y lo sustituyera la vicepresidenta Kamala Devi Harris, muchas encuestas han dado a la ex fiscal general de California, y ex senadora, entre otros cargos, una ventaja reducida, pero ventaja, al fin y al cabo, entre tres y cuatro puntos sobre Trump, que hasta antes de que Biden se retirara de la lucha política aparecía como el ganador permanente. No obstante, ninguno de los contendientes puede cantar victoria. La verdad se conocerá la noche del martes 5 de noviembre próximo, cuando se lleven a cabo los comicios presidenciales en el vecino del norte.
La decisión de Joe Biden al renunciar a su candidatura demócrata decidió el cambio de tornas. El PD despertó de la pesadilla que causaban los trastabilleos —físicos y mentales— del octogenario mandatario estadounidense. El entusiasmo por la designación de la vicepresidenta Harris como abanderada demócrata y el de ésta, a su vez, por Tim Walz, gobernador de Minnesota, como compañero de fórmula dio pie a un entusiasmo que no veían los estadounidenses desde el tiempo de Barack Hussein Obama, interés que se reflejó en la Convención Nacional Demócrata que tuvo lugar en la Ciudad de los Vientos —Chicago, Illinois—, la semana que acaba de terminar, en la que se declaró candidata oficial a la Presidencia de EUA, a Kamala Harris.
Poco menos de setenta días restan a la campaña electoral rumbo a la cita del 5 de noviembre. La vicepresidenta Harris aceptó formalmente la Nominación del PD al gobierno, a un mes de iniciarse la búsqueda como relevo de Biden. La convención de su partido le brindó la fuerza necesaria para cerrar el evento en horario estelar.
Para quien trabaja en hacer historia como la probable primera mujer estadounidense presidenta de la nación “más poderosa militarmente del mundo”, tras una “inesperada” campaña presidencial, le fueron suficientes 40 minutos para presentarse a un multitudinario público y hablar de sus inicios y su lucha profesional (en todos los sentidos) y disertar ampliamente sobre los contrastes con el estrafalario magnate Donald John Trump, al que considera como amenaza, como lo ha dicho en repetidas ocasiones el jefe de la Casa Blanca.
La sonriente vicepresidenta de la Unión Americana, a pocos días de cumplir su sexagésimo aniversario, ante una cálida y eufórica ovación, de parte de los 5,500 delegados, recordó que su carrera la enfiló con el ejemplo permanente de su madre, Shymala Geopalan, y por un caso de abuso sexual del que fue víctima su amiga Wanda, lo que la llevó a convertirse en abogada; el recalcar que pelea por lo justo y enarbola sus principios, pues su único cliente es y ha sido el pueblo de EUA.
Con tales antecedentes Kamala reafirmó que está lista para el reto al llamar a la unidad y volver a citar el nombre de su progenitora ya fallecida, pues agregó que aprovechará sus enseñanzas: “no dejar nada a la mitad” y “no quejarte de la injusticia y mejor hacer algo”, acto que dio pie para la confrontación con el presidente reaccionario. Además, exhortó a todos los convencionistas a meditar si estaban dispuestos a permitir que quien sólo piensa en él y representa “consecuencias extremadamente serias” retome el poder.
Al abundar en su exposición, la vicepresidenta explicó que en estos comicios no se trata de un cambio de gobierno, sino un riesgo al cuestionar a los votantes si ya tomaron en cuenta lo que haría el empresario de la estrafalaria cabellera en una segunda gestión. Harris hizo ver que Trump no es el mismos que “gobernó” en su primer periodo, sino “un Trump sin límites”, luego de que la Suprema Corte de Justicia le concediera inmunidad, pese a ser convicto, acusado de abuso sexual, insistir que concederá amnistía a extremistas violentos tras la insurrección, amenazar con ser “dictador” y hasta encarcelar a rivales, sean políticos o periodistas.
La combativa abanderada demócrata auguró una gestión de represalias si el empresario neoyorquino vuelve a ejercer el poder, quien en 2020 desconoció —por capricho—, su derrota, ante un proceso en el que estarán en riesgo, derechos femeninos, como la posibilidad de abortar sin temor de llegar a la cárcel.
Una vez que agradeció el respaldo de los demócratas, y de toda su familia, especialmente de su marido Douglas Craig Emhoff, no desperdició la oportunidad y desarrolló la visión del gobierno que encabezaría: sobre todo, desafió la absurda posición de Trump sobre la migración y otros asuntos internacionales. Después de que el magnate visitó la frontera en Arizona, Kamala aseguró que la situación que priva en the border puede reformarse, y abrir el camino a la ciudadanía de quienes buscan el American Dream, y se comprometió que si logra el triunfo el 5 de noviembre próximo cambiaría la ley que los republicanos “batearon” por disposición del empresario neoyorquino, con la que Joe Biden buscaba contar con más fondos para aumentar el personal en la zona y respaldar a la Patrulla Fronteriza.
A esos propósitos Trump contestó en su red Truth Social, y calificó a Harris de “mentirosa” y “marxista radical”. El republicano afirmó que la vicepresidenta no hizo nada en la línea fronteriza con México desde el gobierno, ya que “como zar fue incompetente” y facilitó el ingreso de 20 millones de ilegales, por lo que sólo esperaría que con ella continúe la “política de fronteras abiertas”, versión que ha expuesto machaconamente una y otra vez desde salió del poder.
Sobre el particular, el único expresidente de EUA que ha sido llevado a los tribunales, acusado y declarado culpable, ha reiterado que si triunfa en los próximos comicios reiniciará el levantamiento del muro fronterizo entre su país y México, y amenazó con disponer aranceles —como lo hizo anteriormente—, e incluso suspender el comercio con los países que no acepten el retorno de sus connacionales deportados de territorio estadounidense…
Por su parte, en la Convención Demócrata de Chicago, Illinois, la ex fiscal general de California aseguró la protección de la interrupción del embarazo, al restaurar el fallo que anuló el Tribunal Supremo y que Trump “ha presumido” como triunfo personal. Asimismo, Harris anunció que mantendrá las pautas marcadas por el presidente en funciones, en temas globales, como que la Gran Potencia cuente con la mayor fuerza del planeta y fortalecerá a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), contrario a lo que el republicano trata de conseguir, que “va por abandonar la alianza atlántica y respalda al régimen de Vladimir Putin, que ordenó la Invasión de Ucrania”. Este tema, como bien se sabe, es muy discutido, dentro y fuera de EUA, lo que motiva al bando derechista que apoya al magnate. Además, el otro aspecto internacional debatido, la guerra entre Israel y Hamás, la vicepresidenta precisó que continuará defendiendo el derecho de Jerusalén a defenderse, pese a las protestas pro palestinos en muchas partes de la Unión Americana, lo que el magnate replicó en redes sociales.
En materia migratoria, Harris hizo un compromiso público para restablecer la ley partidista de migración propuesta por un grupo de senadores demócratas y republicanos en 2023, que fue bloqueada por los simpatizantes de Trump tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado, a instancias del magnate. Kamala, quien durante su carrera política se ha ganado una merecida fama como defensora de los cientos de miles de migrantes, jóvenes indocumentados, conocidos como Dreamers (soñadores), afirmó que como presidenta de EUA promoverá una reforma migratoria integral “ganada”.
A semejanza de lo dicho por Biden en los últimos días, Kamala Harris pidió a los estadounidenses entender que el republicano representa un grave peligro para la democracia de la Unión Americana y del mundo: “¡Imagínense un Donald Trump sin restricciones!”
Así las cosas, después de varios meses de nerviosismo causado por los desaciertos de Biden, que aprovechó Trump para atacarlo inmisericordemente, el PD recuperó, durante su convención en Chicago la fe y el entusiasmo para enfrentarse con Trump, con una abanderada que derrochó fuerzas e inteligencia en el escenario. Esta fue, sin duda, la prueba política más exigente desde que el presidente la eligió como su sucesora en la candidatura demócrata desde hace poco más de un mes.
En su espléndido discurso de más de media hora, la vicepresidenta prometió luchar contra la especulación de precios en alimentos y vivienda, apoyar a la clase media, reclamar la libertad para todos los “sobrinos del Tío Sam”, sin importar raza, nivel económico o Estado en el que vivan, y devolver el optimismo y la unidad a la vida de los habitantes de la Unión Americana en los momentos en que el país se encuentra más polarizado que nunca. Una hazaña nada fácil de llevar a cabo. La descendiente de una mujer de la India, y de un padre jamaicano, ubicada como una mujer negra aunque Trump quiso denigrarla por lo mismo, presentándose como una nueva abanderada con ideas propias que hereda una administración en la mayoría de líneas políticas pero no en todas. Los asistentes al cierre de la CND y prácticamente todo el país, llevaban casi un mes expectantes a que Harris se pronunciará sobre todos esos temas tan delicados para la competencia que se dirimirá el 5 de noviembre.
En la noche del jueves 22 de agosto, Kamala asumió definitivamente el encargo de mantener al PD en la Casa Blanca. Con su discurso buscó convencer a los votantes estadounidenses de que está dispuesta a convertirse en su comandanta en jefe número 47, y capitanear el cambio que el país busca. En Chicago, Harris contó la historia de su vida. Algo muy necesario porque Kamala ha sido la compañera de fórmula de Joseph Robinette Biden Jr., —el famoso Joe Biden— durante cuatro años, pero sus compatriotas sabían muy poco de ella. Su papel, de bajo perfil, como vicepresidenta no le ha permitido ser conocida como estrella de cine, y solo cuenta con apenas cuatro semanas para que los electores elijan en las urnas a una “mujer negra, hija de padres inmigrantes —la marca de la mayoría de los estadounidenses en su historia—, que entiende y ha sufrido la lucha actual de muchas familias del otro lado del Río Bravo, o Río Grande como le llaman al norte de la border con EUA.
La vida laboral de Kamala empezó, como tantos otros estadounidenses, en una hamburguesería McDonald´s, y llegó a la vicepresidencia de la Unión Americana, en contraste con las pacas de dólares sobre las que creció Donald Trump. Kamala sabe que su background es mejor, pese a la diferencia de riqueza, que el de su rival ex mandatario que recientemente ha sido declarado culpable de 34 cargos criminales. Pronto se sabrá cuál decide el futuro de EUA. VALE.