Aunque nadie puede adelantar los parabienes a ninguno de los aspirantes a la Presidencia de Estados Unidos de América (EUA), a poco más de 80 días de las elecciones del 5 de noviembre próximo, es claro que la decisión del presidente Joe Biden de retirarse de la competencia por el Ejecutivo estadounidense y en su lugar apoyar a la vicepresidenta Kamala Devi Harris, ocurrió en el tiempo justo para que la competencia política más importante del vecino del norte, no fuera un procedimiento con un resultado cantado de antemano: la apabullante victoria del republicano Donald Trump que daba por hecho que regresaría a la Casa Blanca casi casi como el arribo de Harris a la competencia presidencial.

Kamala descendiente de jamaicano, doctor en economía, Donald Harris, y de Shyamalan Gopalan, científica biomédica, nacida en Chennai, India, cambió el panorama político de la campaña electoral, dándole un “ambiente de alegría” a lo que Trump pintó de amargura, racismo, ultraderechismo y ataques hirientes y de mala fe. Este cambio de actitud en la vida pública de la Unión Americana, ha registrado un péndulo de opinión favorable hacia la vicepresidenta Kamala Harrris.

La inclusión de Harris en el proceso electoral estadounidense trae viento a favor. Ni los propios demócratas estaban conscientes de que su vicepresidenta fuera el personaje idóneo para suplir a un mandatario con varios problemas de edad y de salud, que no estaba en condiciones de competir con éxito frente al expresidente Trump. El caso es que de un candidato demócrata en esas condiciones, percibido como un personaje débil, con problemas de ancianidad y mentales, apenas capaz de dirigir la Casa Blanca, da un cambio a unas cuantas semanas del gran evento (los comicios).

La suplente logró —para sorpresa de propios y extraños—, capturar la atención no solo de demócratas y de republicanos, sino de reflejar firmeza, seguridad, capacidad, y de opacar la “brillante y adelantada victoria de un Trump invencible”. Sobre todo, de reflejar alegría y de resaltar el lado positivo de los estadounidenses, demócratas y republicanos. Kamala Harris, como personaje público, ha sabido reírse de sí misma, de sonreír frente a los ataques. Que ríe a carcajadas y qué como fiscal general de California, su estado natal, se vio obligada a tratar “delincuentes que abusan de las mujeres y estafadores que se han saltado las normas en su propio beneficio. En sus discursos ha dicho: “Créanmelo, conozco a tipos como Trump”. Ese batacazo cimbró al magnate, que hasta el momento no ha encontrado la fórmula de enfrentar a Kamala, y a su compañero de fórmula, Tim Walz, gobernador de Minnesota, un personaje que también ha causado impacto entre los demócratas y los republicanos.

Rana Foroohah, corresponsal en Nueva York, afirma que es posible que Tim Walz sea lo mejor que le ha pasado a la campaña Harris y a los comicios presidenciales de EUA de 2024. Foorohah, columnista de negocios y editora asociada del periódico Financial Times, escribió un esbozo biográfico del gobernador de Minnesota: “Tim viene del Medio Oeste y pasó la mayor parte de su vida (60 años, originario de West Point, Nebraska), en las zonas rurales de Minnesota y Nebraska; creció en un pueblo con poco más de 400 habitantes (y la mitad de sus condiscípulos, como él dice, eran sus primos).

“Yo crecí en una parte similar del mundo, y en esos lugares no solo hay milicianos blancos furiosos que apoyan a Donald Trump, sino gente decente llena de sentido común que está dispuesta a quitar con una pala la nieve de la entrada de la casa del vecino en invierno y llenar la despensa de la iglesia los fines de semana”. La gente de estados columpio (en disputa) como Wisconsin, Pensilvania y Míchigan percibe intuitivamente su autenticidad porque lo conocen. Es el profesor, el entrenador de futbol americano, el compañero de caza con el que creciste (y sí, en realidad es todas esas cosas)”.

De acuerdo a las últimas encuestas, la dupla Harris-Walz resultó más convincente de lo que los demócratas pensaban. No solo por la forma franca de comunicarse y de actuar en los mítines estatales por parte de Walz, sino porque resulta que la vicepresidenta causa más confianza que Donald Trump en materia económica. En un análisis especial para Financial Times, resultó que el 42 por ciento de electores estadounidenses prefiere a la ex fiscal general demócrata de California ante el 41 por ciento del ex presidente Trump.

Esta encuesta fija un drástico cambio en la confianza de los votantes una vez que el presidente Biden renunció a la carrera por la Casa Blanca.  El estudio demoscópico preparado para el Financial Times y la Escuela de Negocios Ross de la Universidad de Michigan, es el primer análisis mensual que demuestra que la suplente de Biden supera al magnate expresidente en el área económica desde que comenzó a dar seguimiento a “la confianza de los electores” sobre el tema hace casi doce meses.

Se pone en claro que 42 por ciento del electorado confía más en la vicepresidenta para la conducción económica, en comparación con el 41 por ciento que hace lo propio con Trump. Si bien es cierto que los números que favorecen al magnate no cambiaron con relación con el mes anterior, la posición de Kamala logró una subida de siete puntos porcentuales en comparación con las cifras que obtuvo Biden todavía en julio.

“Que los votantes se muestren más positivos con Harris que con Biden dice tanto de lo mal que le iba a Biden como de lo bien que le va a Harris”, declara al respecto el catedrático de la Universidad de Michigan, Erick Gordon.

Cabe aclarar que no obstante las cifras positivas de crecimiento y empleo en la Unión Americana, el presidente Biden no pudo convencer por completo a los ciudadanos de la bondad de sus políticas económicas, tendencia que se ha mantenido después de que el jefe de la Casa Blanca se retiró de la campaña presidencial.

Como algo no fácilmente explicable, los “sobrinos” del Tío Sam abrumadoramente señalan la inflación como su principal preocupación de cara a los comicios de noviembre, y en los sondeos se muestra que solo el 19 por ciento cree que está mejor hoy que cuando Biden asumió el cargo en 2021.

Pero, en la encuesta del FT-Michigan Ross también se pone en claro que Harris puede alejarse de Biden en cuestiones económicas, pues más del 60 por ciento de los encuestados dijo que debe romper Totalmente con las políticas económicas del Ejecutivo en funciones o “hacer cambios importantes” en su plataforma.

Asimismo, la vicepresidenta resultó beneficiada con un alto índice de aprobación más grande que Biden, con 46 por cientode los votantes registrados que da el visto bueno al trabajo que realiza como la segunda de a bordo del gobierno, en comparación con 41 por ciento que aprueba el desempeño del presidente. No obstante, la encuesta demostró también que el disgusto económico subyacente entre el electorado todavía puede beneficiar a Trump, quien durante una conferencia televisada a nivel nacional el jueves anterior continuó criticando, como siempre lo hace, a la administración demócrata por su historial en materia de inflación.

En tales condiciones, solo uno de cada cuatro votantes registrados calificó las condiciones económicas como “excelente” o “buenas”, y 42 por ciento afirmó que estarían “mucho” mejor si el magnate lograra el propósito de otros cuatro años más en la Casa Blanca. Sólo 33 por ciento, por su parte, eligió que estarían “mucho” o “un poco mejor” con una presidencia de Harris.

Asimismo, el profesor Erik Gordon agregó a sus comentarios sobre la encuesta del FT-Michigan Ross: “La encuesta es una buena noticia para los demócratas que antes estaban ansiosos, pero sus preocupaciones aún no terminan porque los votantes todavía consideran que les iría mejor con Trump como presidente, y la mayoría de los encuestados piensan primero en sus intereses y ponen en segundo lugar las grandes cuestiones políticas”.

Sin embargo, Donald Trump obtiene también mejores resultados en las encuestas que Harris en varias cuestiones económicas específicas, en particular el comercio, donde 43 por ciento de los votantes optó por confiar más en él para conducir las relaciones económicas con China, en comparación con solo 39 por ciento que respalda a la vicepresidenta. En este punto hay algo raro, porque Trump ha repetido que una de sus primeras acciones en materia de comercio internacional sería gravar con altos impuestos los autos eléctricos que el régimen comunista fabricara, por ejemplo, en México. Las encuestas son engañosas, no solo en temas políticos, sino en los económico y en lo social. Nada es perfecto.

No es novedad recordar que el magnate defiende una política comercial proteccionista con el régimen chino. Es conocida su amenaza de aumentar los aranceles de autos y otras importaciones del consumo si retorna como inquilino a la residencia presidencial en Washington.

En fin, la encuesta citada del FT-Universidad de Michigan, fue realizada en línea por los estrategas demócratas Global Strategy Group y la sociedad de encuestas republicana North Star Opinión Research del 1 al 5 de agosto.

Nadie puede asegurar quién resultará ganador el próximo 5 de noviembre. Pero, como expone David Brooks en su American Curios, titulada 85 días, “Por primera vez en meses hay esperanza de que se podría descarrilar la ofensiva neofascista con la decisión de la salida de emergencia del presidente Joe Biden de la contienda para ser sustituido por su vicepresidenta Kamala Harris y de su segundo de a bordo, el gobernador Tim Walz —hombre aparente y extraordinariamente decente entre una clase política indecente y generalmente corrupta— como los candidatos demócratas. Eso por ahora ha revitalizado la campaña demócrata que se encaminaba rápidamente hacia la derrota. No es una opción necesariamente “progresista”, pero si es, en la práctica, antifascista, y por ahora eso es lo más importante”.

Algo seguramente importante han advertido los adversarios del Partido Demócrata en la pareja Harris-Walz, al grado de resaltar las virtudes de por lo menos el propuesto a Vicepresidente. Seguramente el agua que corre bajo los puentes debe set bendecida para que esto suceda. Dentro de 83 días lo sabremos. Mientras tanto, la campaña electoral de EUA ya no fue un paseo veraniego para Trump. VALE.