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En esta entrega participa Michelle Nava Ruiz estudiante de la Universidad Autónoma Metropolitana. Da su visión respecto de un tema específico y actual: la relación de “El Mayo” Zambada y el gobierno mexicano.

Elisur Arteaga Nava

 

 

Caso Mayo Zambada
La mafiocracia mexicana

 

Por Michelle Nava Ruiz, UAM

 

El pasado 25 de julio, el cofundador del Cartel de Sinaloa, Ismael “El Mayo” Zambada, fue puesto en manos de autoridades estadounidenses. Hasta ahora, son varias las versiones que rondan, no se sabe cuál es la oficial pero es un hecho que nunca van a develar qué fue lo que pasó y cómo es que actuaron los servicios de la Unión Americana. Sin embargo, el detonante ha sido la carta difundida por el abogado del capo mexicano, Frank Pérez, a través del director de Los Angeles Times. En esa carta se exhibe la complicidad habida entre los grupos criminales y el gobierno mexicano pues se afirma que Joaquín Guzmán López le pidió al Mayo Zambada que asistiera a una reunión para ayudar a resolver las diferencias entre dos políticos: Rubén Rocha Moya, gobernador de Sinaloa y Héctor Melesio Cuén Ojeda, ex diputado federal, alcalde de Culiacán y rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa. Estaba programado que también acudiera Iván Archivaldo Guzmán, líder de los chapitos.

Fue ese mismo 25 de julio a las 11 de la mañana que, en un rancho y centro de eventos llamado “Huertos del Pedregal”, acompañado por José Rosario Heras López, comandante de la policía judicial de Sinaloa, y Rodolfo Chaidez, miembro de seguridad, al llegar a una sala y según lo narrado, fue víctima de una emboscada: lo tiraron al suelo, lo ataron, fue esposado, tapado con un pasamontaña y lo metieron a una camioneta. Lo sometieron a malos tratos físicos, y le causaron lesiones en la espalda, rodillas y muñecas. Durante un vuelo de aproximadamente 2 horas fue trasladado a Texas y entregado a las autoridades, es decir, no fue de forma voluntaria y tampoco hubo una colaboración entre ambas naciones.

¿Cuál es el problema? El primero, que la carta de Zambada coincide con la versión oficial que presentó el embajador de Estados Unidos, Ken Salazar, sobre su arresto y que las versiones del Gobierno mexicano están llenas de contradicciones.

Rocha jura que no estuvo presente, que ese día no se encontraba en el Estado y que todo se lo estuvieron informando día y noche, además de que el crimen organizado no tendría por qué citarlo.  Evadió a todos los medios de comunicación para no dar entrevistas, pero es curioso que, en la página oficial del Gobierno de Sinaloa, no hay ninguna nota de sus actividades del día 25 de julio. Posteriormente, en sus redes publicó un video la madrugada del 26 de julio en el que informa el lamentable deceso de Héctor Melesio, sin señalar en donde se encontraba en ese preciso momento.  Su dicho fue totalmente respaldado por la actual administración.

Respecto al asesinato de Héctor Melesio, en la carta de Zambada, él afirma que lo mataron en el mismo lugar en donde habían sido convocados, es decir, en Huertos del Pedregal. Solo que, a dos días de que circulara la carta, la Fiscalía General de Justicia de Sinaloa desmintió su versión mediante un video en el que se puede ver cómo es atacado en una gasolinera de Culiacán por dos sujetos a bordo de una motocicleta, y que de acuerdo al testimonio rendido por el conductor Fausto Corrales Rodríguez y por trabajadores de la gasolinera, los hombres intentaron robar el vehículo.

Luego, en una de las mañaneras, el Ejecutivo Federal ya dijo que “de acuerdo con la Fiscalía, a cargo de Alejandro Gertz Manero, los posibles delitos que se investigan son vuelo ilícito, uso ilícito de instalaciones aéreas, violación a la legislación migratoria y aduanera, secuestro, traición a la patria, y lo que resulte”.

Quisiera hacer un paréntesis en el tema de traición a la patria pues me parece sumamente delicado. Me explico. El artículo 123 del Código Penal Federal prevé que comete dicho ilícito quien priva ilegalmente de su libertad a una persona en territorio nacional para entregarla a las autoridades de otro país o para trasladarla fuera de México con ese propósito. Pues bien, conforme a las declaraciones del presidente, lo que se deja ver es que se estaría intentando acusar a Guzmán López o a las autoridades estadounidenses de traición por la entrega de Zambada.

¿Por qué es grave? Zambada nunca había sido atrapado por el Estado mexicano. Acusar su captura de traición a la patria es defenderlo. Es simplemente inadmisible, es declararse abiertamente como un estado que está totalmente de lado de los narcotraficantes. Y que Andrés Manuel no supiera nada, confirma todo lo anterior, y es que a Estados Unidos no le quedaba de otra. Si le hubieran comunicado algo, México era capaz hasta de oponer resistencia. ¿Porqué? Existe complicidad entre el Estado mexicano y el narcotráfico.

Ahora, Ken Salazar aseguró que la captura de Guzmán López y Zambada fue producto del trabajo que han llevado las autoridades de México y Estados Unidos, y que el vuelo de traslado se inició de Sinaloa y llegó a Santa Teresa, Nuevo México. En donde se puede notar la nula cooperación y comunicación entre países es a partir del 26 de julio cuando la secretaria de Seguridad Pública, Rosa Icela Rodríguez presenta la cronología e informa que no se tiene claridad sobre si se trató de una entrega o una detención, la discrepancia entre el lugar de salida y llegada del vuelo y que reconocían que la operación solo había sido llevada exclusivamente por autoridades estadounidenses sin la colaboración de México.

Edgardo Buscaglia, académico de la Universidad de Columbia, acertadamente señala que “al gobierno de Andrés Manuel lo tomaron por sorpresa, quedó pedaleando en el aire y era obvio: hay una enorme corrupción, la había en los gobiernos de Fox, Calderón y Peña Nieto; pero la hay aún más en el caso de López Obrador. Entonces, no iban a compartir información ligada a un operativo de inteligencia previo”. Además, que la detención del Mayo Zambada ha puesto un alto a la simbiosis de corrupción a la que se estaba encaminando el Cartel de Sinaloa con el Estado mexicano, que era una relación de “amistad y abrazos”.

Algo que resulta interesante son algunos antecedentes a los que hace referencia el académico sobre cómo es que trabajan algunas de estas organizaciones criminales, ejemplo de ello han sido China e Italia, y es que a cambio de cierta “paz” y no intromisión de la delincuencia organizada en la política, se les permite a los criminales canalizar recursos de origen ilícito al país. Lo que el Cartel de Sinaloa buscaba era hacer un tipo de simbiosis de corrupción con el Estado mexicano, para sobrevivir y prosperar. ¿Cómo? Inyectando dinero en contrataciones públicas, construcciones, y transformarse en un tentáculo criminal de los Estados.

Por otro lado, resulta contradictorio que durante todo su sexenio Andrés Manuel ha hecho hasta lo imposible por ser “diferente” a Felipe Calderón, pero esta polémica tiene tintes que reviven el caso de Genaro García Luna, quien colaboró por dos décadas con el Cártel de Sinaloa. Cuando García Luna fue condenado en Nueva York, Andrés Manuel lo celebró a morir. Hoy, el escándalo del Mayo Zambada deja arrinconado a su partido y nos deja ver que su gobierno es la representación en carne viva de una mafiocracia que lo único que está haciendo es cavar su propia tumba.

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