Nadie, en su sano juicio toma el camino del exilio como si éste fuera el inicio de unas vacaciones sin fecha de retorno. Por el contrario, el régimen autoritario de Nicolás
Maduro Moros, que mantiene el poder por la fuerza en la República Bolivariana de Venezuela desde el año 2013 continúa en su empeño de aniquilar la democracia en la todavía nación petrolera persiguiendo y forzando a la oposición que pese a su desesperada situación se enfrenta a las fuerzas policiacas y militares y al régimen que no les da la menor oportunidad de llegar a un cambio de régimen. Las cárceles están llenas y el exilio suma más de ocho millones de venezolanos en varias partes del mundo. Cuando las autoridades -como las “bolivarianas venezolanas”-, han hecho a un lado la contienda democrática impidiendo el libre ejercicio de los derechos populares, oponerse al Estado se convierte en una acción de alto riesgo. Por eso el exilio se convierte en una esperanza de seguir luchando.
En los días que corren dos acontecimientos han puesto en claro el peligro que corren los venezolanos opositores al sistema heredado por Hugo Chávez Frías, Edmundo González Urrutia que fue candidato de la oposición antichavista en las pasadas elecciones presidenciales de Venezuela, y perseguidos por la Fiscalía del régimen, por negarse a reconocer la “victoria” en julio último, del presidente Maduro, que se niega a publicar las actas electorales para no tener que reconocer su derrota, fue trasladado por un avión de las Fuerzas Aéreas Españolas desde Caracas a la base aérea de Torrejón de Ardoz, en la parte este de Madrid.
El sustituto de María Corina Machado en la boleta electoral, Edmundo González, llegó a la antigua base militar en compañía de su esposa Mercedes, donde los esperaba una de sus dos hijas, Carolina, que está exiliada en la capital española desde hace diez años, huyendo de la represión del régimen que estableció el teniente coronel, comandante en jefe del ejército venezolano, Hugo Chávez.
Por medio de una red social, la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), el antiguo diplomático González Urrutia, que antes de las elecciones casi era desconocido en su país, difundió a los medios que continuará “la lucha por la recuperación de la democracia en Venezuela” y que su objetivo, como el del movimiento antichavista que lo apoya, es ser nombrado presidente nacional en enero próximo, fecha de inicio de la nueva presidencia. Propósito que muchos venezolanos y comentaristas extranjeros consideran poco probable, dado el respaldo que el ejército mantiene a Maduro.
De todas formas, en sus primeras horas en la capital madrileña, el también catedrático universitario, denunció que su salida de territorio venezolano “estuvo rodeada de episodios de presiones, coacciones y amenazas”. Por su parte, la lideresa opositora del bolivarismo, Corina Machado, principal perseguida política del régimen e inhabilitada por el sistema, apoyó la salida de González Urrutia porque “su vida corría peligro” ante “las crecientes amenazas”, tras una orden de aprehensión que pesaba en su contra. “Ante esta brutal realidad, es necesario para nuestra causa preservar su libertad, su libertad, su integridad y su vida”, afirmó la luchadora venezolana, al tiempo que ratificó “que los intentos de chantaje y de coacción de los que ha sido objeto demuestran que el régimen no tiene escrúpulos ni límites en su obsesión de silenciarlo e intentar doblegarlo”.
Corina agregó que “esta operación del régimen y sus aliados es una evidencia más de su carácter criminal, que los deslegitima y hunde cada día más”. No obstante, también aseguró que ambos (Edmundo y ella) seguirán luchando por revertir el fraude, aunque no aclaró la forma y el fondo. “Que esto quede muy claro a todos: Edmundo luchará desde afuera junto a nuestra diáspora y yo lo seguiré haciendo aquí, junto a ustedes”, dijo en su red X; y aseguró que González Urrutia regresará para ser investido presidente”. “El 10 de enero de 2025, el presidente Electo Edmundo González Urrutia será juramentado como Presidente Constitucional de Venezuela y Comandante en Jefe de la Fuerza Armada Nacional”, juró. Que se logre es un asunto muy diferente.
Hoy por hoy, las dictaduras en países iberoamericanos como Cuba, Nicaragua y Venezuela, caracterizan a regímenes llamados de izquierda con el apoyo de gobiernos como el de México que creen que con el hecho de cantar, a todas horas, que la soberanía de esos países no se puede tocar ni con el pétalo de una rosa, los derechos humanos “están a salvo” pero lo cierto es que como en el caso venezolano, Edmundo González Urrutia tuvo que pedir asilo político a España porque el régimen bolivariano de Maduro buscó, por todos los medios, encarcelarlo. Hace pocos días, la Fiscalía de Venezuela giró una orden de aprehensión en su contra en base a cinco “delitos” prefabricados: Usurpación de funciones, instigación a la desobediencia de las leyes, conspiración, redacción de documentos públicos y sabotaje a sistemas electorales. Esta cadena de infundios se deriva de que el anti chavismo recolectó y escaneó las actas oficiales (creadas por el propio gobierno) con la suma de las votaciones electorales urna tras urna de 83% de todo el país, poniéndolas a disposición de cualquier interesado mediante una sencilla página de Internet (resultadosconvzla.com).
Y ahí fue donde el asunto se complicó de raíz: a diferencia del régimen, que se declaró triunfador en los comicios presidenciales sin presentar las pruebas del caso, los adversarios del chavismo demostraron, con evidencias que por lo menos el 67% de los votantes sufragó por sacar a Maduro Moros del poder, mientras que el apoyo al régimen fue de menos de la mitad con 30% de los sufragios. Demostrar la realidad de las elecciones fue más que imperdonable, y dado que el oficialismo ya se ha apoderado de todo el sistema de gobierno desde hace años, lanzó la maquinaria estatal contra la oposición, llevando a los manifestantes a prisión y acusando como delincuentes a quienes los exhibieron con su propia información oficial.
En el caso de Nicaragua, expone Leonardo Núñez González en su columna periodística El Espejo: “Cuando tu gobierno te expulsa del país”: “El régimen de Daniel Ortega está varios pasos más adelante con su expulsión del país de los ciudadanos incómodos, pues aquí el gobierno ha pasado del uso de las instituciones para amenazar y encarcelar a llevar directamente a la gente fuera del país. La semana pasada el gobierno nicaragüense tomó a 135 presos políticos que tenía encarcelados, los subió en un avión y los mandó a Guatemala, en donde el gobierno de Bernardo Arévalo abrió sus puertas para darles asilo. Esta es la segunda ocasión que el gobierno de Nicaragua maneje su taxi autoritario, pues hace un año el gobierno tomó a 222 líderes de la oposición, periodistas, intelectuales, padres de la Iglesia y activistas que mantenían en prisión, los declaró traidores a la patria, les quitó la nacionalidad e, se apropió de todos sus bienes y los mandó en un avión a Washington”.
Termina Núñez González con este párrafo: “En ambos países el éxodo de ciudadanos que ha tenido que ha tenido por la inseguridad, la persecución y el hambre se cuenta ya por millones, lo cual no es un problema para los gobiernos autoritarios cuya verdadera preocupación es el poder y no el bienestar de su población. Lo que sí es un problema para ellos son aquellos que se quedan para dar la lucha”.
Como secuela de la salida de González Urrutia a España, en forma despectiva y soberbia, Nicolás Maduro afirmó el lunes 9 que en Venezuela deben aprobarse leyes “duras” contra “el fascismo”, un día después de que su contrincante en los pasados comicios presidenciales se exilió en España. “Venezuela tiene que hacer leyes antifascistas severas, porque aquí no puede proliferar el odio, la violencia, la división, la persecución a la gente por sus ideas por su forma de pensar y de ser, señaló durante el programa Con Maduro + el gobernante, quién “ganó” la reelección para un tercer periodo de seis años en los comicios del 28 de julio, lo que generó protestas de la oposición por “denuncias de fraude”, sin presentar pruebas. Hay que ser muy de cara dura para atreverse a manifestar eso en un programa por televisión.
Y la vicepresidenta Delcy Rodríguez, esposa de Maduro, informó antes que el abanderado de la mayor coalición opositora venezolana había salido del país caribeño, con un salvoconducto concedido “en aras de la tranquilidad y paz política”. La funcionaria escribió en Instagram: “Ha partido del país el ciudadano Edmundo González, quien habiéndose refugiado voluntariamente en la embajada del Reino de España en Caracas desde hace varios días, solicitó ante ese gobierno la tramitación de asilo político”. Por cierto, ahora se sabe que el ex candidato presidencial estuvo refugiado en la embajada neerlandesa durante más de un mes antes de salir al exilio.
Por su parte, el fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab, argumentó que el caso abierto contra el dirigente opositor por presuntos delitos asociados al terrorismo quedó “cerrado” tras su partida y reiteró que González solicitó un salvoconducto directamente al Ministerio Público, lo que le permitió viajar a España.
Como continuación del exilio de Edmundo González Urrutia en España, aumenta el cerco internacional contra el régimen de Nicolás Maduro. En este procedimiento, llama la atención el llamativo silencio de gobiernos como el de Brasil y el de México. Un grupo de 45 países —de 47–, miembros de la Organización de Naciones Unidas (ONU), pidió el martes 10 ante el Consejo de Derechos Humanos en Ginebra, Suiza, que “Venezuela ponga fin a la ola de represión contra opositores políticos y manifestantes que se está intensificando en todo el país”, y libere de forma incondicional e inmediata a los detenidos arbitrariamente.
Los firmantes de la declaración que fue leída ante el Consejo de Naciones Unidas por la ministra de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de Argentina, Diana Elena Mondino, economista y empresaria, pidieron también a las autoridades de la República Bolivariana de Venezuela que respeten sin restricciones “las normas internacionales sobre el debido proceso y las condiciones de detención”.
Entre los Estados que apoyan la declaración están naciones iberoamericanas como Argentina, Chile, Ecuador, Guatemala, Paraguay, Panamá, Perú, República Dominicana y Uruguay, con las ausencias de Brasil, Colombia y Venezuela. También firmaron Estados miembros de la Unión Europea como España, Portugal, Italia, Francia, Alemania, así como Estados Unidos de América, Australia, Reino Unido, Japón y Canadá.
La diplomática y economista argentina, Mondino, señaló ante el Consejo que los firmantes desean transmitir su profunda preocupación por la crisis estructural de Derechos Humanos que sufre Venezuela, acentuada este año en el marco de las elecciones cuya victoria se adjudicó Maduro y ante la negativa del régimen a hacer públicas las actas electorales, para no mostrar la evidencia: que ganó el candidato Opositor antichavista Edmundo González Urrutia, que se exilió a España para evitar se encarcelado.
Asimismo, en la noche del martes se supo que al día siguiente, miércoles 11 de septiembre, el Congreso de los Diputados del Reino de España, reconocería a Edmundo González Urrutia como legítimo presidente de Venezuela, con la aprobación de una propuesta del Partido Popular (PP), de la derecha, apoyada por la extrema derecha española y por aliados del gobierno socialista de Pedro Sánchez, que insiste en que todavía hay margen para que el régimen venezolano muestre las actas electorales y señala que ningún gobierno aliado europeo, ha dado aún el paso. Por cuestiones de horario, el autor de esta ISAGOGE desconoce el resultado de esa votación en el edificio parlamentario de San Jerónimo de Madrid. Ya se sabrá. VALE.