Los fines de cada año resultan propicios para formular reflexiones sobre el pasado inmediato y desde luego para enlistar propósitos para el siguiente año. Esta misma actitud se presenta al finalizar ciclos o etapas cuando se realizan revisiones sobre lo acontecido y racionalmente se construyen propósitos o planes para enfrentar el porvenir. El año que finaliza para nuestro país, fue uno más con eventos que desearíamos no hubiesen ocurrido nunca. Los doce meses que están por concluir, resultaron igualmente sombríos por la cauda sangrienta de miles de muertos en la equívoca política contra el narcotráfico de abrazos y no balazos que en los 6 años del Gobierno de Morena rebasan ya los 200 mil muertos y pese al empecinamiento, terquedad, arrogancia y soberbia del anterior y la actual titular del ejecutivo, se deben replantear: estrategia y responsables.
Lo que la Presidencia de la República no puede negar, es la flagrante violación constitucional de emplear al Ejército como fuerza policíaca. Lo afirmamos desde 2007 y lo reiteramos ahora: “se expone a las fuerzas armadas a ser permeadas por la corrupción y se terminará por faltarles al respeto”; hoy cometen graves violaciones a derechos humanos y existen casos de infiltración de la delincuencia organizada en áreas sensibles de inteligencia militar.
En la persecución de la delincuencia organizada hemos afirmado que debe privilegiarse el uso de la inteligencia y se debe golpear a las cadenas financieras por encima del uso de la fuerza y la violencia, hoy testimoniamos el crecimiento de la percepción ciudadana de que se está llegando al extremo de proteger y defender, incluso ante la eventual declaración propuesta por el presidente electo de EEUU de considerarlos como asociaciones terroristas.
En este contexto de auge del crimen organizado, el gobierno logró aplicar el plan “C” para modificar la Constitución y desaparecer instituciones autónomas que se constituyeron como respuesta a una necesidad de contrapesos, además de reformar al poder judicial en su totalidad dejando al país en una transición dolorosa en el que puede preverse un periodo de aprendizaje de los nuevos jueces, magistrados y ministros que serán electos, en el que se pueden esperar errores desde pequeños hasta fatales en la impartición de justicia.
Por otra parte, las cifras oficiales nacionales e internacionales volvieron a evidenciar la indignante pobreza de más de la mitad de nuestros compatriotas. En la economía, pese a la lenta recuperación, a la generación de empleos nuevos que afirman haber creado, el gobierno persiste en mantener sin variación su pésima conducción de la Economía del país, mismo que ha llevado a una casi quiebra con déficit en las finanzas públicas.
Este año en todo el mundo atestiguamos guerras, en Ucrania y en Medio Oriente, con la respuesta a los ataques que recibió Israel de sus vecinos musulmanes. Las protestas recorrieron las calles de Francia, España, Alemania e Inglaterra, y de los propios Estados Unidos, incluso en nuestro país, desde las izquierdas progresistas, en defensa de una cultura que no conocen y no comprenden.
¿El poder de la información en manos de las redes sociales y su impacto en la opinión pública transformó la política? ¿Qué impacto tuvieron en las campañas del 2024?
Las nuevas tecnologías de la información han jugado un papel estelar en este año democrático en el mundo. Se convocaron manifestaciones a favor y en contra de los candidatos de la preferencia del electorado en todo el mundo, México no fue la excepción. Se realizaron marchas cuyos simpatizantes denominaron marea rosa, porque iniciaron como defensa de la democracia para luego apoyar a la candidata de unidad de la oposición. A pesar de ese despliegue, en México ganó la candidata del régimen morenista y la opción de continuidad de las políticas públicas y económicas que se han llevado desde 2019. En los Estado Unidos, ganó presidencia Donald Trump con una propuesta de vuelta a las políticas proteccionistas.
El mundo se ha dividido entre propuestas de políticas progresistas con propuestas de respeto a las minorías culturales, sexuales, étnicas y raciales. Y propuestas conservadoras que piden cerrar fronteras y detener los avances de los grupos de diversidades sexuales, étnicas, culturales para proteger a las mayorías de las manifestaciones contestatarias y a veces violentas de esas minorías. Nos encontramos en un momento vacío de movimiento del péndulo que oscila entre lo liberal y lo conservador, entre la izquierda y la derecha, queda esperar a observar hacia donde avanza en el 2025.
Recordando la mitología griega, Cronos dios del tiempo, hijo de Urano y Gea, y a su vez padre de Zeus y de Hera, con el transcurrir de los días, los meses y los años, en un corto plazo nos hará recordar con nostalgia los tiempos idos y en ocasiones nos hará olvidar acontecimientos que en su momento parecieran inolvidables. La naturaleza del ser humano es así. Los mexicanos en especial, si bien en su momento magnificamos somos al mismo tiempo, propicios al olvido. Por ello, la frase de que nuestros políticos apuestan a la desmemoria colectiva ha tenido tanta fortuna.
Es cierto que recordar y entender el pasado, propicia un mejor entendimiento del presente y es herramienta indispensable para construir el futuro. Solo que igual de malo resulta olvidar fácilmente, como anclarse en el pasado. El dolor que se clava en el alma es para siempre y solo a golpes de raciocinio el hombre supera esos golpes negros que se empozan en el alma como diría el poeta peruano César Vallejo.
En fin, este año 2024 lo mejor que puede pasar es que se acabe. No sin antes agradecer que seguimos en pie y aun con fuerzas para seguir adelante. A mis lectores mis mejores deseos de paz y felicidad para las fiestas decembrinas, así como salud y éxitos personales y profesionales, y recordarles que el próximo 2025 tendremos que seguir luchando esforzadamente por México.