La llegada de la Inteligencia Artificial y su uso en distintos ámbitos de nuestras vidas ha obligado también a actualizaciones en material legal. Un ejemplo de esto lo representa el tema de los derechos de autor, en el cual se ha dado una amplia discusión acerca de si interfaces como ChatGPT violan la autoría de quienes originalmente escribieron material en Internet que es usado tanto para su entrenamiento como ofrecer resultados a los usuarios.

La creación de imágenes, audios o videos no ha hecho sino incrementar la discusión y ya se alistan actualizaciones en varios países para adaptar los marcos normativos a esta realidad.

Pero es en otros campos en donde la preocupación por actualizar las leyes ha tomado un sentido de urgencia, pues ya son varios los casos en los que gracias a esta tecnología se han modificado fotografías con fines de abuso sexual, comercializándolas, lo que ha provocado que los juzgados hayan absuelto a algún señalado o buscar otros delitos para encarcelarlo.

Y que decir del terreno electoral en el cual los videos o audios que simulan a algún candidato para que diga algo contrario a su plataforma electoral o que lo incrimine en alguna irregularidad empiezan a llamar la atención.

La desinformación incentivada por la Inteligencia Artificial en procesos electorales y difundida a través en redes sociales también ha provocado que las legislaciones correspondientes se tengan que actualizar ante los fenómenos emergentes como los que mencionamos en este espacio.