En Ecuador se repite la historia electoral que tuvo lugar, casi como el primer capítulo de la saga de los comicios locales, a fines de 2023 cuando el todavía presidente (algo que tiene lugar en el país pese a la prohibición legal) Daniel Noboa se alzó con un triunfo sorpresivo en las urnas (sorpresivo porque en aquel momento no aparecía como el favorito en las elecciones). Resulta que entones como ahora, los dos contendientes punteros, el propio Noboa y la opositora de izquierda Luisa González —heredera política del ex mandatario Rafael Correa, el último presidente ecuatoriano en ganar una elección en una sola vuelta en 2013—, midieron fuerzas en los comicios presidenciales convocados por la renuncia del entonces mandatario Guillermo Lasso. El balotaje tendrá lugar el domingo 13 de abril próximo y el siguiente mandatario tomaría posesión del cargo el 24 de mayo.

Al momento de redactar esta información, Noboa contaba con el 45.39 por ciento de la votación total, aventajando a González que recibió el 43.26 por ciento, prácticamente empatados. Estos resultados no son los que esperaba el mandatario ecuatoriano pues el reglamento electoral le impide seguir ejerciendo la presidencia al tiempo que hace campaña, lo que le obligaría, a entregar la jefatura del Ejecutivo a la actual Vicepresidenta Verónica Abad, con la que las relaciones no son nada cordiales casi desde que llegaron al poder hace dos años.

De tal forma, Ecuador amaneció el lunes 10 de febrero inmerso en un profundo debate político tras los resultados de las elecciones generales. Mientras Luisa Magdalena González Alcívar (22-XI-1977, Quito), de Revolución Ciudadana, va detrás de las alianzas con sectores sociales y políticos, con una propuesta de gobierno de unidad general, Daniel Toy Gilchrist Noboa Azin (30-XI-1987, Miami, Florida, EUA), de Acción Democrático Nacional (ADN), ahora saldrá a los medios a exponer sus propuestas, pues en la campaña previa apenas había dado dos entrevistas periodísticas evitando el contacto con los reporteros en los espacios de debate.

En suma, para la segunda vuelta el calendario estará fijado para arrancar la campaña  el domingo 23 de marzo con debate presidencial. Y el lunes 24 de ese mes comenzará formalmente la campaña en medios y en las calles, extendiéndose hasta el jueves 10 de abril, y el domingo 13 el pueblo sufragará en una sola papeleta. Para esa fecha, entonces, como sucedió ahora, se convoca a más de 13.7 millones de ciudadanos ecuatorianos para elegir presidente y vicepresidente.  En esta ocasión además se eligieron 151 parlamentarios para integrar la Asamblea Nacional (el Poder Legislativo) y cinco representantes para el Parlamento Andino, quienes ejercerán sus cargos para un periodo de cuatro años. Es posible que vuelvan los 200 observadores internacionales en el balotaje, incluidos los delegados de la Unión Europea (UE) y Organización de Estados Americanos (OEA), entre otros.

El proceso electoral del domingo 9 de febrero se desarrolló en un contexto de alta participación. Los comicios estuvieron marcados por un fuerte despliegue de seguridad. Apenas lo necesario para un país que enfrenta una grave crisis de violencia y constantes amenazas del crimen organizado. Asimismo, el Consejo Nacional Electoral informó que más de 83 por ciento de los 13.7 millones de votantes sufragaron con tranquilidad.

Más de cien mil policías y soldados se desplegaron en todo el territorio ecuatoriano para proteger las elecciones, incluso en los centros de votación. Noboa, su esposa e hijo fueron acompañados por medio centenar de agentes policiacos a un centro de votación donde el presidente depositó su papeleta en la comunidad de Olón.

A diferencia de lo ocurrido en las elecciones de 2023, cuando 10 candidatos a distintos puestos fueron asesinados, entre los que se contaron el abanderado presidencial Fernando Villavicencio, del Movimiento Construye, en esta ocasión no hubo reportes de esa naturaleza, salvo uno o dos incidentes en la provincia de Guayas, todo el proceso iniciado el 5 de enero pasado se desarrolló sin víctimas mortales.

Lo que sí quedó en claro para propios y extraños, fue la decadencia de los partidos políticos tradicionales, que habían ejercido la presidencia en el pasado como el Social Cristiano y la izquierda Democrática. Tanto el candidato socialcristiano, Henry Kronfle, como el de la social democracia, Carlos Rabascall no alcanzaron ni el 1 por ciento de la votación, con el 0.72 por ciento y 0.21 por ciento, respectivamente.

El editorial del periódico mexicano de izquierda, convertido en el portavoz de la 4T desde la presidencia del tabasqueño Andrés Manuel López Obrador Obrador, señala en su editorial del lunes 10 de febrero que ”se posterga así una decisión crucial  para Ecuador y que tiene repercusiones ineludibles en el resto de América Latina:  lo que se juega en esa nación sudamericana es permanecer cuatro años más bajo una presidencia autoritaria y transgresora de las leyes nacionales e internacionales, sin más promesa que combatir la violencia delictiva con la violencia de Estado y sometido a Washington y a los grandes capitales o recuperar el proyecto social que impulsó la Revolución Ciudadana entre 2007 y 2017…”

Sea como sea, Ecuador, hace no demasiado tiempo gozaba de paz en una región conflictiva, ahora se encuentra envuelto en una sangrienta guerra territorio entre cárteles y mafias internacionales rivales, incluso procedentes de México. Hay grupos que compiten por el control de las rutas de tráfico, muy lucrativas y que enlazan los narcocultivos de Colombia y Perú con los clubes nocturnos en Europa, Australia y EUA, a través de los puertos del Pacífico de EUA.

Asimismo, la tasa de homicidios de Ecuador creció de seis por cada 100 mil en 2018 a 38 en 2024, pasando por el récord de 47 en 2023. Esta situación ahuyentó al turismo internacional y derivó en la migración de decenas de miles de ecuatorianos. Otros problemas de carácter social que afectan a Ecuador se relacionan con la educación. Según una evaluación del Instituto Nacional de Evaluación Educativa, hasta el año 2024 los estudiantes de escuelas y colegios alcanzaron alrededor de 700 puntos, el nivel mínimo de competencias en materias como matemáticas y ciencias, entre otras.

Además del miedo a las bandas criminales, los ecuatorianos fueron afectados durante tres meses el año pasado por racionamientos eléctricos hasta de 14 horas diarias —como si fuera Cuba, dicen los opositores al gobierno—, y ahora la preocupación es si en lo que resta del año que apenas comenzó sucederá algo similar. El gobierno atribuyó los cortes eléctricos a una fuerte sequía y a la falta de mantenimiento de centrales térmicas.

Según cálculos particulares, 7,500 millones de dólares dejaron en pérdidas los recientes cortes de energía eléctrica de acuerdo a las cámaras de producción y comercio de todo el país.

Pese a que durante el mandato de Noboa, Ecuador —el país de la línea equinoccial o paralelo 0, cuya mayor parte de territorio se encuentra en el hemisferio sur—, pasó de ser uno de los países más pacíficos de la región, al primer sitio de violencia, el “candidato oficialista” ha prometido endurecer su guerra contra el crimen organizado mediante una mano fuerte similar a la de Nayib Bukele en El Salvador.

No solo eso, sino que durante la campaña de la primera vuelta lanzó guiños autoritarios para que Donald Trump —el novísimo Tío Sam de espada desenvainada—, se fije en él y lo incluya entre sus líderes latinoamericanos “preferido” (si es que acaso existe esta clasificación en los designios del magnate), como ha hecho con el presidente de Argentina Javier Milei (invitado “de lujo” a la toma de posesión en Washington el 20 de enero pasado, o el carcelero de moda, el salvadoreño Bukele. Que le ha ofrecido a Trump recibir en sus cárceles a todos los inmigrantes legales latinoamericanos que le envíe desde EUA.

A tal grado llega la desesperación de Noboa, que días pasados anunció cobrar aranceles del 27 por ciento a las importaciones mexicana, aranceles, por cierto, que no le provocaron ni risa a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo. Dijo que eran “más sabrosos los camarones mexicanos que los que exporta Ecuador”. El propósito de Noboa era más que claro. Pero falta por ver el efecto que esta medida pudo causar en el resultado de los comicios presidenciales. Más bien hay que tomar esta “genialidad” como un peldaño más en la política antimexicana del presidente-candidato ecuatoriano, desde el 5 de abril de 2024 cuando ordenó violar la embajada mexicana en Quito para detener al ex vicepresidente Jorge Glas, que tenía refugio diplomático en la sede mexicana en la capital ecuatoriana.

La presidenta Claudia Sheinbaum, al ser cuestionada sobre el resultado de los comicios presidenciales en Ecuador, sin importarle una posible injerencia en los asuntos internos de un “país hermano” de Latinoamérica, con el que por el momento no hay relaciones diplomáticas, declaró: “Ojalá en Ecuador pronto griten Presidenta, con a, y se puedan restablecer las relaciones entre ambos países”. CSP expresó su deseo de que triunfe en segunda vuelta Luisa González, la abanderada de Revolución Ciudadana, a la que conoció en la Ciudad de México hace dos años.

Como se sabe, los contactos diplomáticos entre ambas naciones están suspendidos desde abril de 2024 cuando la presidencia ecuatoriana decidió no respetar las normas internacionales el 5 de abril pasado, y decidió tomar por asalto la sede diplomática mexicana en la capital ecuatoriana para arrestar al ex vicepresidente Glas, que recibía asilo en dicha cancillería. Buscó refugio en suelo mexicano cuando en su patria le acusaron de varios delitos, por cierto.

La candidata izquierdista ecuatoriana, ahora candidata a la segunda vuelta en abril próximo, horas antes de los comicios declaró que trabajaría para restablecer los lazos con México tras el asalto a su embajada. “El actual presidente se ha peleado con todos los que ha podido, con México al violar la sede diplomática, y con Rusia al intentar entregar armamento ruso que probablemente enviaría a Ucrania”.

Por lo mismo, Luisa González respondió en X a Sheinbaum: “Agradezco el mensaje de la presidenta Claudia Sheinbaum. Trabajaremos por un Ecuador justo con oportunidades reales y estabilidad. Las relaciones con México serán de respeto y cooperación en beneficio de nuestros pueblos”. De parte de Noboa, no podía ser diferente, ni media palabra.

Más allá de filias y fobias, lo deseable para Ecuador es que el elector elija al que considere su mejor mandatario. Blanco o rojo, de derecha o de izquierda. Eso lo sabremos hasta el próximo mes de abril. Bastante mal le ha ido con varios de los gobiernos de los últimos tiempos, llámense Daniel Noboa, Lenin Moreno, Rafael Correa, Guillermo Lasso. Nada más, nada menos. VALE.