El tema de la migración o flujos de movilización del ser humano, está presente desde los albores de su vida en el planeta. El hombre  busca mejores condiciones de vida y por tanto cambia o migra constantemente.

Las razones pueden y son diversas, mejores condiciones climáticas, la incesante búsqueda de alimentos, alejarse de peligros eminentes y otras muchas causas. La migración, es pues consustancial al ser humanos, como la fecundidad y mortalidad.

En la actualidad, obviando los múltiples precedentes históricos, hemos testimoniado como miles de migrantes del Oriente Medio huyendo de las interminables guerras, asaltaban las fronteras turcas, griegas, italianas, rumanas, en fin, las fronteras de Europa toda. Al igual que oleadas de habitantes de África del norte, hacían lo propio.

La respuesta y reacción, de los países receptores ha sido diferente. Encontramos desde rechazo y fronteras rodeadas de alambres de púas, para evitar el ingreso;  hasta la acogida fraternal y humanitaria.

Las guerras civiles, los conflictos internacionales, los disturbios étnicos, la discriminación racial, la intolerancia religiosa, la degradación del medio ambiente, los desequilibrios económicos, la pobreza extrema o la búsqueda de mejores niveles de vida han provocado que millones de personas abandonen su lugar de origen, produciendo efectos directos en las sociedades y en las economías de los países receptores.

Según la estimación más reciente, en 2020 había en el mundo aproximadamente 281 millones de migrantes internacionales, una cifra equivalente al 3,6 por ciento de la población mundial. Globalmente, el número estimado de migrantes internacionales ha aumentado en las últimas cinco décadas. El total estimado de 281 millones de personas que vivían en un país distinto de su país natal en 2020 es superior en 128 millones a la cifra de 1990 y triplica la cifra de 1970.

Regionalmente la cifra de migrantes  en 2022 América del Norte, con casi 59 millones de migrantes internacionales, equivalentes al 21 por ciento de la población mundial de migrantes, África, con el 9 por ciento, América Latina y el Caribe, con el 5 por ciento, y Oceanía, con el 3 por ciento.

Estados Unidos es el principal receptor de migrantes en el 2020 cerca de 51 millones de personas nacidas en el extranjero han migrado hacia esa nación.

Al respecto, el gobierno de nuestro país,  estableció un programa permanente con el objeto de coadyuvar a la protección de los derechos humanos de los indocumentados de origen guatemalteco, hondureño, salvadoreño, ecuatoriano, nicaragüense, costarricense, brasileño, venezolano, dominicano y peruano, así como aquellos provenientes de otros países que se han internado en territorio nacional careciendo de la documentación migratoria.

Seguimos presenciamos la llegada de caravanas de migrantes que buscan, unos radicarse en nuestro territorio y otros atravesar el territorio nacional para dirigirse a la frontera con los Estados Unidos para  intentar el “American Dream”.

Las remesas consistentes en transferencias de dinero o en especie que los migrantes hacen directamente a sus familias o comunidades en los países de origen. Los datos existentes indican un aumento mundial de las remesas en las últimas décadas, pasando de 128.000 millones de dólares de los Estados Unidos en 2000 a 831.000 millones de dólares de los Estados Unidos en 2022.

En México el monto acumulado de los ingresos por remesas de enero a noviembre de 2024 ascendió a 59,518 millones de dólares, cifra superior a la de 57,822 millones de dólares reportada en el mismo lapso de 2023 y que significó un aumento anual de 2.9 por ciento.

En razón de la situación en que se encuentra inmerso nuestro país, es necesario que logremos la sensibilización de la sociedad de que el migrante, independientemente de su condición documentada o indocumentada, debe ser tratado con dignidad y respeto. Lo que incluye la protección de su vida, libertad e integridad personales, así como el derecho a que se les trate, junto con su familia, con respeto a su dignidad, sin importar su sexo, religión, idioma, cultura o color de piel.

No hacerlo así, nos desnuda moralmente frente al actual gobierno de los Estados Unidos que inmerso en el inicio de un nuevo mandato, está retomando el tema de la expulsión de migrantes ilegales, del Muro fronterizo para – según el – detener la migración de miles de mexicanos, centroamericanos y de otras nacionalidades que buscan internarse en su país. Trump, sigue sin entender y muchos de sus xenófobos seguidores tampoco.  No será con Muros, ni amenazas de imposición de aranceles que se detendrá la Migración.