El pasado fin de semana en una velada de sábado a domingo en la plancha del zócalo de la ciudad de México, diversos colectivos de búsqueda de personas desaparecidas, acompañadas de las cientos de personas que se solidarizan con los padres y madres que buscan a sus hijos desaparecidos; permanecieron de manera pacífica para manifestar su dolor, ante la pobre respuesta del gobierno de la República tras el hallazgo de los crematorios clandestinos encontrados en un rancho de Jalisco.
La respuesta oficial ha sido la negación de la gravedad de la existencia de un sitio de adestramiento para reclutar efectivos para el cártel de Jalisco Nueva Generación, lugar en el que presuntamente también se realizaba el exterminio de los jóvenes que se negaban a colaborar y los que no tenían aptitudes físicas requeridas para las tareas que les eran requeridas.
Respuestas como las de la Fiscalía General de la Republica, que van desde la negación de que existieran crematorios descritos por los colectivos de búsqueda, a las declaraciones absurdas del presidente del Senado, insinuando que los zapatos encontrados en el lugar solo se trataba de zapatos abandonados, pero que nada prueba que los mismos pertenecieron a personas desaparecidas; como si las personas llevaran a tirar sus zapatos a ese lugar en donde se encontraron 400 pares de zapatos, ropa, maletas y mochilas abandonadas a la intemperie.
El argumento de los diversos funcionarios que han declarado sobre el tema, es que en todo caso los hechos ocurrieron antes del sexenio de López Obrador, circunstancia poco creíble en virtud del estado poco degradado en que se encuentran los objetos encontrados a la intemperie a pesar de la exposición al sol, lluvia y polvo. En el lugar al menos tres familias del colectivo Luz de Esperanza han reconocido ropa, bolsas y tenis pertenecientes a sus familiares entre los objetos localizados en el sitio.
Las declaraciones oficiales tratan de minimizar los hechos ocultando la verdad, y una vez que la FGR atrajo el caso, ha iniciado sus “investigaciones” y ha impedido que los colectivos de búsqueda tengan acceso al lugar encontrado, por lo cual dichos colectivos presentarán una queja ante la CNDH en la que señalan la importancia de que les permitan estar presentes en la inspección del terreno del rancho Izaguirre para poder asegurarse de que los trabajos se realizaran de manera adecuada, y de esa manera poder evitar que suceda lo que sucedió desde septiembre del año pasado cuando descubrieron el lugar y la Guardia Nacional se hizo cargo del sitio. La decisión de interponer la queja, se tomó una vez que fueron notificados mediante un oficio en el que se les informaba que la investigación, fue atraída por la FGR y que no podrán participar en el proceso hasta que la autoridad federal lo determine. La poca esperanza en respuesta de la CNDH, al haberse convertido en una oficina más del Gobierno de Morena, deja sin recursos dentro del país a los familiares de los desaparecidos.
De entrada existe ya un prejuicio emitido por el Fiscal General, al declarar la negación de existencia de los crematorios, y al considerar que solo se trata de un campo de adiestramiento del CJNG; la línea oficial es clara de entrada, negar la existencia de un sitio de exterminio, y en todo caso endosar los hechos a sexenios anteriores a los de Morena.
Las estrategias para desacreditar el hallazgo de los colectivos de búsqueda han llegado hasta lo increíble, la noche del lunes 17 de marzo circuló en redes sociales, un video en el que supuestamente integrantes del CJNG desconocen dicho centro de exterminio, y ponen en duda la autenticidad de los objetos encontrados, asegurando que todo se trata de un montaje en el que medios de comunicación han caído. Tan desesperados están en Palacio Nacional por evitar que se convierta en el golpe que tumbe la popularidad del gobierno de la Sra. Presidente, que recurren al apoyo del poco creíble dicho del CJNG para avalar su negativa de la existencia de dicho centro de adiestramiento y exterminio.
No es admisible que la sociedad se mantenga insensible ante tanta atrocidad y ante la negativa del gobierno por llegar al fondo de los hechos, que el gobierno se preste a montajes exculpatorios y que solamente trate de minimizar, la localización a todo lo largo y ancho del territorio nacional, los múltiples lugares clandestinos de enterramientos y cremaciones colectivos de las personas victimizadas por el crimen organizado. Como durante la segunda guerra mundial en el exterminio nazi a los judíos: “Ayer vinieron por los jóvenes desaparecidos y nadie dijo nada”.