En medio de una nación polarizada y agobiada por la violencia del narcotráfico, sumada a la criminalidad y la debacle económica, el domingo 13, la República de Ecuador realizó la segunda vuelta de los comicios presidenciales bajo estrictas medidas de seguridad. En vísperas del balotaje, el gobierno del presidente-candidato David Roy Gilchrist Noboa Azín declaró 60 días de estado de excepción parcial (en Quito, siete de sus 24 provincias y en el sistema penitenciario) y ordenó toque de queda nocturno de siete horas diarias en las regiones más afectadas por la guerra contra los grupos criminales. Datos oficiales aseguran que en el país cada hora se comete un asesinato. A la par se suspendieron los derechos a la inviolabilidad de domicilio, correspondencia y a la libertad de reunión.
Pese a las últimas restricciones el Consejo Nacional Electoral (CNE) reportó que la participación ciudadana fue casi de 83 por ciento de un padrón de 13.7 millones de electores. En este país, el voto es obligatorio. Se registraron 6.71 por ciento de boletas nulas y 0.65 por ciento en blanco. Asimismo, el organismo electoral dio a conocer que Noboa, candidato del oficialista Partido Acción Democrática (ADN), logró 55.85 por ciento de votos, por 44.15 por ciento de Luisa Magdalena González Alcívar, de la opositora izquierdista Revolución Ciudadana (RC), con 93 por ciento de escrutinio.
Shiram Diana Altamaint Wamputsar, presidenta del CNE en una rueda de prensa dijo que la tendencia a favor de Noboa era irreversible: “a las 20.15 horas informamos al pueblo ecuatoriano que, una vez procesado más del 93 por ciento de actas a escala nacional, se marca una tendencia irreversible en los resultados de la segunda vuelta presidencial. La autoridad electoral considera que el binomio ganador corresponderá a Acción Democrática Nacional conformado por Daniel Noboa Azín y María José Pinto”.
Desde su domicilio particular, en Olón, pueblo de pescadores de la provincia de Santa Elena, Noboa destacó su triunfo: “Ha sido a base de perseverancia, de lucha, de trabajo, de cada uno de los miembros de este equipo que busca un nuevo Ecuador”. Abundó en los reconocimientos a sus gabinete por los trabajos realizados en su primer periodo presidencial, sin aludir a su rival política ni contestar las críticas de los observadores internacionales que le hicieron sobre el uso de recursos públicos en su campaña, o a los cuestionamientos por no haber pedido licencia para hacer proselitismo y nombrar a una vicepresidenta sin base legal Cynthia Gellibert como “vicepresidenta encargada”.
Al festejar el éxito, Noboa adelantó que hará cambios en el equipo de trabajo para ajustar el arribo a un nuevo mandato de cuatro años el próximo 24 de mayo, y trató de restar importancia las denuncias de Luisa González al asegurar que un millón de votos de diferencia hacen “imposible” que se hablara de fraude en los comicios dominicales.
Pero, el “triunfo” de la jornada dominical llamó la atención de los encuestadores —nacionales y extranjeros—, que habían anunciado desde varios días antes de la votación que habría una estrecha diferencia entre Noboa y González; en unos casos a favor del mandatario-candidato y en otros por la abanderada opositora de Revolución Ciudadana. Es más, en las encuestas de salida que se dieron a conocer a las 17.00 horas (tiempo local), la diferencia beneficiando a Noboa no superaba ni los tres puntos. Por lo mismo, cuando ingresaban los datos en el sistema del Consejo Nacional Electoral resultaban de poca credibilidad, lo que obligó a que por tres horas de suspendiera la declaración de Luisa González.
En la votación inicial de febrero pasado, Noboa obtuvo 44.17 por ciento de votos, frente a 44 por ciento de la candidata de RC, con una diferencia de apenas 17,800 sufragios. De ahí la sorpresa de la oposición, porque no aumentó la votación de la primera vuelta, incluso habiendo recibido el respaldo del movimiento indígena y de varios partidos de izquierda.
De tal forma, que no fue sorpresa cuando la abanderada de RC denunció la victoria del oficialismo al contabilizar el balotaje: “Revolución Ciudadana siempre ha reconocido una derrota cuando así lo han demostrado las estadísticas. Hoy no reconocemos los resultados presentados por el CNE”, sostuvo Luisa Magdalena ante sus fieles seguidores, y enfatizó que los comités estuvieron marcados por varias irregularidades. Cuando señaló que hará un pedido formal de recuento recibió apoyo de sus simpatizantes que coreaban: “¡fraude, fraude, fraude!”
De acuerdo con Luisa González más de diez encuestas, “incluso las del oficialismo” la daban como ganadora. Es más, agregó lo siguiente: “Denunció ante el pueblo, los medios y el mundo que enfrentamos el fraude electoral más grotesco de nuestra historia republicana”. Pidió un recuento de votos y solicitó la apertura de urnas, al considerar que existen dudas sobre la transparencia del proceso electoral.
Y en un mensaje dirigido a la militancia de su partido y al CNE, González manifestó: “Me niego a creer que existirá un pueblo que prefiera la mentira antes que la verdad. Y en nombre del pueblo al que representamos nosotros no reconocemos los resultados”, volvió a denunciar.
Por si algo faltara, Andrés Araiza, secretario ejecutivo de la RC, reveló la existencia de actas sin firma de los vocales de la junta electoral en parroquias y cantones donde su organización política siempre obtiene altos porcentajes de apoyo. Y, más temprano, Heraldo Muñoz, jefe de la misión den observadores de la Organización de Estados Americanos, había destacado la importancia de garantizar el control electoral, particularmente en los lugares donde hay estado de excepción e incluso toque de queda.
Las reacciones internacionales no tardaron en hacerse presentes. El presidente de Colombia, Iván Duque felicitó a Noboa a través de redes sociales y calificó los resultados como un “contundente triunfo” y celebró la derrota del “socialismo del siglo XXI y el correísmo”, en alusión al proyecto político heredado del expresidente Rafael Correa.
Noboa llegó al poder en 2023, cuando contaba con 37 años de edad, con un discurso enfocado en la seguridad y la lucha frontal contra las bandas criminarles. En esos momentos su nombre apenas figuraba entre los contendientes fuertes para gobernar Ecuador. Ahora, todos indica que extenderá su permanencia en el palacio de Carondelet —construido en 1895 y que fue utilizada como Casa Presidencial hasta 1939–, tras haber llegado al poder con nunca propuesta disrupción y una carrera apolítica prácticamente inexistente.
De hecho, Daniel Noboa nació en Miami, Florida, EUA el 30 de noviembre de 1987, y fue educado en varias universidades estadounidenses: Nueva York, Northwestern, Harvard y George Washington. En su corta vida, solo había tenido una sola incursión formal en la política como legislador, antes de convertirse en presidente en octubre de 2023, cuando ganó en segunda vuelta a la candidata correísta, la propia Luisa González, tras la disolución de la Asamblea Nacional impulsada por el entonces mandatario Guillermo Lasso.
Descendiente del imperio bananero más fuerte de Ecuador, Noboa dio sus primeros pasos en el mundo empresarial bajo el amparo de su padre, el magnate Álvaro Fernando Noboa Pontón (21 de noviembre de 1950, Guayaquil, Ecuador), padre de tres varones y una mujer, considerado como el ciudadano ecuatoriano más rico del país, con una fortuna que ronda los 1,000 millones de dólares, que fue cinco veces aspirante fallido a la presidencia Nacional. Daniel fundó su propia empresa de entretenimiento a los 18 años de edad, aunque fue en la corporación Noboa donde adquirió notoriedad como director naviero.
Tal y como sabe, ahora el presidente reelecto tiene un nuevo mandato de cuatro años con el respaldo del Movimiento Acción Democrática Nacional (ADN), en medio de críticas legales y políticas por no haberse separado del cargo durante la campaña. De hecho, la Corte Constitucional —la suprema corte del país—, falló a su favor pero el tema provocó polémica entre expertos jurídicos y la oposición, quienes cuestionaron tanto el marco legal como las formas de su administración.
A la controversia por su decisión de mantener, a la vez, la presidencia y la candidatura a la presidencia, se suman las discusiones con la vicepresidenta legítima Verónica Abad, a quien marginó del poder y envió al extranjero en funciones diplomáticas.
En su agitada presidencia, hay que recordar el rompimiento de relaciones diplomáticas con el gobierno de México, debido a la irrupción policiaca ordenada por Noboa parea capturar al ex vicepresidente Jorge Glas, refugiado en la embajada azteca protegido por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, que concedió asilo diplomático al inculpado. Antes de los comicios, la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum Pardo, dijo, al referirse a los candidatos presidenciales ecuatorianos: “Ojalá Ecuador pronto grite presidenta con “A”, con mensaje claro a la candidata de izquierda Luisa González. El enfrentamiento diplomático México-Ecuador, derivó en un litigio en la Corte Penal Internacional entre los dos gobiernos, con acusaciones mutuas de contravenir tratados internacionales, lo que derivó en otro incidente, que Venezuela y Nicaragua rompieron las relaciones diplomáticas con Quito. Dados los resultados electorales, lo más probable es que continúen rotos los contactos entre México y Ecuador.
Si el proceso electoral de Ecuador culmina en la toma de posesión el 24 de mayo próximo, como es lo más seguro, los comentaristas ecuatorianos afirman que Quito mantenga una relación estrecha con la administración de Donald Trump, de quien se ha declarado ferviente seguidor. Es más, la CNN informó, a fines de marzo, que Ecuador está sentando las bases para la llegada de fuerzas estadounidenses en el país. Según un alto funcionario ecuatoriano experto en temas de planificación, la construcción de una nueva base naval americana en la ciudad costera de Manta, forma parte de los planes de acercamiento de Noboa con Trump, incluyendo viviendas y oficinas administrativas de estilo cuartel diseñadas para apoyar operaciones sostenidas y al personal militar del Tío Sam.
El círculo cercano de Noboa lo forman ex condiscípulos en las universidades estadounidenses y socios empresariales que viven en EUA. Está casado con Lavinia Valbonesi, influencer de 26 años edad, madre de dos de sus hijos. Su ex esposa, Gabriela Goldbaum lo acusó ante el Congreso de violencia vicaria. Y, la ex vicepresidenta Verónica Abad lo demandó por violencias de género tras separarla del cargo.
En fin, el panorama de Ecuador no es nada halagüeño a corto plazo, el periódico The Economist publicó a fines de año, un reportaje acusando a Ecuador como el narco-Estado más reciente del mundo. Las razones son variadas: jueces, policías y fiscales, forman parte de las redes de cárteles que funcionan en el país. Y, Luisa González, la candidata de izquierda derrotada no le perdonará la ofensa. Habrá pelea. ¡Pobre Ecuador! VALE.


