La política de Donald Trump, plagada de amenazas y provocadora de verdaderos sismos en el escenario internacional, paraliza –tétanise- a Europa, dice Dominique de Villepin, primer ministro, de 2005 a 2007, del presidente francés Jacques Chirac, y -añade- fascina a los autócratas.

El sismo Trump, paraliza no solo a Europa sino a gobiernos, economías y sociedades de otras regiones del globo. Aunque no falten gobiernos que literalmente se arrodillen ante el magnate neoyorkino o se atrevan a desafiarlo.

¿Y quiénes son los autócratas? Encabezados por Trump, hay mucho de donde elegir, empezando -por mi parte- con Marine Le Pen, a quien la justicia francesa ha condenado por corrupción, lo que le impide ser candidata a la presidencia en las elecciones de 2027 y da título a este artículo.

Acto seguido, enumeraré a los dirigentes de la extrema derecha, principalmente, que han apoyado a la carismática líder francesa, quien este domingo 6 de abril, al grito de: “¡a tomar la calle!”, encabezó en la Plaza Vauban, del acomodado distrito 7 de París, una movilización “no en contra, sino en apoyo a la democracia francesa”. Aunque es necesario consignar que también tuvo lugar una manifestación rival de izquierda, en la Plaza de la República, denunciando lo que los organizadores llamaron un “giro trumpista” del partido de Le Pen. Pero no quedó ahí la cosa, pues también tuvo lugar un tercer evento, organizado por el oficialismo: el partido de Macron, el centrista Renacimiento, celebró su propio encuentro en Saint-Denis, un suburbio obrero del norte de París, advirtiendo sobre una “amenaza existencial al estado de derecho”. Todas las concentraciones con escasa participación. La de la izquierda y la de Le Pen apenas reunieron, cada una, 3000 asistentes, lo que para la desafiante ultraderechista ha sido un trago amargo.

Sin embargo, Marine Le Pen está pudiendo contar con el apoyo ruidoso de personalidades de la ultraderecha, especialmente de la política y gobiernos: Viktor Orbán, primer ministro húngaro, fundador, con la francesa, del partido Patriotas por Europa, iliberal que actúa en el Parlamento de la Unión Europea. Recuérdese, además, que Orbán, amigo de Putin, ha rendido pleitesía a Trump y es un Caballo de Troya para la propia Unión Europea a la que pretende debilitar, por no decir, destruir. Matteo Salvini y Santiago Abascal, ultras italiano y español, enquistados en los gobiernos de derecha de sus países, criticando furiosamente al presidente francés Emmanuel Macron por una sentencia ¡del poder judicial!, condenatoria de Marine Le Pen. Pero no son todas, ni las más importantes, quizá, las expresiones de apoyo de estos personajes, sino la apología que hacen de ella, en su enrevesado estilo, ni más ni menos que Trump, Musk y hasta el Kremlin -hago notar que Putin llegó a financiar en el pasado su campaña política.

Muchos más podrían añadirse a una lista de autócratas fascinados por Trump e intentando emularlo, y no solo de ultraderecha o simple derecha -añado a Milei, a Nayib Bukele y Noboa, si gana los comicios en Ecuador- sino de izquierda -Maduro, Daniel Ortega y su insufrible cónyuge, y Diaz Canel.

Claro que los autócratas importantes son otros y no necesariamente se pliegan al presidente estadounidense. Comenzando por Xi-Jinping, que lo desafía, el indio Narendra Mori, Benjamín Netanyahu, que amerita comentarios en mi artículo.:

Concluyo el tema de Marine Le Pen diciendo que la sentencia que la condena tiene materia y está ampliamente fundada y motivada. Es resultado de una investigación que tiene lugar desde 2015 por el manejo de 4.4 millones de euros de dinero público que se repartían como pagos a amistades, protegidos y hasta a familiares de Marine: su mejor amiga, excuñada y asistente personal, Catherine Griset; Yann Le Pen, hermana de Marine y madre de Marion Maréchal, Micheline Bruna, secretaria particular, etc.

La condena dictada el lunes, a cuatro años de prisión —dos de ellos firmes—100.000 euros de multa y ¡los cinco años de inhabilitación!, impide a Le Pen postularse como candidata a la elección presidencial en 2027. Además de ella, se ha condenado a 24 personas por su presunta participación en un sistema de malversación de fondos que se prolongó durante 11 años.

Todo ello sin perjuicio de que Donald Trump, denuncie una “caza de brujas” contra Le Pen y el Kremlin hable de “la violación de las normas democráticas”.

Respecto a otro tema, algunos de los autócratas y otros que no lo son, tendrán que enfrentar los aranceles que impone Trump a diestra y siniestra: hoy China, que no le teme. “eleva la apuesta”, pero muchos otros, aunque, según noticia de última hora, se beneficiarán de una tregua de 90 días que concede el desorbitado estadounidense.

En tanto que, en esta “hora de las mujeres”, las hay lamentables como Marine Le Pen, pero también de valía, como Úrsula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, que está manejando el tema de aranceles y otros con finura y energía, simultáneamente, frente al “loco de Palacio” y el fuego amigo en la Unión Europea, plagada de eurófobos del tipo Orbán.

Otro tema empantanado, a pesar de que Trump dragoneaba de que lo resolvería en 24 horas y presumía de su buena -excelente- relación con Putin, es el de la guerra en Ucrania, sin mesa de negociaciones instalada para un alto al fuego, Putin escabulléndose con las mismas exigencias, el estadounidense enfurecido y amenazando y los países de la Unión Europea -menospreciada y al mismo tiempo motivo de la envidia de Trump- rearmándose. Y Zelensky en la impotencia, mientras la guerra, con sus muertos y su destrucción, continúa.

El asunto, igualmente ineludible por su horror y las funestas consecuencias que está provocando, es el de Gaza y Cisjordania. Al lado de otros del Medio Oriente, and beyond: Erdogan y Turquía, así como Irán y el pacto nuclear que Trump le propone. Que hoy no abordaré.

El tema de Gaza y Cisjordania y la actual acción de Israel, que sigue destruyendo y matando, así como su tarea de relocalizar a miles de palestinos, tiene que ver con la reunión de Trump y Netanyahu, invitado, apenas, en la Casa Blanca.

Por cierto, evade el premier la orden de aprehensión en su contra, dictada por la Corte Penal Internacional, que podría hacerse válida si su aeronave surcara el cielo de algún país que acepte la jurisdicción de ese alto tribunal. Una orden de aprehensión vinculada a los delitos de lesa humanidad que presuntamente está cometiendo Netanyahu.

El proyecto sobre los territorios palestinos tiene que ver, en consecuencia, con la idea de convertir la franja en una jauja de inversiones inmobiliarias -entre otras, probablemente la Riviera del Medio Oriente, fantasía trumpiana todo ello.

Para Netanyahu tiene otros objetivos -sin excluir los de Trump. Primero, deshacerse de los odiados palestinos, avalar el despojo y asentamiento, de colonos judíos extremistas en esas tierras, y consolidar el apoyo de líderes y partidos extremistas al ya eterno gobierno del premier. Quien, con ello, seguirá escapando de proceso penal y hasta de cárcel, por múltiples delitos.

Paralelamente a esta reunión, se dan otros movimientos políticos interesantes: Macron brilla de nuevo internacionalmente, se entrevista con el presidente egipcio, en El Cairo, y anuncia que Francia podría reconocer, en junio próximo al Estado palestino.

Al tiempo que Avi Gil, destacado diplomático en el gobierno de Shimon Peres, académico y autor de importantes libros, previene que, Israel no podrá ser Estado Judío si no se crea el Estado Palestino. Y expresa su deseo de que, para tal efecto, Saudi Arabia -poderosa- capitanee un acercamiento de Israel y el mundo árabe.

Insh’Ala, digo yo.