Los siete países que integran el foro el G7 son Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido se reunieron para debatir sobre inteligencia artificial, conflictos bélicos, seguridad energética y comercio global. Su objetivo es coordinar las finanzas, la economía, el empleo, la seguridad, la política comercial y algunos otros temas. Este año se llevó a cabo en Kananaskis, Alberta Canadá, los días 15 y 16 de junio, cumbre a la que fue invitada como observadora la presidente de México. Los temas que se abordaron van desde la paz y la seguridad internacional hasta la estabilidad y el crecimiento económico mundial, pasando por la transición digital y la inteligencia artificial, los desafíos y las oportunidades globales actuales requieren  del trabajo conjunto para buscar soluciones compartidas.

Seis de los líderes del Grupo de los Siete intentaron demostrar su influencia para aliviar los focos de tensión que afectan la realidad geopolítica actual. La agenda de esta reunión de dos días estuvo marcada por la escalada en Medio Oriente, con especial énfasis en el fuego cruzado entre Irán e Israel, y el apoyo de las potencias a Ucrania para hacer frente a la invasión rusa.

El presidente Donald Trump, tuvo que retirarse el lunes por la noche debido a la intensificación del intercambio de misiles entre Irán e Israel, antes de salir de la reunión, suscribió un comunicado conjunto  en el que afirmaba que Teherán “nunca podrá tener un arma nuclear” y pedía una “desescalada de las hostilidades en Medio Oriente, incluyendo un alto el fuego en Gaza”.

Después de que el martes  se cancelara la esperada reunión entre la Presidente de México, Claudia Sheinbaum, y el  de Estados Unidos, Donald Trump, la presidente confirmó en las redes sociales, que habló con el mandatario norteamericano en el marco de la cumbre del G7. Que sostuvo una llamada telefónica con Trump, en la que él le explicó por qué no pudo encontrarse con ella como habían acordado: “Tuve una muy buena conversación telefónica con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien me comunicó que ayer salió de emergencia por la situación en Medio Oriente”.  “Coincidimos en trabajar juntos para llegar pronto a un acuerdo en diversos temas que hoy nos preocupan”.

La presidente de México tuvo la oportunidad de reunirse con varios mandatarios que asistieron a la cumbre como el primer ministro de Canadá, Mark Carney el primer ministro de la India, Narendra Modi; el presidente brasileño Lula Da Silva, el presidente de Corea del Sur, Lee Jae-myung; el presidente de la República de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa; el presidente del Consejo Europeo, António Costa; la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyer; y el canciller federal de Alemania, Friedrich Merz.

La relación bilateral con los Estados Unidos, es la más importante para nuestro país. En tiempos recientes la agenda bilateral se volvió monotemática con el tema de la seguridad y el narcotráfico. Ahora, la atención se comparte con migración  y comercio, sin que aquel se hubiese desplazado como prioritario. Las tensiones entre ambas naciones desde siempre han generado fricciones, sobre todo cuando nuestro país, defiende sus intereses soberanos. Aunque  desde la época de la “enchilada completa” se adoptó una posición obsecuente y complaciente con nuestros vecinos.

La crisis económica – financiera que se ha producido en la mayoría de los países del mundo derivada principalmente por la agresiva política arancelaria de Estados Unidos  y, cuyos efectos en algunas regiones del mundo se manifiestan con mayor intensidad, es parte de una nueva geopolítica y la configuración del nuevo poder político. Otro de los focos de tensión fue la incertidumbre económica global, luego de que Trump impusiera aranceles a países en todo el mundo que amenazan con una desaceleración de la economía mundial.

La integración regional con el tratado de libre comercio ha permitido que la región del norte de América se consolide como la más próspera a nivel global, y ha beneficiado a millones de trabajadores del campo así como a los consumidores. Estas severas medidas obligarán al gobierno federal a voltear a ver al sector agroalimentario olvidado durante todo el sexenio anterior y regresar a los apoyos al campo mexicano, que durante décadas se estuvieron manteniendo.

En este escenario México tiene una economía en crisis con un casi nulo crecimiento, alto desempleo, y el endurecimiento de las condiciones monetarias en México, el alza de la inflación que en el mes de mayo rebaza ya el 4%, son factores que en términos generales lo explican. Aunado a la crisis de seguridad con un alza en los índices de violencia, y la turbulencia política soterrada provocada por el propio Ejecutivo Federal.

En el ámbito internacional testimoniamos  el recrudecimiento de la guerra en Medio Oriente, ahora de manera directa con fuego cruzado entre Irán e Israel, guerra que habrá que observar de cerca por los acontecimientos en aquel escenario que aunque lejos territorialmente, tendrá un impacto mundial del que México no podrá sustraerse.

Otra acción plausible de la diplomacia mexicana y que no debe escatimarse en  reconocerse, es el fortalecimiento de las relaciones con las naciones hermanas. La actuación de nuestro Canciller quien se ha dedicado  a “desfacer entuertos”, al perseverar en los principios que rigieron la tradición diplomática de nuestro País y que le valieron el respeto de la comunidad Internacional. Ahora, se deberá recuperar la dignidad y el liderazgo que desde siempre ejerció México en la región.

Muchos mexicanos estamos esperanzados en que nuestra diplomacia como antaño participe como una especie de “conciencia internacional” en diferendos como los relativos al desarme nuclear con la visión y señorío que en el pasado tuvo Don Alfonso García Robles, que condenaría tanto a Irán, como a Israel y a las grandes potencias, enzarzados actualmente en un conflicto que puede terminar mal para la humanidad.

Pero sobre todo que se privilegie al Servicio Exterior Mexicano, la carrera diplomática es compleja y difícil de asumir, se debe dejar de utilizar los cargos diplomáticos de Embajadores y Cónsules  para ubicar a desterrados políticos o para premiar amigos e incondicionales sin méritos para representar a nuestro país en el concierto internacional, en donde solamente devalúan a nuestra Nación.