Mientras una buena parte del mundo anda con el ¡Jesús! en la boca, por siete días consecutivos —al escribir estas líneas—, la fuerza aérea israelí continúa bombardeando ciudades, instalaciones y laboratorios militares iraníes, en una escalada bélica sin precedentes entre los dos enemigos por antonomasia. Y los iraníes hacen lo propio. Creen que lo procedente es la Ley del talión. Grave error.  Estos ya no son vientos de fronda, sino huracanes. Es la época.

Lo peor del caso es que los implicados en el enfrentamiento de Tel Aviv y Teherán están “montados en su macho”, ninguno quiere recular, todos “tienen la razón” y los que “pagan el pato”, como siempre, son los habitantes de cada país. Las personas comunes y corrientes, como todos los que componen las sociedades civiles. Vieja historia. Y, como suele suceder, todos los bandos tienen sus abanderados, los salvadores de la patria. Los que nunca tienen la culpa, los que no se cansan de señalar al adversario, a los que hay que aniquilar. Ahora, una vez más, el mundo está en un tris. Ares y Marte —que se corresponden—, están de plácemes. Ojalá y su celebración se frustre en el histórico Campo Marzio de Roma.

En este nuevo episodio de la perenne historia bélica de Israel e Irán, no podía faltar la “intervención” del presidente de Estados Unidos de América (EUA), el metiche Donald Trump —el que dice “componer” todo, pero la verdad es todo lo contrario—, que acaba de “pedir” en su plataforma Truth Social la “¡RENDICIÓN INCONDICIONAL!”  de Irán. Pese al llamamiento del hombre naranja, la confrontación bélica se agudiza. Al parecer no hay solución a la mano para los bandos en pugna. Días, tras días, meses van,meses vienen. Casi eternamente. Tel Aviv despertó abruptamente en las primeras horas del miércoles 18 de junio debido a las explosiones de los misiles iraníes lanzados desde los campos militares de la República islámica. El puerto de Haifa también sufrió daños. Como en el consulado de EUA en la primera. Y en un edificio residencial de Petah Tikvah.

En Teherán sucedió algo parecido. Y en Ahvaz Bushehr, en Dezful, en Bandas Abbas y Parchin. La televisora estatal iraní IRIB en la capital del país. Así como diez centros de mando de las Fuerzas Quds (el brazo de la Guardia Revolucionaria iraní encargada de operaciones en el exterior); y en las cercanías de las refinerías petroleras en el estrecho de Ormuz. Otras instalaciones militares en el oeste, y el hospital en Kermanshah ynunedicicio en Musiyan.

Al tiempo que hizo esa exigencia al régimen islamista, Trump aseguró, quizás en otra de sus acostumbradas baladronadas, que EUA sabe el sitio donde se esconde Alí Jamenei, el supremo líder religioso iraní, aunque por el momento descartó la decisión de matarlo. Agregó el jefe de la Casa Blanca: “Sabemos exactamente dónde se refugia el llamado “Líder Supremo”. Es un blanco fácil, pero allí está a salvo. No vamos a eliminarlo (matarlo), al menos no por ahora”, aunque advirtió que la paciencia de Estados Unidos se está agotando.

Después de su inesperada salida de la reunión con el G-7 en un sitio de recreo de Canadá, al llegar a Washington Trump encabezó una reunión de 90 minutos con su Consejo de Seguridad Nacional, lo mismo que tuvo una conversación telefónica con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. Al respecto, se filtró la noticia de que el gobierno del Tío Sam evalúa la posibilidad de apoyar directamente a Israel con ataques a sitios relacionados con el desarrollo de armas nucleares iraníes, aunque aún no hay ninguna decisión al respecto.

Asimismo, en la plataforma social del magnate, el republicano afirmó: “Ahora tenemos control total sobre los cielos de Irán, pese que contaba con buenos rastreadores aéreos y otros equipos defensivos, y e abundancia, pero que no se comparan con los fabricados en USA. Nadie los hace mejor que Estados Unidos”, presumió.

Otras dependencias estadounidenses, como el Pentágono —sede Del Departamento de Defensa de EUA, en el condado de Arlington, Virginia—, ordenó el despliegue de más aviones de combate y refuerzos navales en el Oriente Medio. Y la agencia de noticias Reuters, con sede en Londres, confirmó que se amplió la presencia aérea estadounidense en la zona. Hasta ahora, la participación de la Unión Americana ha sido indirecta, interceptando misiles lanzados hacia el territorio del estado judío.

Los ataques de Israel contra Irán al principio de semana coincidieron con el regreso de Trump de Canadá a EUA, así como el bombardeo de instalaciones clave en la capital iraní, incluyendo la sede de la televisión estatal, lo que propicio la emisión de una orden de evacuación para amplios sectores de la capital de la República islámica. Quizás por esta orden, Trump instó a la población iraní a abandonar la capital del país: “¡Todos deberían evacuar Teherán de inmediato!”. El mandatario estadounidense afirmó que Irán había desperdiciado la oportunidad de firmar el acuerdo nuclear ofrecido por la Casa Blanca, y reiteró que el gobierno islámico “no podía tener una arma nuclear”. Este aviso se hizo horas más tarde de que las Fuerzas de Defensa de Israel intensificaran sus bombardeos, marcando en redes sociales los sectores del tercer distrito de Teherán como blanco inminente.

Pete Hegseth, secretario de Defensa de EUA, declaró que la posición de Trump no ha variado y que aún espera, pese a todo, alcanzar un acuerdo nuclear con los ayatolás,  pese a los nutridos bombardeos de los últimos días. “Lo que están viendo es la paz mediante la fuerza”, afirmó en Fox News —canal de noticias por suscripción de corte conservador, favorito del magnate—; reiteró que USA no se ha posicionado defensivamente en la zona para facilitar un eventual acuerdo. No obstante, el curso de los últimos acontecimientos en el Oriente Medio es de enfrentamiento constante: el conflicto ya había causado, hasta el martes 17, 224 muertos en Irán, en su mayoría civiles, mientras que en Israel se registran 24 fallecidos y más de tres mil evacuados.

Dados el sinnúmero de frentes abiertos que el presidente Trump encara, debido sobre todo a su obsesiva manera de “gobernar”, que ya ha causado muchas disputas tanto entre los propios republicanos como entre los demócratas, calificándolo como aprendiz de autócrata, ya siente en carne propia que es más difícil gobernar que hacer campaña”. Lo mismo en su política antiinmigrante como en la económica, aunque en su círculo más cercano aún encuentra fieles que no discuten sus titubeos ni incertidumbres.

Sin embargo, como refieren los periodistas Jim Carson y David Brooks, ante los nuevos tambores de guerra, legisladores demócratas, y  algunos republicanos, impulsaron proyectos de ley para obligar al jefe del Ejecutivo a solicitar autorización del Congreso antes de ordenar acciones militares contra Irán. El senador independiente Bernie Sanders encabezó esa iniciativa en la Cámara alta con otros siete colegas. Uno de ellos, el republicano Rand Paul, declaró: “no es tarea de Estados Unidos involucrarse en la guerra israelí contra Irán. En la cámara baja, el demócrata Ro Khanna se unió al republicano ultraconservador Thomas Massey a fin de promover un proyecto de ley paralelo al de Sanders, apoyado por los progresistas Alexandra Ocasio-Cortés, Greg Casar, Jesús Chuy García e Iliana mar entre otros”.

El caso es que ninguno de estos proyectos de ley prosperará a tiempo para frenar a Trump si decide atacar a la República Islámica, pero el debate público sobre el tema también está en la Casa Blanca desde el inicio del conflicto. Habrá que ver en qué terminan estas discusiones. El hecho es que muchas cancillerías discuten la posibilidad de que el conflicto Israel vs. Irán escale si Washington toma parte del mismo.

De tal forma, por ejemplo, el canciller germano Friedrich Merz, aseguró el martes 17 de junio en Berlín, que Israel “hace el trabajo sucio” por todos y dijo que los ataques de Tel Aviv debilitaron “considerablemente” el liderazgo iraní mientras la Unión Europea defendió que se logre “una salida diplomática” al enfrentamiento bélico entre las partes y alertó que el enfrentamiento puede agudizarse si USA interviene.

Al dirigirse a la República Islámica, Merz aseguró que este régimen también nos afecta”, ya que ha traído muerte y destrucción al mundo con ataques, asesinatos con Hezbolá y también con Hamás, “ya que su ataque del 7 de octubre de 2023 no habría sido posible sin el apoyo de Teherán”.

Por su parte, el rey de Jordania, Abdalá II bin al Hussein, advirtió que la ofensiva israelí representa una amenaza en toda la región, pues ahora “no se sabe dónde están los límites de este campo de batalla”, y alertó que “La moderación y los valores universales están perdiendo terreno frente a los extremos ideológicos”.

Qatar, en su turno, condenó las acciones de Israel y remarcó la necesidad de un acuerdo diplomático para poner fin al conflicto que también afecta al mercado petrolero. La verdad es que la diplomacia parece atrapada entre misiles y declaraciones. Los próximos días serán decisivos para saber si se impone a la fuerza. ¡Ojalá!

De hecho, Francia, Alemania y el Reino Unido han instado a Irán a evitar una escalada mayor. Y también han pedido a Washington que presione a Jerusalén para que detenga su ofensiva. Pero, el propio magnate se ha negado a firmar una declaración conjunta del G-7 que llama a la Desescalada. Y, por su parte, el presidente francés, Emmanuel Macron calificó como positiva la salida anticipada de Trump de la cumbre en Canadá, al considerar que podría facilitar la concentración de esfuerzos diplomáticos.

Macron subrayó que bombardear desde fuera nunca ha salvado a ningún país a su pesar” y advirtió que un intento por derrocar al régimen iraní sería un “error estratégico”. Afirmó que una oferta de cese al fuego Había sido planteada, y que ahora correspondía a las partes interesadas responder.

Tal y como marchan las cosas, el conflicto no tiene visos de terminar a corto plazo. Es más, podrían empeorar. De lado israelí parece que las cabezas “no están frías” y algunas propuestas emponzoñan el camino hacia la Paz. Benjamín Netanyahu afirmó en una entrevista con ABC News que asesinar al líder supremo de Irán, Ali Jamenei, “no escalaría el conflicto entre ambos países, sino que lo detendría”. Sin confirmar si Israel planea tal acción, agregó: “Estanos haciendo lo que debemos hacer”.

Y, cuestionado sobre reportes que indican que Donald Trump rechazó un plan israelí para eliminar al ayatolá, por temor a una escalada, Netanyahu insistió: “No va a intensificar el conflicto, va a ponerle fin”. Enfatizó que apoyar a Israel beneficia a EUA, pues “hoy es Tel Aviv, mañana es Nueva York”, refiriéndose, indudablemente, al programa nuclear iraní. Nada fácil. Tiempos violentos. VALE.