Por María Eugenia Prado Jara
Estimada Beatriz Pagés,
Te escribo con el respeto que merece tu labor como periodista y comunicadora, y también con la esperanza de que estas palabras lleguen a tu atención.
Me llamo María Eugenia Prado Jara, soy mexicana y española, nieta del general Heriberto Jara Corona, uno de los grandes luchadores por la Constitución mexicana y por la justicia social en nuestro país. Mi abuelo fue un hombre de principios firmes, que dedicó su vida a construir un México digno, soberano y respetuoso de su historia y su gente, y de padre Español
Precisamente por ese legado, y por mi doble vínculo con México y España, siento la necesidad de expresar una inquietud que muchos compartimos, y que me causa verdadero desconcierto y preocupación.
Recientemente se ha dado a conocer que la señora Beatriz Gutiérrez Müller, esposa del expresidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, ha solicitado la nacionalidad española. En otro contexto, esta situación podría ser vista como una cuestión personal. Sin embargo, aquí hay un trasfondo que no podemos pasar por alto.
La señora Gutiérrez Müller fue protagonista —y según diversas fuentes, impulsora directa— de la solicitud oficial que el presidente mexicano dirigió al Rey de España, exigiendo disculpas por los hechos de la conquista. Muchos consideramos que esa petición fue innecesaria, divisiva y poco constructiva: no por negar la complejidad histórica, sino porque reabría heridas sin ofrecer caminos de diálogo o reconciliación.
Además, la ausencia de una invitación institucional al REY DE ESPAÑA, para la toma de posesión de la nueva presidenta de México, mientras sí se invitó a un partido político afín, como PSOE y PODEMOS, fue un gesto doloroso que profundizó la sensación de incomprensión y distanciamiento.
Como mexicana con sangre española, y nieta de un hombre que luchó por la dignidad y la unidad del país, me resulta difícil entender cómo alguien que ha cuestionado y descalificado públicamente a España y sus instituciones ahora busca formar parte legal de ese mismo país.
No escribo desde el resentimiento ni el revanchismo, sino desde la coherencia y la honestidad que creo debemos exigir a quienes han tenido un papel público y simbólico en la relación entre ambos países. La historia compartida entre México y España es compleja, sí, pero también está llena de oportunidades para el diálogo, la reconciliación y el respeto mutuo. No podemos permitir que esa historia se utilice como arma o símbolo según convenga.
Señora Pagés, te agradezco tú atención y espero que, desde tú posición como voz influyente en México, pueda abrir espacio para una reflexión profunda y constructiva que muchos ciudadanos de ambos lados del Atlántico compartimos.
Con respeto y aprecio,
La autora es nieta del general Heriberto Jara Corona, ciudadana mexicana y española.