En México seguimos perdiendo instituciones que fueron creadas para fortalecer la democracia en ejercicio de los contrapesos, a fin de alcanzar el equilibrio entre los poderes de la Unión.
El pasado lunes 23 la Cámara de Diputados abrió un periodo extraordinario de sesiones con la aprobación de una reforma que desaparece al Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social CONEVAL, transfiriendo las funciones de dicho organismo al INEGI. Bajo el argumento de buscar simplificar trámites, digitalizar servicios, reducir costos y crear entornos más atractivos para el capital y la creación de empleos. En otras palabras se busca maquillar las cifras para hacer que México sea más atractivo a la inversión extranjera.
Para los diputados de oposición esta reforma representa un retroceso en la medición de la política social del gobierno. Para el diputado panista Héctor Saúl Téllez, la desaparición del consejo se debe a que “señaló los errores” de los principales programas sociales del anterior y actual régimen, como el de Sembrando Vida y las becas para los adultos mayores además de dar a conocer que de 2018 a 2020, en México creció la pobreza.
El CONEVAL era el organismo del Estado mexicano encargado de generar la medición multidimensional de pobreza en México. La medición de la pobreza por ingresos compara el ingreso de un hogar con un umbral de pobreza, mientras que la medición multidimensional considera múltiples factores, como el acceso a servicios básicos, educación, salud y vivienda, además del ingreso. Es una institución reconocida a nivel internacional por su credibilidad, relevancia y rigor, lo cual debe en gran medida a su transparencia y a su estructura de gobernanza, basada en decisiones colegiadas con seis consejeros académicos independientes y apartidistas que aportan amplia experiencia técnica.
Una vez más testimoniamos reformas legislativas contrarias al avance democrático que habíamos alcanzado, poniendo de manifiesto la guerra emprendida por Morena en contra de los organismos autónomos que pudieran representar un contrapeso frente a las erráticas políticas públicas del gobierno.
Con la desaparición del Coneval tendremos mayor descontrol en las políticas públicas del gobierno, se propicia que su política social se desarrolle a capricho sin medición de pobreza, sin evaluación de los programas con mayor gasto presupuestal, sin asesoramiento, sin recomendación, sin dirección que lo guíen.
El INEGI seguirá midiendo la pobreza bajo la forma de estadística, pero no tendrá la capacidad de evaluar programas ni de realizar recomendaciones sobre los programas sociales.
La Democracia es concebida por diferentes tratadistas como una forma de gobierno y han tratado de explicar que el origen, el medio y el fin, es el pueblo. La democracia entendida como forma de vida, toma en cuenta que el ejercicio del poder se expresa en una mejora continua económica, social y cultural del pueblo.
No basta que un país se asuma como democrático, sino que requiere que observe determinados principios básicos fundamentales, los cuales, configuran el sustrato mínimo de democracia. Entre estos principios encontramos los siguientes:
1) El principio de la Soberanía del pueblo y de la separación de poderes.
2) La estructuración de un sistema representativo y un régimen de partidos políticos.
3) Reconocimiento y respeto de los derechos humanos y que existan garantías individuales, para los derechos de la mayoría y de las minorías, asimismo de los derechos sociales.
En México tenemos la urgente necesidad de despertar a ese gigante que es la Sociedad Civil, no como una moda, sino porque una auténtica democracia va más allá del ejercicio electoral; supone una participación real de los ciudadanos en las grandes decisiones. Sólo mediante un verdadero ejercicio democrático, se consigue una mayor participación de todos los sectores de la sociedad en la vida política, con objeto de promover la justicia social, luchar contra la corrupción y atacar de raíz las causas de la marginación. La participación de la sociedad civil en este momento es decisiva para que los diputados y senadores del Congreso de la Unión asuman el compromiso por el bien de todos y no solo con la presidente; movilizar a la sociedad para que llegue a la apropiación del país, a que sintamos que México nos pertenece, y que somos capaces de transformarlo en beneficio de todos y no solo de una facción.
Si queremos realmente un cambio para vivir en un verdadero Estado de Derecho con una Democracia Plena, debemos como sociedad dejar la apatía y el miedo, debemos tomar la iniciativa y organizarnos para poder ser más participativos y no dejar que otros decidan por nosotros.

