Toda vez crece más la presión de Estados Unidos por intervenir en México para acabar, uno, con el trasiego y actividades de los narcotraficantes y, dos, disminuir la violencia que ya está peleando en su territorio. O Sheinbaum entrega a los empresarios, militares y políticos comprometidos con el crimen organizado o vendrán por ellos emitiendo órdenes de captura con sello internacional o enviando a comandos a nuestro territorio lo cual le daría pretexto a la presidenta (con a) de recurrir al llamado a la soberanía con manifestaciones callejeras.
En su primera gestión en la Casa Blanca, Trump solicitó al Departamento de Defensa una estrategia militar para emplear inteligencia, drones y misiles contra centros de operación y producción de los narcos en México. El Secretario de Defensa Mark Esper frenó esta iniciativa.
Sin embargo hoy Trump, en su segunda gestión presentada varios aspectos que le apoyan entre otros la biografía y resultados del nuevo embajador estadounidense acreditado en México, pero además, el mandatario ha logrado un rotundo consenso político y mediático de la necesidad de intervenir en México; la solidez y respaldo de un departamento de defensa absolutamente incondicional y una sacudida internacional que lo reposicione como líder mundial en donde se ha visto protagónico en el control de la invasión comercial de China, el conflicto en Ucrania, la guerra en Medio Oriente y el entendimiento con la Comunidad Europea.
Los republicanos, con una amplia ventaja en el tema también apoyan la estrategia de intervenir en México y para ello se han escuchado las voces de personajes como J. D. Vance, William Barr, Pamela Bondi y Daniel Crenshaw. Incluso han convencido a su comunidad de tratar a los cárteles mexicanos como terrorista intentado de igual manera considerar al gobierno de nuestro país como “narcoestado”. Por ello han declarado a nuestro país como “adversario” dentro de los incómodos como China, Irán, Corea del Norte y China. Ojo, han sido cuidadosos con el término “adversario” para no llegar al extremo de “enemigo” y entonces no dejar salida ni diplomática ni política al asunto.
Pero allá también se mueven las piezas, se acomodan para lograr una operación quirúrgica ante la creciente percepción de que Trump se está tardando. Pero el
magnate ya limpió su casa, ha despedido al comandante del Estado Mayor Conjunto, General Charles Brown, removió a la comandante de la Marina, Almirante Lisa Franchetti, corrió a la comandante de la Guardia Costera, Almirante Linda Fagan y al segundo comandante de la Fuerza Aérea, General James Slife. El presupuesto de inteligencia destinado a la vigilancia del espacio mexicano ha sido millonario. Se envió a los destructores USS Gravely y USS Spruance con equipos especializados en vigilancia electrónica en el Pacífico (frente a Baja California) y el Golfo de México.
Estos navíos cuentan con misiles de crucero Tomahawk, empleados en la Madre de todas las Batallas en Medio Oriente contra Irak e Irán. La filtración de listas con nombres de políticos mexicanos, empresarios y militares se suma al señalamiento de instituciones empleadas para el lavado de dinero. A Trump poco le importa si está involucrada la familia presidencial del sexenio pasado.
Entre más gordos los peces más medallas a presumir y así lo han hecho con cabecillas mundiales incrustados en el poder y que desde la cúpula se sienten superiores a la ley y se autonombran mesías. México geopolíticamente es crucial para Estados Unidos y Trump está ganando el consenso mundial para intervenir en México incluyendo a los países con los que AMLO entró en conflicto.
Si Sheinbaum no se adelanta, Trump dará el paso sin duda alguna y se sabe que cada día es más creciente la demanda nacional por llevar a juicio a los saqueadores de su llamada “cuarta transformación”. No es gratuito que después de la solicitud de la esposa de AMLO por la doble nacionalidad con España, ahora ese país sea el atractivo “turístico” de algunos que circulan en las listas de Rubio o del comando del norte. Si, esos mismos que aplaudieron a rabiar la “pausa” diplomática con España a razón de las disculpas por la conquista.