Desde el sexenio anterior al inicio del gobierno de López Obrador, impuso a todas las dependencias una política de austeridad en el ejercicio del presupuesto, las partidas que debieran de ser destinadas al mantenimiento de la infraestructura de carreteras, calles, servicios de transporte como el Metro, edificios públicos, limpieza y un largo etcétera, fueron desviados a “otros” rubros; ahora el país se encuentra en un franco deterioro, que si no se detiene pronto, estarán nuestras ciudades como La Habana en Cuba, con los edificios y calles otrora hermosos y que ahora son una ruina completa.

El recorrer las carreteras en los estados, ahora, es muy inseguro tanto por el peligro de encontrarse con integrantes del crimen, como por la gran cantidad de baches que tapizan las cintas asfálticas, francamente es un peligro viajar por carretera.

La  Ciudad de los Palacios, como la calificó Alexander Von Humboldt, ha caído en un deterioro muy difícil de remontar, la falta de mantenimiento al sistema de drenaje, al pavimento, al mobiliario urbano, y el Metro de la Ciudad de México es el resultado de 28 años de los partidos que han gobernado la Ciudad capital, casi siempre más o menos bien intencionados pero sin experiencia en la administración pública de una macro-urbe, tanto en las administraciones del PRD como la de Morena ha habido gastos excesivos aplicados en programas sociales, para la compra de votos, teniendo como eje principal de su política pública para la cooptación de simpatizantes, los derechos políticos, sociales y civiles, pero desatendiendo muchos rubros prioritarios como el de Seguridad de la población y Mantenimiento de toda la infraestructura urbana.

Nunca como ahora las calles de la Ciudad Capital del País habían estado tan deterioradas, la incipiente autonomía de las ahora Alcaldías, y los cambios políticos de los funcionarios cada tres años, hacen que las obras no se concluyan o ni tan siquiera se inicien. Los frecuentes incendios y accidentes en el Metro de la Capital de la República debido a que llevaba varios años sin tener mantenimiento, atendiendo solo las emergencias que se presentan cotidianamente,  todo ello como  resultado de la austeridad y de la incapacidad administrativa del gobierno. Los cargos estratégicos son ocupados por militantes de Morena con obediencia ciega (sorda, muda y autista), pero sin la suficiente experiencia ni conocimiento del perfil del puesto. Es por ello que cuando se trata de buscar responsables en las administraciones anteriores, para el gobierno de la Ciudad de México es un poco como aventar la piedra para arriba con el peligro de recibirla en la cabeza.

Diversos estudios que se ha hecho al respecto en algunas ciudades, como en el experimento “ventanas rotas” realizado por el Psicólogo Philip Zimbardo en Nueva York en donde se hizo un experimento dejando un automóvil aparentemente abandonado en el Bronx y otro en un suburbio de alto nivel, el del Bronx fue desvalijado y el del suburbio fue respetado; pero cuando el experimento se hizo con dos automóviles con las ventanas rotas, ambos autos fueron desvalijados, el resultado fue interesante pues concluyen que las personas tienden a no respetar los bienes que están deteriorados y aparentemente abandonados. Este  experimento dio origen a  la teoría de las ventanas rotas que sugiere que el deterioro visible de un entorno produce el efecto de contagio, fomentando la anarquía y el comportamiento antisocial. Este experimento demostró como la percepción de abandono y descuido en un entorno puede influir en el comportamiento de las personas propiciando actos de vandalismo y potencialmente a crímenes más graves.

La actual Jefa de Gobierno es una política con poca experiencia, solo en la alcaldía de Iztapalapa, sin poder operar libremente, está maniatada a recibir instrucciones de la Señora Presidente, es una subordinada con una disciplina ciega a su superior, la que cada mañana  pronuncia discursos demagógicos y anuncios distractores para mantener ocupada a su audiencia, de esa manera no se ve un cambio positivo a corto plazo. Mientras tanto la Ciudad de México sigue sin tener un mantenimiento adecuado y el franco deterioro de toda su infraestructura urbana.

Las recientes lluvias torrenciales han puesto de manifiesto la falta de mantenimiento del drenaje de la Ciudad de México, no se hizo el trabajo de desazolve de todas las  alcantarillas como debería hacerse, lo que trae como consecuencia las enormes cantidades de basura acumulada provocando las inundaciones y encharcamiento en casi todas las zonas de la capital, el domingo pasado una prolongada tromba azotó la parte centro y poniente de la ciudad, provocando que el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México dejara de funcionar por más de 5 horas, lo que provocó que todos lo vuelos de salida fueron cancelados y los que debían de llegar fueron desviados a los aeropuertos de las ciudades alternas. Es inadmisible que una ciudad con más de 8 millones de habitantes, sin contar los de las áreas conurbadas, no cuente con un aeropuerto a la altura de los de las grandes ciudades del mundo. El fin de semana los hospitales públicos también estuvieron colapsados al ser inundados debiendo desplazar a los enfermos a las áreas que estaban a salvo del agua.

Como ciudadanos debemos ejercer el derecho a vivir en un espacio libre y seguro, con los mejores servicios de salud, movilidad y urbanos, por eso debemos apostar por la exigencia democrática, debemos estar atentos a los procesos electorales,  participar y exigir preparación y experiencia a  quienes tendrán las riendas de la conducción de las políticas públicas tanto en el espacio local como en el federal.