El pasado 30 de julio, The New York Times publicó un artículo titulado “Pensar se está convirtiendo en un lujo”, en el que menciona que los países más pobres han mostrado una caída en los niveles de alfabetización, principalmente debido al impacto de la tecnología y a que los estudiantes ya no leen libros.

En Estados Unidos, la mitad de su población no leyó ningún libro en 2023; a esto se suman las redes sociales y los contenidos en imágenes y videos cortos que están provocando falta de concentración y un descenso alarmante en la capacidad lectora y de razonamiento.

La realidad es que las escuelas más caras y conservadoras del mundo han dejado de lado la tecnología y han regresado a los libros clásicos. Multimillonarios como Bill Gates y Evan Spiegel (fundador de Snapchat) han declarado públicamente que han retirado las pantallas a sus hijos y los envían a escuelas Waldorf, en las que están prohibidos los dispositivos electrónicos.

Esto ha provocado que las élites mantengan su capacidad de concentración y razonamiento, mientras que los sectores más desfavorecidos entren en una etapa en la que saben leer, pero no razonar.

Este escenario demuestra que estamos viviendo nuevas formas de exclusión y como hemos señalado en ocasiones anteriores en estos espacios. Los nuevos mecanismos de comunicación y enajenación ya no operan principalmente a través de la violencia; ahora se enfocan en destruir el pensamiento profundo, crítico y social. Esto genera personas cada vez menos capaces de cuestionar, comprender su realidad o involucrarse activamente en sus comunidades.

Un dato relevante es el efecto Flynn, acuñado por James R. Flynn, investigador neozelandés que descubrió que, desde la década de 1930, el Coeficiente Intelectual (CI) mostraba un aumento constante. Sin embargo, en los últimos años se ha observado otro fenómeno, conocido como efecto Flynn inverso, responsable de la disminución de este coeficiente: hoy, las nuevas generaciones tienen un menor CI que las anteriores.

La lucha de la izquierda históricamente se ha basado en la ciencia y el pensamiento crítico en las comunidades, el bienestar y la justicia social. La nueva forma de exclusión es especialmente cruel: sembrar la renuncia a aspiraciones superiores y al desarrollo de las capacidades humanas.

Por eso es tan importante el trabajo de Paco Ignacio Taibo II en la promoción de la lectura, así como las acciones impulsadas en su momento por la Autoridad Educativa Federal en la Ciudad de México, con estrategias como Aventura Lectora, el taller de lectura en colaboración con la Universidad de Alcalá, el Torneo Tochito NFL Lectura, entre muchas otras que fueron bien recibidas por las comunidades educativas.

Por eso es relevante darle un contenido trascendente a la política y a la acción de gobierno como lo es el humanismo mexicano; como lo señaló la Presidenta Claudia Sheinbaum hace unos años en el “Lunes por la educación para la paz” (que trabajamos en las escuelas durante su gestión como Jefa de Gobierno): “El hábito de la lectura enriquece el conocimiento, desarrolla la imaginación y engrandece el alma de las personas”.

X @LuisH_Fernandez