Durante su informe del pasado jueves, el edil Marco Bonilla calentó la sucesión, ya de por sí acelerada prematuramente. Más que un espacio para la rendición de cuentas, aprovechó la oportunidad para destapar sus aspiraciones a la gubernatura. Ninguna novedad, es por mucho el prospecto más aventajado del PAN, la presidencia municipal de la capital genera un plus político envidiable que alcaldes anteriores supieron capitalizar muy bien; Patricio Martínez, Reyes Baeza y la hoy gobernadora Campos. Marco Bonilla está en el mismo circuito, tiene la obligación política de hacer valer su condición de favorito. Lo hará, va bien.
Muy bien el informe, los anuncios de nuevos puentes y vialidades, la transparencia reconocida, los esfuerzos en seguridad, el escenario siempre impecable y su actitud de echado para adelante, enviando mensajes de confianza a quienes esperan que Chihuahua mantenga el freno puesto al populismo. Pero trascendió un detalle que debe ser tomado en cuenta, la sorpresa de la gobernadora y varios de los presentes con el tono y el contenido del mensaje político.
En su participación Maru se declaró sorprendida, obviamente no esperaba el destape, lo cual nos lleva a la conclusión de que el contenido político del informe no le fue comunicado, que el edil no tuvo la obligada cortesía política de enviarle anticipadamente el texto o ponerla en antecedente. Ella se enteró del destape al mismo tiempo que los asistentes al Centro de Convenciones, lo que justifica plenamente su sorpresa. Cómo, si vamos en la misma, se habrá preguntado.
Quizás el edil y sus estrategas tengan la convicción de que marcar distancia de la gobernadora contribuye a fortalecer sus aspiraciones, quizás simplemente no le dieron importancia pensando que sería lógico esperar un mensaje así. Si es lo primero, que pretende construir su proyecto al margen de la gobernadora, debería tener en cuenta al menos dos realidades políticas en esta decisión particular: Maru será garante en la definición final, cualquiera que sea. Sin ella no hay campaña, ni gubernatura; y, en la hipótesis de ya candidato, los recursos políticos y humanos del gobierno serán muy necesarios para enfrentar con éxito la estructura del régimen.
Una huelga de brazos caídos sería catastrófica para cualquier aspiración opositora; el PAN necesita ir unido y de la mano con la sociedad, es la única manera de salir adelante. Pongamos que Maru decide sustraerse como lo han hecho otros gobernadores, en ese caso no hay proyecto que prospere sin ella. No digo que vaya a suceder, todo lo contrario, es la primer interesada en que Chihuahua “dé norte al norte”, como también lo dijo el jueves. Ha sido insistente en el tema, contra las versiones aventuradas de que “pretende entregar”, ella ha subrayado en cada oportunidad, en su informe pasado lo dejó clarísimo y lo ha repetido varias veces después, que Chihuahua no se entrega ni se negocia. En consecuencia, quiere candidatos fuertes y Bonilla es uno de ellos.
Obviamente no está en contra del edil, pero si la politiquería de los grupos socaba la voluntad de la gobernadora, metiendo cizaña entre ella y el edil, entonces la relación se irá deteriorando y los proyectos complicándose. Recuerdo otro proceso, Reyes tenía razones sobradas para romper con Patricio y sin embargo jamás lo hizo. Ya estando en el gobierno fue otro asunto, en campaña nunca. Bonilla no tiene motivos ni políticos ni personales para distanciarse de la gobernadora, Maru lo hizo alcalde, antes lo llevó a su gabinete, se la puso muy fácil y él supo aprovecharla. Nadie recibió tanto como él.
En esta parte también la gobernadora mandó un mensaje: ella ha sido gaseada por su activismo, sufrió una feroz persecución política por el gobernador que se decía militante del mismo partido y sin embargo supo reponerse con éxito hasta ganar la gubernatura. Ningún político antes que ella hizo una apuesta tan alta por la gubernatura; apostó a todo o nada (cárcel o gobierno) y ganó. Esa experiencia no la ha sufrido Marco Bonilla, en buena medida porque Maru lo llevó de la mano.
Han sabido ponerse de acuerdo para otros temas, por ejemplo, la designación del presidente del Comité Municipal del PAN, y supongo que irán encontrando la forma de transitar en armonía el complejo camino hacia el destape. Sólo una reflexión voluntarista: Maru ya es gobernadora, Bonilla quiere su cargo, ¿quién tiene mayor obligación de facilitar esa relación armónica que permita al PAN conservar Chihuahua?
Rompeolas
La senadora Chávez confirmó lo que muchos, dentro y fuera de Morena, sospechan de ella: que su compromiso está con lo peor del populismo demagogo. Las estrellas de su informe fueron Gerardo Fernández Noroña, de quien no hace falta mencionar su extendido expediente oscuro, y el gobernador Ramírez Bedolla, de Michoacán, de quien se dice que su nombre está en la lista de narcopolíticos mexicanos. Es decir, hablamos del grupo Tabasco, hoy sinónimo de Barredora. Son los compromisos de la senadora, son quienes la quieren ver gobernando Chihuahua, ¿imagina a estos y otros siniestros personajes sintiéndose amos de la entidad? No quiero ni pensarlo Y si, en informes anteriores Adán Augusto era el político a presumir ¿por qué no vino ahora?, tiene que permanecer escondido, está reducido a desecho político. Otro dato: no vinieron tampoco ni Luisa María Alcalde ni Andy, los regentes del Partido oficial, ni un representante, aunque fuese de medio pelo, del gabinete presidencial. La presidenta y el partido la ignoran y su protector tiene que permanecer escondido y todavía hay quienes piensan que Andrea Chávez puede ser candidata. Hijitos, si termina de senadora le irá bien.
Pongámoslo así: en el gobierno de la honestidad y de primero los pobres, de los que son moralmente superiores, dos escándalos mayúsculos al más alto nivel. El secretario de gobernación, hoy coordinador de los senadores oficialistas, vinculado de manera directa a un grupo criminal que opera en Tabasco. Lo vincula quien fuese su secretario de seguridad pública en el gobierno de Tabasco, hoy prófugo. El presidente que declaró terminada la corrupción, bajo sospechas de colusión con una banda de delincuentes de cuello blanco compuesta por altos mandos de la marina, funcionarios de Aduanas y empresarios, algunos de los cuales ya detenidos por huachicol fiscal. En el gobierno de Tabasco Adán Augusto López era jefe del ahora prófugo de la justicia, Hernán Bermúdez, a quien consideran jefe de La Barredora. López Obrador era jefe del secretario de Marina, Rafael Ojeda, a su vez tío político del vicealmirante Manuel Roberto Farías, uno de los detenidos en la redada del huachicol. Estos, señores devotos, son datos del mismo gobierno. No es una campaña de los conservadores, ni de la prensa vendida, son investigaciones judiciales en curso enderezadas por las instituciones del Gobierno Federal. Y sucedieron en un gobierno donde el presidente se da cuenta de todo, sin su aprobación son imposibles las grandes estafas. Lo dijo el mismo tlatoani, qué no. Ese sexenio, el sexenio del “mejor presidente en la historia del país”, del “político más honesto” está podrido y bien podrido. Ya no hay forma de disimular su hediondez.
Cruz Pérez Cuéllar se consagró como el campeón del acarreo, en su cuarto informe (primero del segundo periodo) llenó sobradamente el estadio de beisbol, algo así como doce mil asistentes. Muy nutrido de pueblo, acarrear es fácil cuando sobra dinero, pero falto de personalidades que vistieran dignamente su aspiración. Ricardo Monreal ya no ilusiona ni a su hermano David en Zacatecas, es el único de alto perfil que vino para acompañar al edil juarito. Con esfuerzos consiguió un magro mensaje de Bertha Luján, pero nada de su hija Luisa, como tampoco del hijo del presidente, Andy, al que le ha invertido tiempo y recursos. Imagine cuanto suplicaron por su presencia y de todos modos lo desairaron. Ayer también fue el informe de Andrea Chávez y si me preguntan, en ninguno de los dos vi futuro político; Cruz muy desesperado por mostrar capacidad de movilización y arropamiento político, consiguió el primero pero no el segundo. Chávez con el enorme elefante en la sala, su protector Adán Augusto, y arropada por lo peor del régimen, Noroña y Bedolla los principales. En ninguno de los dos informes estuvo presente Ariadna Montiel ni los más representativos de su grupo en la política local. Son ellos los que manejan la estructura electoral; en consecuencia, los que trae el poder. Hagan las cuentas que quieran, otras no me dan a mí.