Es de resaltarse que el artículo 171 de la Constitución de 1824 establece lo siguiente:
“Jamás se podrán reformar los artículos de esta Constitución y de la Acta Constitutiva que establecen la libertad e independencia de la Nación Mexicana, su religión, forma de gobierno, libertad de imprenta, división de los poderes supremos de la Federación, y de los Estados”.
Carlos, no podemos evitar señalar que la reforma judicial es, de origen, anticonstitucional porque la mayoría artificial que ostenta MORENA es resultado del fraude electoral y de las maniobras fraguadas por sus legisladores, como es del dominio público; lo cual trae consecuencias, y desastrosas, en contra de los derechos humanos, individuales y sociales, particularmente en lo tocante al acceso a la justicia, a que ésta sea impartida por jueces autónomos, conocedores del Derecho, imparciales, honestos e independientes y con auténtica vocación por la justicia; con el sistema implantado por esta dictadura, enmarañado e imposible de aplicar, nadie conoce a los candidatos a jueces; el supuesto elector carece de parámetros para evaluar sus conocimientos y honestidad; los Comités de Evaluación proponen a los candidatos en función de su lealtad al partido gobernante; a la hora de resolver una controversia judicial los jueces se inclinarán a favor de su “elector”; (“no olvides ser agradecido con quien te consiguió la chamba”, dice el refrán popular); el nuevo juez sabe que no llegó a la judicatura por sus propios méritos; luego, deberá ser complaciente para seguir las recomendaciones de sus jefes sobre el sentido de sus sentencias, so pena de ser destituido por el Tribunal de Disciplina Judicial; más grave todavía, como el juez electo carece de ideales, de instrucción jurídica y de ética, acatará, in judicando, las órdenes de los narcos, del crimen organizado o del gran tlatoani incorporado en AMLO y en CSP; dicho en términos claros y precisos: estamos ante PSEUDOJUZGADORES, o sea falsos jueces; ¿dónde quedó la separación de poderes, la imparcialidad e independencia judicial? ¡Tan fácil que fue para López Obrador manipular o convencer al Zaldívar vendido, como lo conoce el pueblo bueno y sabio, cuando era presidente de la SCJN para que los jueces favorecieran al Gobierno en sus sentencias! ¡con mayoría de razón ahora, con jueces que fungirán como leales empleados del Ejecutivo; es una vergüenza oír a los nuevos jueces que se ufanan de que los “haya elegido el pueblo”, haciendo suyo el discurso engañatontos de los dictadores y sus lacayos! lamentable es reconocerlo, pero se acabó el poder del Poder Judicial; qué digo eso, aunque los siervos voceros del partido que encabeza la dictadura afirmen que en México hay democracia, lo cierto es que, destruido el Poder Judicial, y ante una feligresía de legisladores que tienen a honor ser devotos del tabasqueño, duele decirlo, pero sólo existe en la realidad un solo poder, el ejecutivo. Y no para allí la devastación de la Constitución y de nuestra forma de gobierno: La estrategia de López Obrador llegó a tal extremo de perversidad, que logró el vicio o defecto más perjudicial de la democracia, la DICTADURA DEL PUEBLO, que se actualiza cuando la mayoría de la gente poco instruida, con una economía lindante en la penuria, e instigada por un demagogo resentido social, odia , envidia y agrede a los que más tienen, y como reacción reivindicadora, exige de su líder medidas y actos de gobierno violentos e injustos en contra de los “adversarios”. Y todavía hay ingenuos o cómplices que afirmen que no estamos ante una dictadura!
Quiero agregar, amigos, que no negamos que nuestra Constitución puede ser adicionada o reformada, pues así lo establece el artículo 135 de la misma; es inherente al derecho la adecuación a los cambios y requerimientos que surgen en toda sociedad; pero tales reformas y adiciones no deben menoscabar los derechos de los gobernados ni la forma de gobierno, debiéndose observar sobre todo los principios contenidos en el artículo 1º de la Constitución, que ya hemos invocado, privilegiándose entre ellos el de progresividad que, vale decirlo, ningún gobierno anterior, de cualquier color que fuera, había relegado ni violentado como lo ha hecho esta cuadrilla de oportunistas; baste señalar, como ejemplos, la prohibición del amparo contra las reformas a la Constitución (por absurdas que éstas sean); la violación a los artículos 41 y 124 al imponer a los Estados la obligación de elegir a los jueces; la pretendida justificación de la prisión preventiva, la farsante reforma judicial con grave violación a los diversos artículos constitucionales que fueron reformados, incluido el 17 de la Ley fundamental, que repercuten en vulneración de los derechos de los justiciables .Siendo la unidad una característica esencial del Derecho y de la Constitución ( sin descartar que pueden existir normas de excepción), debe enfatizarse que, la reforma judicial de que tratamos, por entrañar catastróficas violaciones al derecho humano, individual y social de la justicia, y a la Forma de Gobierno Republicano, Democrático y Federal y a la División de Poderes, lo cual está categóricamente prohibido por el artículo 171 del Pacto Fundatorio del Estado Mexicano, es decir la Constitución de 1824, el cual sigue vigente porque ni la Constitución de 1857 ni la de 1917 lo derogó, tal reforma judicial (y por ende las reformas a los diversos artículos de la Constitución ) son, y así deben considerarse, letra muerta, y por lo mismo no existe obligación de obedecerlas. Una ley injusta, no debe obedecerse, decía Cicerón.
¡Lo más indignante es que si alguien no puede aducir buena fe, inocencia o ignorancia en lo concerniente a la vergonzosa reforma judicial y a la espuria elección de los jueces, son los que en ella participaron como candidatos y ahora con fatuidad y temerariamente se ostentan como triunfadores; saben perfectamente, como abogados, que la virtud ética más importante para el bienestar de un pueblo es la JUSTICIA, y que a diferencia de ellos, que son políticos y no jueces por vocación, un juzgador tiene convicciones, aspiraciones e ideales antagónicos a los de un político; que un abogado que ha soñado con ser juez es un profundo estudioso del Derecho, se ha preparado para sustentar intrincados exámenes teóricos y prácticos de admisión a la judicatura ante sinodales rigurosos y estrictos; porque inherente a la calidad de juez, además del exhaustivo conocimiento de la ciencia del Derecho y la Jurisprudencia, es una intachable honestidad, consciente de que debe impartir justicia con absoluta imparcialidad e independencia, sin el mínimo vínculo o sombra de interés hacia los justiciables, ni siquiera el de la amistad; saben también los abogados que la absurda reforma judicial fue promovida por López Obrador como una venganza en contra de los Ministros de la SCJN por no haber aprobado sus inconstitucionales iniciativas de ley, acusando asimismo de corruptos a los ministros sin elemento probatorio alguno; siendo la dignidad y el decoro dos virtudes éticas apreciables en un buen juzgador, ningún abogado digno, honesto y discreto anda buscando el apoyo de los electores en un proceso electoral que fue literalmente una burla y una farsa ante los ciudadanos mexicanos y ante el panorama internacional.
¿Qué sugieres hacer entonces, Patricio, ante un problema de carácter jurídico?, ¿abstenernos de acudir a la justicia? ¿hacer justicia por nuestra propia mano?
– Primero, evitar acostumbrarnos a esta nefasta dictadura en la que imperan la corrupción, mediocridad, demagogia, deslealtad, desfachatez, zozobra, inseguridad y la traición; segundo, luchar sin tregua para expulsar, sin tener que llegar a una guerra civil, a estos dictadores e impostores profesionales hasta verlos tras las rejas, donde deben estar; así lo establece el artículo 136 constitucional: si no es el caso de una REBELIÓN con toda la carga que conlleva esa palabra, sí en cambio estamos ante un grave TRASTORNO PÚBLICO (palabras textuales de dicho artículo ) ocasionado por este gobierno dictatorial, contrario a la democracia, a la justicia, a la libertad y a la separación de poderes, siendo evidente que con la persistente devastación ha menguado la fuerza y vigor de la Constitución ( cfr.trastorno: alterar o perturbar el normal funcionamiento de la vida, la conducta y la actividad de la población Diccionario de la Lengua Española, Tomo II Pág. 2164, Edición del Tricentenario RAE ); tercero, pugnar sin descanso por reivindicar la seguridad, la paz social, la unión y armonía sociales, la grandeza y excelsitud de nuestra Constitución que ha sido arteramente atropellada por López Obrador y sus cómplices lacayos; cuarto, vigilar con rigor el desempeño de los que se autonombran jueces, ministros, magistrados o juzgadores, ante la cascada de faltas administrativas que cometerán por su notoria ineptitud jurisdiccional y los delitos contra la administración de justicia en que previsiblemente incurrirán, para lograr su remoción y castigo; quinto, desechar desde luego la ley del talión y privilegiar en todo problema la amigable composición o arreglo de las controversias y, en su caso, adoptar el sistema del arbitraje, prefiriendo siempre designar a un árbitro de común acuerdo, antes que acudir a quien sabes que es notoriamente inepto o parcial para juzgar.
Ya por último, Beatríz, contesto tu pregunta sobre el motivo por el que se considera a López Obrador como el peor dictador en la historia de México; no sólo demostró ser el demagogo más embustero, amén del gobernante más inepto, sino el dictador más simulador; no quiero usar las mismas palabras que el Hijo del Hombre dirigió a los fariseos: “¡hipócritas, sepulcros blanqueados, raza de víboras, imponéis a otros cargas que no podéis soportar!” ( Hipócrita, del gr. con espíritu áspero, acento agudo y sigma final – que actúa con hipocresía; ésta, de ( igual observación )fingimiento de cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen o experimentan. Diccionario de la Lengua Española, Tomo II, Real Academia Española Pág. 1183 Edición del Tricentenario )para evitar anfibologías o interpretar tales palabras como fruto de la animosidad, es menester puntualizar cómo se debe calificar a quien empeña su palabra como férreo defensor de la democracia ( que implica el trato igualitario para todos ) y en todo el sexenio fomenta el odio y el sarcasmo hacia los que más progresan, adulando en cambio a los ignorantes y a los más pobres que tienen un solo par de zapatos y son más leales porque votan por la cuarta transformación, enalteciendo además la pobreza franciscana e “ignorando” que sus hijos obtienen cuantiosas fortunas con la construcción del tren maya?; ¿qué epíteto merece un jefe de Estado que en su afán de dominar y asegurar la lealtad electoral incrementa desproporcionadamente el sueldo mínimo, embaucando a los trabajadores con el mito de un mejor salario, y sin la creación de centros de producción que mejoren la economía, disparándose la inflación y la carestía? o ¿ se debe elogiar a quien con apariencia de celo por los más débiles amplía el monto de los beneficios sociales sin previo estudio socioeconómico y sin aumento en la producción agropecuaria e industrial, haciendo crecer imprudentemente la deuda pública, pero recibiendo el agradecimiento de los beneficiarios con el voto a favor de morena y amenazando a los electores con la pérdida de los beneficios sociales si votan por la oposición? Estamos padeciendo las consecuencias de llevar a la Presidencia a un inepto para gobernar, a un demagogo que logró engañar a los electores fingiendo un auténtico interés por la democracia y la República, y un acendrado patriotismo, cuando su verdadero interés era, y es, consolidar una dictadura.