El domingo, el Zócalo se llenó de júbilo. Nos reunimos para concluir la etapa de informes de la Presidenta de la República. Este informe refleja un año desafiante, pero también lleno de grandes logros: la disminución en el número de homicidios, la reducción de la pobreza, la estabilidad económica del país, una Inversión Extranjera Directa récord, una mandataria con una aceptación extraordinaria, apoyos a la educación como nunca antes en la historia y un México más respetado en el mundo.

El proceso de transformación emprendido en México nos convierte en el gobierno de izquierda más exitoso de América Latina. La realidad es que ningún otro país ha alcanzado resultados semejantes, lo que deja lecciones importantes: se ha logrado equilibrar la orientación ideológica y los principios con el desarrollo económico, institucional y una sólida visión social. Pero, la historia nos muestra que el verdadero desafío es mantener un proyecto de izquierda sostenible a largo plazo, en términos financieros, políticos y sociales.

Hoy México tiene una gran responsabilidad: demostrarle a América Latina y al mundo que un gobierno de izquierda puede ser eficiente, social y democrático. Pero también la historia nos recuerda que la mayor vulnerabilidad ha sido el fantasma de la corrupción, con el cual, la reacción ha construido narrativas exageradas, pero con consecuencias.

La evidencia de ello se encuentra en los casos de Lula y Dilma en Brasil, cuya situación fue funcional para la llegada de Bolsonaro; Cristina Fernández en Argentina, que sentó las bases para la llegada de Milei; y Rafael Correa en Ecuador, país que hoy gobierna Noboa. También están los casos de Evo Morales en Bolivia y Pedro Castillo en Perú. Entender la visión de América Latina es fundamental, por lo que la lectura de Juan Carlos Monedero resulta obligada.

Hoy somos la esperanza de América Latina, una gran responsabilidad. Por ello, debemos reconocer que la principal amenaza del proceso de transformación es el abandono de nuestros principios o la interpretación torcida de ellos.

La Presidenta de la República ha sido clara: “Quien robe y traicione al pueblo, enfrentará la justicia”. La supervivencia y el crecimiento, no solo de la 4T en México, sino también de la izquierda en América Latina, dependerán de cómo enfrentemos este reto.

Solo hay una conclusión y un camino posibles: el compromiso absoluto y determinado con la Dra. Claudia Sheinbaum en el combate a la corrupción y el apego a nuestros principios fundacionales. Con firmeza, sin interpretaciones, dudas ni regateos, entendamos nuestra responsabilidad histórica, y solo así podremos construir una izquierda exitosa.

X: @luishumbertofdz