La razón podría estar en la inteligencia artificial (IA), esa misma tecnología que hoy está revolucionando nuestro mundo. Según científicos, estas civilizaciones podrían evolucionar tecnológicamente tan rápido, impulsadas por una inteligencia artificial superavanzada, que pasan de ser detectables a invisibles en cuestión de décadas. Esto significa que, aunque el universo esté lleno de vida inteligente, nuestro “rayo de esperanza” para detectarla es increíblemente corto, como un parpadeo cósmico.
En el pasado, los investigadores buscaban señales de radio como las que nuestra civilización emitía. Pero ahora sabemos que conforme avanzamos, nuestros métodos de comunicación se vuelven más eficientes y discretos, lo que hace que esas señales se debiliten o desaparezcan por completo para los telescopios distantes. Los alienígenas súper inteligentes podrían usar tecnologías tan exóticas como redes cuánticas, señales basadas en neutrinos o algún tipo de física que ni siquiera conocemos aún, y todo esto nos hace perder su rastro fácilmente.
Así que el silencio en el cosmos, conocido como la paradoja de Fermi —que se pregunta por qué aún no hemos encontrado a nadie en un universo tan inmenso— podría deberse a que las civilizaciones ya no son detectables cuando alcanzan cierto nivel tecnológico. Simplemente evolucionan para existir en un plano donde sus señales no viajan a través del espacio de la forma que esperamos.
En otras palabras, el universo puede estar lleno de vida avanzada, pero está jugando a las escondidas con nosotros, usando una tecnología tan avanzada que somos incapaces de verla o entenderla aún. La clave para descubrir estas civilizaciones puede estar en la misma inteligencia artificial, que nos ayudará a buscar señales donde antes sólo veíamos ruido.


