De daños colaterales calificó el fiscal Guillermo Hinojos, zona sur, la muerte de siete personas en Guachochi, víctimas de supuesto fuego cruzado entre bandas criminales. A eso, “daños colaterales”, han reducido nuestras autoridades el valor de la vida en la sierra.
¡Por Dios, es una masacre!, siete inocentes muertos en una balacera, entre ellos una niña de dos años.
Los muertos tienen padres, hijos, hermanos, familia, seres queridos. Son seres humanos que pierden la vida a causa de la violencia que no han podido contener las autoridades, mensajes de terror que estruja a toda la comunidad y prende alertas rojas en los chihuahuenses. No pueden actuar con esa frivolidad.
Hace rato que Guadalupe y Calvo, Guachochi, Ojinaga y sus respectivas regiones están ardiendo. Sufren lo que parece una guerra declarada entre organizaciones criminales por control territorial, mientras nuestras autoridades, tanto estatales como federales (las municipales son inexistentes o están al servicio de los criminales) actúan como si fuesen simples espectadores. ¿Para qué tantas mesas de seguridad?
En los municipios todos los habitantes saben quiénes contra quienes, los motivos de las balaceras, el dominio de territorios y las autoridades competentes fingiendo que no pasa nada, estandarizando como normal que los criminales ejerzan control total en determinados territorios. Pues que de una vez se los escrituren.
No se matan solo entre ellos, también inocentes mueren. Ayer siete en Guachochi, antes cuántos en Guadalupe y Calvo, Aldama, Ojinaga, todos los días en Juárez. ¿Cuántos más serán necesarios para que la Secretaría de Seguridad Pública Federal actúe en la entidad o que la Guardia Nacional deje su campaña de extorsión permanente contra conductores y entre al combate contra criminales?
La gran tragedia del país es que, para ellos, Chihuahua está “tranquilo”. Y sí, comparado con Sinaloa, Michoacán, Chiapas y otros estados del país ciertamente está tranquilo, en términos de la delincuencia mexicana estamos bien. Dese una idea de cómo está el país, producto de la criminal política de los abrazos y no balazos.
Los chihuahuenses ya sabemos lo que sucede cuando los grupos criminales se enfrentan entre sí, lo vimos del 2008 al 2010 en la guerra de Calderón. Lo que sufren ahora en Sinaloa, lo sufrimos nosotros entonces, por lo mismo no queremos que vuelva. Son guerras que alteran la tranquilidad, literal, de todos los habitantes. Trastornar a la comunidad.
Pero mientras los “daños colaterales” siguen, Gilberto Loya, secretario de Seguridad Pública, en franca politiquería. Está en campaña por que alguien le metió en la cabeza que puede ser gobernador (¿o presidente municipal juariato?), siendo que su proyecto es absolutamente un fracaso.
Ahora le dio a Loya por engancharse con Cruz Pérez Cuéllar, con el tema de la plataforma Centinela. Es una discusión que Loya tiene perdida, empezando por que todos los días le tiran los arcos de las cámaras. Lo que necesita el secretario es abandonar sus locuras políticas y concentrarse en su tarea de seguridad, es la única forma de honrar la confianza que depositó en él la gobernadora.
Rompeolas
El abandono del campo hizo crisis, otra expresión negligente del gobierno populista. La semana pasada asesinaron al líder de limoneros en Michoacán y días después a un líder naranjero. Ambos casos por desafiar a los criminales que los chantajean. Hoy hubo cierre de carreteras (Aquí tomaron la caseta Sacramento), por bajos precios del maíz. Les pagan cinco pesos y quieren más de siete, no sacan ni para los gastos. Ojo, esta crisis seguirá creciendo y Sheinbaum en lo suyo; distraída con Salinas Pliego, ocupada en criticar al PAN y feliz por la publicación de su libro. Así gobiernan.
En la prematura carrera por la presidencia municipal de Chihuahua (en realidad por las presidencias, diputaciones y gubernatura, todas están desbordadas) el sábado hubo una interesante reunión en la que participaron funcionarios del gobierno y de la alcaldía, regidores, exdiputados, priistas de medio pelo (¿hay de otros?), empresarios medios. Hubo de dulce, chile y manteca. La comilona era en apoyo a César Jáuregui, el aspirante panista mejor posicionado para la presidencia municipal. Es un principio de bufalada encontrando cause. Reportan que César no se dejó entusiasmar, que les pidió calma prometiendo trabajar en el proyecto sin levantar muchas olas. Pertinente el Fiscal, él no puede entrar en la competencia de los acelerados voluntaristas, su cargo se lo impide. Si en algún momento Jáuregui entra en esa competencia, perderá ventaja competitiva, es visto como el candidato a vencer.
Sorprendió y caló en muchas personas la inesperada muerte de Luis Fernando Chacón, diputado local por el PRI. Cómo no, era un ser humano amable, sonriente, servicial que se encontraba en la plenitud de su vida, apenas tenía 40 años y muchos proyectos por realizar. Murió la noche del sábado a causa de un paro cardiaco, en su natal Guerrero. Lo traté poco, pero lo suficiente para darme cuenta de su calidad humana, ni hablar son designios de Señor. Le mando un abrazo Yubia Velázquez, su pareja de muchos años, pidiendo a Dios que pronto supera la dolorosa pérdida. También a sus familiares y seres queridos mi sincera condolencia, que Dios nuestro señor lo tenga en su Santo Reino y los consuele a ellos.


