Como plañidera primeriza en tiempos de crisis, el que ayer retorció la justicia de Chihuahua buscando afanosamente venganzas delirantes, hoy busca con esmero impunidad bajo las enaguas del populismo. En medios muy honesto y seguro del que nada debe nada tema, en la realidad implora por protección política.
Si tan seguro está Javier Corral de su honestidad, como presume, ¿por qué implorar que la Justicia Federal atraiga el caso del que lo acusan en Chihuahua, un desfalco de casi cien millones de pesos? Sabe las que debe, por eso quiere protegerse y lo saben tan bien ya que su secretario de finanzas y el abogado de cuestionada reputación que se prestó al desfalco están prófugos.
Tenía meses rogando a sus nuevos empleadores para que la Fiscalía General de la República atrayese su caso. Está demostrado que sus relaciones no son óptimas, ni ese favor le concedieron del todo, a lo más pudo conseguir que un oscuro y, aseguran, sobornable Ministerio Público Federal solicitase a un juez federal que conozca el caso. El juzgado aceptó violando la Constitución local y garantías básicas del derecho mexicano.
Corral pensaba que había logrado su cometido, pero no contó con que la Fiscalía Anticorrupción de Chihuahua se movería pronto y bien. Abelardo Valenzuela interpuso un recurso de amparo ante otro juez federal y recibió la suspensión definitiva. Frenó, de esa manera, el atropello que intentaron el agente del ministerial y el juez que pinta para ser de consigna.
Así quedó abierta una disputa jurídica entre Corral y sus cómplices contra la Fiscalía Anticorrupción y la Secretaría Estatal de Hacienda, en calidad de víctima. El caso ahora está en manos de un Tribunal Colegiado, quien resolverá en apelación. Lo relevante del tema es que se produce un escándalo mediático, donde un senador del oficialismo quiere manipular la ley para escapar de la justicia.
Valenzuela, fiscal Anticorrupción, ofreció una rueda de prensa para dar a conocer los detalles del burdo intento de madruguete urdido por el exgobernador. Entre otros temas destacó dos abusos del juez: el primero que pasó por alto que sólo el Fiscal General de la República tiene facultades para presentar una solicitud así y, segundo, que negó a la víctima (Hacienda estatal) el derecho de audiencia, principio elemental.
Muy pedestres, el Ministerio Público Federal carece de facultades para formular esa solicitud, la atracción del caso, y el Juez mínimo debería escuchar a la parte afectada. Pues no, lo atrajo con sólo firmar un oficio, casi como diciendo traigan esos tamales a mi casa en vez de llevarlos a la casa del vecino. De ese tamaño, según comentan en el gremio de la litis y la chicana.
Corral tiene puestas su esperanza de burla la justicia, otra vez, en el nuevo Poder Judicial de la Federación y en que su abyección al régimen le sea compensada, sin embargo, lo que pide es mucho hasta para los juzgadores de consigna. De satisfacerlo negarían flagrantemente la justicia a Chihuahua, los recursos presuntamente defraudados eran estatales, el daño patrimonial fue contra la Hacienda local.
Pero con estos devotos no se sabe, lo bueno es que Valenzuela y la asesoría jurídica del gobierno estatal han estado muy pendientes para evitar el atropello y que el corrupto se salga con la suya. Veremos que resuelve el colegiado, por lo pronto está claro que Corral no las trae todas consigo, de otra forma hace tiempo el Fiscal Gertz Manero hubiese firmado la solicitud deseada.
Ay nanita, ahora mismo el hombre de los dos hígados tiene pesadillas soñando con que Sheinbaum le quita el fuero y los chicos del bayo llegan hasta la intimidad de su cuarto, sacándolo de las cobijas afelpadas para llevarlo directo a San Guillermo. Ahí debería estar, a parte de los cien millones presumiblemente desfalcados, su pereza y alocados delirios vengativos hicieron mucho daño a Chihuahua.
Rompeolas
Y sobre que Javier Corral si puede salir al extranjero, también en esa parte miente. Puede hacerlo por tener doble nacionalidad, siempre que cuenta con los documentos gringos. Pero de que le restringieron el pasaporte mexicano no hay duda, lo cual confirma que no puede viajar en calidad de ciudadano mexicano. Así que no se haga el disimulado, lo trae bien atorado.
Fuentes juaritas reportaron que César Duarte hizo recientemente una reunión a la que habrían acudido familiares y algunos de los que ocuparon cargos en su gabinete. Básicamente fue para pedir que apoyen al edil Pérez Cuéllar, empeñado en secuestrar la candidatura de Morena al gobierno estatal. Rotundo fracaso, todo iba bien hasta que Adriana Fuentes le dijo que con Cruz ni a la esquina, que su corrupción era demasiada hasta para estándares juaritos, (ese es mi chavalo, pensaría Duarte cuando Adriana esgrimió el argumento de la corrupción). El cura Canales de la Venga, político decente y muy comprometido con la democracia, razonó por su parte que con Morena jamás, por la forma en que destruye aceleradamente al país. Total, que Duarte hizo el viaje de oquis, si acaso le sirvió para distracción temporal. Sólo por mortificar una pregunta ingenua: ¿Qué no tiene a la Ciudad de Chihuahua por cárcel?


