Con Duarte otra vez a la sombra (el Altiplano es literalmente sombra) podría desgranarse la mazorca de la corrupción durante su escandaloso sexenio, el rumbo que llevan las investigaciones así lo sugiere. Y no es que sea mala onda, pero quienes traen cola entre las patas deberían ponerse a resguardo, en la Justicia versión cuatroté no hay abogado que los rescate, si el régimen decide ir por ellos.

Podrían empezar los que tuvieron relaciones en la Unión Ganadera División del Norte, donde -aseguran- el exgobernador lavó dinero que fue un contento. El mayor beneficiario, se dijo entonces, fue Carlos Hermosillo, hoy difunto. Pero hubo más, esos nombres irán saliendo en la investigación. Si saben correr, que vayan corriendo antes de que los alcance el desparramadero.

Además, está corriendo otra información que no les conviene, en ciertos círculos se ha comentado que Bertha Gómez, esposa del exgobernador detenido, habría conseguido un trato como “testigo colaborador”, pues su nombre está mencionado en las investigaciones.

El beneficio de la señora Gómez, distante hace tiempo de Duarte, pero presumiblemente vinculada por asuntos de lavado durante aquel sexenio, sería muy claro y concreto: inmunidad para ella, para sus hijos y quedarse con el dinero recibido. Sería un acuerdo pertinente considerando que el ex ya no tiene remedio. Una vez vinculado a proceso, le iría muy bien si sale en dos años, según especialistas.

Considerando que lo de Bertha sea realmente cierto, la libreta de nombres se abre hasta donde sean los deseos de la Fiscalía General de la República y las necesidades que tenga el régimen de profundizar en otros escándalos de corrupción para tapar los suyos. Aquí los más contentos y ganones son los abogados, les llegó su Navidad por adelantada y sin creer en Santa claus.

 

Rompeolas

Una de las víctimas colaterales de César Duarte es Cruz Pérez Cuellar, edil por Juárez y aspirante a la gubernatura. El señor edil ha permanecido en silencio desde la detención, pero en el fondo sabe que hizo acuerdos políticos con el hoy vinculado a proceso. Para esos acuerdos usó de intermediario a su secretario del Ayuntamiento y hombre de todas sus confianzas, Héctor Ortiz. A Cruz se le complica cada vez más, mientras crecen las posibilidades de Ariadna y su equipo político, el más fuerte de Morena en la entidad.

Por más bendiciones papales que haya recibido y el activismo en campaña que despliega, hace tiempo que Gilberto Loya, todavía secretario de seguridad estatal, se encuentra en la tablita. Las versiones de que pronto le pedirán la renuncia crecen cada vez más y parece que ahora si va en serio. Simplemente no se percató de que es uno de los fusibles que tiene la gobernadora y el señor se creyó insustituible. Si ya llegó a los buñuelos, las apuestas son que no llega a la rosca de Reyes. Híjole, los cierres de año siempre son traumáticos.

Por observar a la gobernadora Campos en muy buenos términos con la presidenta Sheinbaum, durante la gira del pasado fin de semana, corrieron versiones de que ya negoció la entrega de Chihuahua al populismo. Nada, esas grillas son baratas. Lo que Maru hace es lo que haría cualquier gobernador en su lugar, cuidar la relación con la Federación. Pero de eso a que tome una decisión política de tal naturaleza cuando falta un año para que haya candidatos, dista mucho.