El debate sobre si decir “Feliz Navidad” o “Felices Fiestas” en diciembre sí es real y recurrente, especialmente en contextos sociopolíticos y culturales amplios, no simplemente un rumor aislado. Sin embargo, su interpretación varía según el contexto y las perspectivas subjetivas. La discusión no es necesariamente rígida en una sola dirección (es decir, “debe darse” o “es intolerancia disfrazada”), sino que puede desglosarse en varias capas de análisis:
1. Origen del debate y qué lo motiva
a. Multiculturalismo e inclusividad:
En algunos contextos institucionales y corporativos, se promueve el uso de saludos neutrales como “Felices Fiestas” o “Happy Holidays” para incluir a personas que no celebran la Navidad o que tienen tradiciones distintas (p. ej., judíos con Janucá, personas no religiosas o de otras religiones). Esto se hace con la intención de evitar que un saludo asuma automáticamente una creencia religiosa específica.
b. Reacción cultural y política:
Esto ha generado reacciones contrarias, particularmente de sectores religiosos o conservadores que interpretan la preferencia por saludos neutrales como una pérdida de identidad cultural o un ataque indirecto a las tradiciones cristianas. En España, por ejemplo, figuras políticas han defendido explícitamente el uso de “Feliz Navidad” frente a “Felices Fiestas”.
2. ¿Es un debate legítimo?
Sí, desde un punto de vista social y cultural
- En sociedades plurales y diversas, el uso del lenguaje refleja la dinámica de convivencia entre distintas identidades. Revisar cómo nos dirigimos a grupos con diferentes creencias puede ser parte de una conversación legítima sobre respeto, inclusión y lenguaje institucional.
- En entornos profesionales (empresas, gobiernos, escuelas) muchas veces se busca un lenguaje que no excluya explícitamente a minorías religiosas o no religiosas, lo cual tiene fundamentos operativos y legales en ámbitos como políticas de diversidad.
Sí, desde un punto de vista histórico y sociológico
- Tradiciones culturales no son estáticas; cambios en el vocabulario reflejan cambios en la composición social y en las expectativas de respeto entre grupos diversos.
3. ¿Es solamente una expresión de intolerancia disfrazada?
No necesariamente. La discusión puede volverse prominente por varias razones:
a. Parte de la cultura política y mediática
- En Estados Unidos se ha discutido durante años el llamado “War on Christmas”, una etiqueta mediática que describe la percepción de que la Navidad está bajo ataque cultural cuando se prefieren saludos neutrales. Esta narrativa se ha politizado, especialmente por figuras que interpretan cualquier diminución del uso de “Merry Christmas” como una agresión hacia la tradición cristiana.
b. Percepción versus intención:
- Para muchos individuos, la preferencia por un saludo u otro no es desprecio hacia una religión, sino una forma de lenguaje más inclusivo y respetuoso de la diversidad religiosa y cultural.
- Sin embargo, también hay quienes instrumentalizan el tema para polarizar (construyendo una narrativa de “ofensa” o “persecución” que no necesariamente corresponde con experiencias reales de discriminación). Esto puede parecer intolerancia más que un debate genuino.
4. ¿Debiera darse este debate?
Depende de cómo se enfoque:
a. Como reflexión sobre convivencia y respeto:
Sí, es legítimo discutir cómo saludar de manera que no suponga una imposición cultural o religiosa en contextos públicos o institucionales. Esto forma parte de un diálogo más amplio sobre diversidad y lenguaje inclusivo.
b. Si se convierte en antagonismo cultural o político:
El debate puede volverse contraproducente si se usa para marcar identidades contrarias o para acusar de intolerancia a quienes simplemente practican una expresión tradicional.
Conclusión
El debate sí tiene bases reales y refleja tensiones sociales más amplias sobre diversidad, identidad y lenguaje en sociedades plurales. No es necesariamente una “expresión de intolerancia disfrazada” per se, pero tampoco es un tema de importancia universal o uniforme en todas las culturas o comunidades. Su significación depende en gran medida del contexto —institucional, social o político— y de cómo se interpreten las intenciones detrás del uso de uno u otro saludo.
