Entrevista a Daniel Giménez Cacho/Actor y activista social
Moisés Castillo
Felipe Calderón ya no está en Los Pinos, pero el dolor sigue ahí. Miles de familias vivirán un luto perpetuo porque la violencia les quitó a un ser querido o buscan desesperadas a un hijo que no saben si regresará un día a casa. Se estima que en el sexenio calderonista 70 mil personas fueron asesinadas y 30 mil están desaparecidas tras la llamada guerra contra el narcotráfico.
En su reciente libro Narcoleaks, el periodista Wilbert Torre revela, entre otras cosas, que a dos años de la batalla antinarco el presidente Calderón y Washington sabían que la lucha se estaba perdiendo. ¿Por qué el Estado mexicano continuó con una estrategia que destilaba sangre y muerte?
El gobierno de Enrique Peña Nieto asegura que la estrategia contra los cárteles de la droga cambiará, pero aún no se dan señales claras de un rediseño institucional para que disminuya la violencia en el país. Sin embargo, hay decisiones significativas que la anterior administración panista no hizo: publicó la Ley General de Víctimas en el Diario Oficial de la Federación, tal y como la venía impulsando el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad.
En su discurso del pasado 9 de enero, el presidente Peña Nieto habló de un país lastimado por la delincuencia y donde miles de personas han sufrido la espiral de violencia del crimen organizado.
“El Estado no puede tener oídos sordos a las voces de la sociedad, pues la dignidad de una nación se refleja en la forma en que trata a las víctimas del delito y persigue a quienes han infringido la ley. Con el nuevo ordenamiento se avanza en la construcción de una sociedad de pleno respeto a la integridad del ser humano, sensible y solidaria ante el dolor de un semejante.”
En su turno, el poeta Javier Sicilia aseguró que es un primer paso hacia la justicia y la paz, y también pidió crear un espacio en memoria de las víctimas de la violencia en México.
“Porque no habrá justicia suficiente para aquéllas si no recuperamos su memoria, sus nombres, sus historias, su presencia entre nosotros”, dijo el dirigente del movimiento.
Tres meses después, el mismo Sicilia, cobijado por intelectuales, artistas y activistas, inició una campaña para convertir la Estela de Luz en un memorial de las víctimas de la guerra contra el narco. Entre los firmantes de la petición se encuentran el escritor Juan Villoro, el historiador Enrique Krauze, el actor Gael García Bernal, el cineasta Alejandro González Iñárritu, la poeta Carmen Boullosa, así como el exjefe de gobierno Cuauhtémoc Cárdenas.
“Lejos de ser un referente legítimo de la identidad compartida y de los anhelos de justicia social que la fecha de 2010 evocó, ha sido motivo de burla, escarnio y humillación, una afrenta en el rostro de la patria que hay que lavar resignificándola. Creemos que la manera más digna de hacerlo es, como se lo ha propuesto el MPJD, volviéndola un sitio donde las miles de víctimas de la violencia de nuestro país no sólo sean reconocidas y recordadas con dignidad”, dice la misiva.
Hasta el momento, la petición “Resignifique la Estela de Luz en Memorial de las Víctimas de la Violencia en México y Estela de Paz” ha recabado más de 5 mil firmas a través de la plataforma de activismo político change.org, por lo que aún se necesitan 95 mil firmas para llevar la solicitud ante el presidente Peña Nieto.
“Crear un memorial no se reduce a rebautizar un edificio o convertirlo en talismán, sino a crear un espacio de documentación, una relatoría del pasado… Reconvertir el sitio en Estela de Paz no es un proyecto museográfico: la memoria sólo sirve como algo actual, sujeto a una revisión que permita modificar el presente y decidir otro futuro”, apuntó el escritor Juan Villoro, en su columna del diario Reforma del pasado 5 de abril.
En esa misma semana, se inauguró el Memorial de Víctimas de la Violencia ubicado a un costado del Campo Marte, el cual fue un proyecto impulsado por organizaciones de la sociedad civil como México SOS, de Alejandro Martí; Alto al Secuestro, de Isabel Miranda de Wallace, y la Fundación Camino a Casa, representada por Patricia Prado.
En su discurso, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, adelantó que seguirá buscando el diálogo y los acuerdos con las organizaciones de apoyo a víctimas de violencia.
“En el gobierno de la república estamos convencidos de que el motivo de este Memorial nunca, nunca debió existir, que nadie, ninguna familia debe padecer el dolor de perder a un ser cercano por motivos de la violencia… Para construir un México en paz, este lugar es un recordatorio de que debemos de acelerar los esfuerzos para cerrar todos los espacios a la violencia y a la impunidad; la respuesta elemental que podemos y debemos dar a las víctimas es el puntual cumplimiento de la ley”.
Organizaciones sociales polarizadas
Sin duda, están polarizadas las organizaciones sociales que luchan a favor de los deudos de la guerra, de las víctimas y exigen el regreso de los desaparecidos. No es un secreto la distancia entre Javier Sicilia, Isabel Miranda de Wallace y Alejandro Martí. Lejos de este antagonismo, ¿es adecuado que la corrupción que representa la Estela de Luz sea un espacio para recordar a las víctimas de la violencia? El costo de la construcción pasó de 394 millones de pesos a mil 146 millones de pesos. ¿Se resignificará el proyecto con el que la administración de Calderón pretendía celebrar el Bicentenario de la Independencia?
Para el actor Daniel Giménez Cacho, integrante del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, es vital que la Estela de Luz no se quede como una basura de la corrupción calderonista y se convierta en un espacio de construcción de la memoria de las víctimas de la violencia.
“El deseo de querer resignificar la Estela se me hace muy interesante. Cuando la gente pide espacios públicos y los hace suyos es una forma de encuentro, por una razón real como son las victimas. Se me hace ideal resignificar este espacio que es de todos. Lo que también se está proponiendo es que no sea un monumento como el que se acaba de inaugurar en el Campo Marte.
¿Cómo surgió la idea de solicitar al presidente Enrique Peña Nieto convertir la Estela de Luz en un memorial?
Surgió en una manifestación que hizo el Movimiento por la Paz hace más de medio año. Se escogió ese lugar para dejar ofrendas, placas para la memoria porque ha sido una de las reivindicaciones del Movimiento, recordar a la gente por su nombre y que las víctimas no sean sólo estadísticas. Siempre se están haciendo manifestaciones de ese tipo con fotografías, nombres y se dejó una ofrenda en la Estela de Luz. Hubo un momento en que la directora del Centro Cultural Digital la mandó a retirar y al día siguiente se habló con ella y la dejó. La expresión popular, la gente que estuvo ahí en ese acto lo convirtió en un lugar para la memoria. Mucha gente que estábamos ahí dijimos “puede ser y hagamos que sea un memorial”.
¿Cómo “resignificar” un espacio que es emblema de la corrupción del gobierno de Felipe Calderón?
Abajo existe un centro multimedia y entonces eso va muy bien con el concepto que está proponiendo el Movimiento por la Paz. Queremos que no sea un monumento sino un centro de memoria que sea útil para las víctimas, que sea útil a la historia, que no sea un monumento en el Campo Marte como lo hizo Calderón, que ni los nombres están. Lo que solicitamos tiene mucho más sentido, es una estructura que permite poner muchas cosas como la palabra. Nombres, fechas, frases, que sea un lugar vivo para la sociedad.
Plazo de un año
El poeta Javier Sicilia afirmó que se vale conceder un año a Peña Nieto para que disminuya la violencia, ¿estás de acuerdo con esta postura?
Sí, pero lo único que tendríamos que empezar a ver son actos oficiales en una sola dirección. Para que el problema se resuelva tendría que pasar más de un año, pero por lo menos hay que observar gestos, acciones que vayan encaminadas en una dirección. El gobierno debe tener una comprensión real del fenómeno, que no nada más es el choque frontal a los cárteles de la droga. Va más allá, es un problema complejo que tiene que ver con la justicia, la corrupción, la impunidad, el Ejército, con la rehabilitación de espacios de encuentro para reconstruir el tejido social, hay muchas acciones pendientes. Si empezamos a ver ese tipo de gestos se le puede conceder uno, hasta cinco años. Lo que no creo es que en un año se resuelva todo, no es lógico. Tenemos que ver acciones concretas en una sola dirección.
Como la publicación de la Ley de Víctimas…
Por ejemplo… Luego falta ver cómo se aterriza esa ley, cómo se pone en práctica, qué presupuesto se le da; pero es un paso adelante, sin duda.
La narrativa oficial sobre el narcotráfico quedó en segundo plano, ¿cambió de estrategia antinarco del gobierno de Peña Nieto? ¿Esperan señales concretas?
Lo que se ve es que hay un afán de un cambio. Una modificación radical respecto a la administración anterior. ¿Cómo le va hacer? Todavía está en análisis, aún no se anuncia a la sociedad en qué consiste la nueva estrategia contra la violencia.
¿Cuál es el mensaje que se da a la sociedad cuando existen dos grupos —Wallace y Sicilia— que solicitan memoriales para las víctimas?
La señora Wallace es una panista, ciudadana… pero fue candidata del PAN al Gobierno del Distrito Federal. Ahí estuvo situada en la línea oficial que tenía Calderón. Fue muy obvio ver que Calderón traicionó el espíritu de los diálogos del Castillo de Chapultepec, la señora Wallace fue fiel a Calderón. Otros miembros de la sociedad civil como Alejandro Martí, María Elena Morera tienen posturas algo más independientes. Si se mira fríamente no pienso que sean excluyentes, pero un monumento es diferente a lo que está proponiendo el Movimiento por la Paz. El monumento ahí está, ya se inauguró, está ahí para quienes quieran usarlo, está en un lugar que es contradictorio, a lado del Campo Marte. No me parece un lugar inspirador. Pero este otro —la Estela de Luz— es diferente, es otro concepto. No tienen por qué ser excluyentes.
Revertir un lugar de vergüenza
¿Cuál es el llamado que hace el Movimiento por la Paz a la sociedad?
Por un lado es la oportunidad de que como ciudadanos cooperemos a resignificar un lugar de vergüenza, convertirlo en un lugar de orgullo y reflexión, de construcción de la memoria y de unión alrededor de esta tragedia. La campaña de reunir 100 mil firmas, cuando es un pedido así de este tamaño, la autoridad no tendrá más remedio que aceptarlo o proponer algo mejor. Esa Estela como está no es nada, no funciona para lo que se hizo. No significa nada para ningún mexicano. Igual suena arrogante, pero no significa nada para el Bicentenario. Nadie pasa por ahí y dice qué bonito que esto celebre los 200 años de Independencia. Hay que usarlo.
Firmantes como Enrique Krauze, ¿habla de la pluralidad de esta solicitud?
Lo cual esto no se puede decir que sea como de izquierda y de un sector. Porque así es la tragedia de la violencia, atraviesa todos los sectores sociales y por eso también reúne a todos los estratos sociales.
Si logran las 100 mil firmas, ¿apelarán a la sensibilidad del presidente de la república?
Peña Nieto estaría obligado a escuchar y a actuar. No es tanto por ser sensible. Para mí es una obligación del presidente escuchar esta exigencia. Un proyecto así con un soporte de 100 mil firmas, están obligados a oír.