Entrevista a José Ángel Pescador/Extitular de la Secretaría de Educación Pública

Irma Ortiz

“La Coordinadora de Trabajadores de la Educación se crea hace 40 años con una demanda: pagos oportunos y correctos. Hay que comprender a los maestros que vienen de los municipios más pobres del país, no pueden ser evaluados de la misma manera que otros mentores”, asegura José Ángel Pescador Osuna, maestro normalista y quien ha ocupado casi todos los cargos —como él lo señala con una gran sonrisa— dentro del sistema educativo nacional, hasta fungir como secretario de Educación Pública en 1994.

El hoy titular del Colegio de Sinaloa da su visión sobre la reciente reforma educativa en momentos en que se encuentra atorada la reforma educativa presentada por la CNTE en Guerrero y cuando la SEP anuncia que a fin de mes estarán listas las leyes reglamentarias. Una reforma, apunta Pescador, que es buena, pero que debe ser socializada.

¿Qué opina sobre la reciente reforma educativa, cuáles son los puntos en que estaría de acuerdo y en cuáles no?

Es una buena reforma. Todos los mexicanos y los preocupados por la educación debemos calificarla así, pero hay cosas que tienen que explicar. En mi entidad, Sinaloa, hice una encuesta para ver qué tanto conocimiento tenían sobre parte de la reforma, una encuesta de 250 personas, donde un 95 por ciento conocía prácticamente sólo una de cuatro partes.

Sabían más la parte que se transmitió en los medios: la evaluación de los profesores; pero del sistema de gestión, la creación del Instituto y del Sistema Profesional de  Docentes no se ha socializado. Es una reforma que tiene varios componentes, en la parte que corresponde al artículo 3 y sobre todo al 73, que se refiere a la gestión y a la parte del sistema profesional docente.

Segundo, es buena porque contempla aspectos medulares que hoy requieren de atención y llevan, a nivel constitucional, la preocupación por la calidad de la educación. Siempre se ha tocado el tema de la calidad pero no estaba en la Constitución; al establecerse como derecho humano, social y que puede ser exigible, obliga al Estado y a los padres de familia a una mayor responsabilidad.

Tercero: siempre hemos tenido evaluaciones, a lo mejor no como sistema nacional. En mi experiencia, las pruebas que se llaman censales las aplicamos en México a mediados de los años noventa. Proponer alternativas de actualización de los profesores y ver cómo mejoramos la calidad de la educación, es reciente. Hasta el año 2000, con la creación del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación —del que fui integrante del Consejo Técnico— siempre ha habido evaluación; ahora queda como obligación permanente.

Evaluación: el punto que más ha creado controversias…

Sobre todo la palabra permanente. Siempre ha habido evaluación para los profesores, a veces el mismo director hace algunas recomendaciones para que un profesor pueda ascender. Tenemos, reciente, la carrera magisterial donde los profesores eran sujetos a un examen, pero no se planteaba la frase completa: selección, contratación, promoción y permanencia, que fue lo que generó mas confusión. Se interpretó que la palabra permanencia implicaba que, si el resultado en un examen era por debajo de los estándares previstos, esa persona perdería su empleo.

El artículo mismo dice que habrá alternativas de preparación y programas; las propias autoridades educativas lo han dicho, pero ha faltado fuerza, de que está permanencia no es un problema de México sino muchas naciones; un profesor al mostrar ciertas limitaciones tanto en su capacidad cognoscitiva, como en la parte pedagógica, tiene oportunidades de superarlas con los programas que se le ofrecen, pero si no lo hace en un plazo perentorio, digamos dos o tres ocasiones, entonces se busca la sustitución.

Aquí se dijo y se interpretó como que al aplicar el examen automáticamente si no alcanzaba el promedio señalado, iba a perder su empleo y eso sí es muy delicado, porque además hay un sindicato responsabilizado de proteger los derechos laborales, gremiales de todos sus afiliados.

Eso fue lo que generó mucho problema. Se está aclarando, y otras cosas se añadieron; insisto: faltó más información, que seguramente se tendrá cuando se presenten al Senado las iniciativas para reformar las leyes reglamentarias especialmente la Ley General de Educación, pero por ahí empezaron los problemas.

 

Reprobación, connotación negativa

Subrayo que ahora que se habla de un sistema para seleccionar a los profesores —que ya está en práctica desde hace varios años—, sucede que hay que hacer estas cosas muy transparentes, muy objetivas y, lo más importante, pensar en distintas modalidades de evaluación, porque se dice que es erróneo hablar de que los profesores reprobaron en cualquier profesión.

Si en los medios de comunicación, si en la medicina se presenta un examen para ciertos propósitos y a lo mejor no hay el estándar previsto, quiere decir que hay una selección hacia arriba, no necesariamente que los otros reprobaron. La palabra reprobación tiene una connotación muy negativa, y desafortunadamente desde la aplicación del primer examen, lo escuché de una autoridad educativa, habló de que el 74 por ciento de los maestros habían reprobado. No, ese porcentaje de profesores no había alcanzado, reitero, los niveles promedio fijados en unos estándares. Además tenían que haber reconocido que había ciertas fallas técnicas en la preparación de los exámenes, que se han superado gradualmente y se espera que ya estén perfectamente claros los objetivos y sujetos a todas las pruebas, para que los exámenes se apliquen.

Se vive la situación del magisterio en Guerrero, Michoacán, Oaxaca, donde la Coordinadora lleva la voz cantante. Preocupa mucho el tema de la evaluación, pero para otros, lo que se pretende es no perder canonjías, dinero y poder.

En los últimos años se tomó conciencia de que las plazas se otorgaban no por merecimientos académicos, ni como el resultado de un examen, sino por otras condiciones. La propia presidenta, en ese momento, del SNTE, Elba Esther Gordillo, reconoció que la venta de plazas se prestaba a prácticas incluso de carácter poco ético y moral.

Se tomó conciencia de que muchas de las decisiones de la SEP, que apuntaban en una buena dirección podían ser bloqueadas por la fuerza del sindicato, porque el personal directivo de escuelas y del sistema era propuesto y aprobado por el SNTE. Todavía hay entidades donde uno pregunta cuáles son los requisitos para tener una plaza de inspector, sólo responden: que esté bien con el sindicato.

Eso se va a acabar, ya hay procesos de pruebas —tampoco es nuevo— porque ya se aplican exámenes a inspectores, jefes de sector, a supervisores, pero con limitaciones. En esta reforma, se va a formalizar y a dar un contexto más amplio para que quienes son responsables de dirigir, los líderes académicos —como los llamo, desde hace 25 años— del sistema educativo, sean los más competentes y capacitados, que dirijan la educación con criterios educativos, de calidad y excelencia. Nos falta plantearnos eso, y no necesariamente por arreglos sindicales o de grupo.

 

En diez años se verán resultados

Todo eso ahora está en un contexto que le da la Carta Magna, que seguro quedará en la Ley General de Educación y que hacía mucha falta. Hay otras normas, el reglamento de las condiciones generales de trabajo, que es muy importante; ahora ya se modificó el acuerdo de evaluación y acreditación. Pondría algunos puntos sobre las íes, porque siempre ha sido recomendable, pedagógicamente, administrativamente, escolarmente, que maestros del primer año pasen al segundo año, con su grupo, ya que conocen mejor las limitaciones o deficiencias que pudiera haber en la lecto-escritura, fundamental en el primer ciclo de la educación primaria.

Ésa era parte de la política establecida hace muchos años, pero que precisamente ahora no se va a llevar a cabo, o espero que se corrija y se emita una recomendación a los nuevos directores y supervisores para que lo tomen en cuenta, porque disminuye en gran porcentaje la reprobación y la deserción.

En la educación se habla mucho del efecto Pigmalión: un niño reprueba por alguna circunstancia un grado de la escuela primaria y tiene una posibilidad muy alta de reprobar otro; si es en primero, con mayor razón, y ahí es precisamente donde se explica este fenómeno.

Una cosa que me da mucho gusto es que ya se está diciendo que vamos a ver los resultados de esta reforma educativa con todas las partes que la componen —porque ésta es la primera parte; para mí falta una segunda, una tercera y una cuarta—, que deben estar prácticamente listas para el inicio del próximo ciclo escolar.

No queda mucho tiempo para que, a partir de agosto, cuando inicie el ciclo escolar haya normas diferentes en cuanto al manejo de los grupos, de los horarios; en cuanto a las escuelas de tiempo completo, todavía dispersas en distintos instrumentos jurídicos, pero definitivamente, vistas en ese contexto de largo plazo, es muy buena. Tendremos modificaciones  y logros muy importantes, pero por lo menos tenemos que esperar de 9 a 10 años para ver resultados numéricos cuantitativos, y no cometer el error que hizo la administración pasada con un plan sectorial, que por cierto se desvaneció para ser sustituido por la Alianza por la Educación, que es muy penoso. Ahí es donde está la pérdida total de la rectoría de la educación por parte del Estado.

Orígenes de la efervescencia magisterial

Respecto a la pregunta de los estados donde hay mayor efervescencia magisterial, hay que comprenderlos muy bien. Entender muy bien a los profesores de Michoacán, Guerrero, Morelos —en parte—, Oaxaca y Chiapas.

Si se da cuenta, con excepción de Morelos, pero en los demás estados es donde hay mayor proporción de población indígena, donde se concentran los municipios más pobres, con regiones completas que todavía tienen condiciones muy importantes de incomunicación y donde los profesores curiosamente desde 1979 u 80 comenzaron una protesta para que se les pagara con oportunidad y correctamente.

La gran movilización da origen la Coordinadora de Trabajadores de la Educación, la vivimos en México. En aquel momento, yo transitaba al Consejo Nacional Técnico de la Educación, por los problemas de pago y los problemas de manejo administrativo que se resolvieron con la desconcentración y que en 1982 se había resuelto.

Pero qué pasa al enfrentar esa situación tan crítica y crearse estas movilizaciones y esta organización alternativa, también se vincula la lucha por la democracia sindical. No hay que olvidar que también se había dado acá con el Sindicato de Electricistas, con la tendencia democrática de Rafael Galván que también se vivió con maestros como Othón Salazar, en aquella época.

Decían que estos movimientos eran comunistas socialistas. Hoy, después de 40 años, nos damos cuenta de que había razones muy justas para la protesta, lo que nunca ha habido razón es para actos violentos y hay que decirlo con franqueza, muchas veces los actos violentos han sido de parte efectivamente de estos profesores, como esa escena, donde no creo que haya sido un maestro quien pegaba con un tubo en las oficinas del Congreso o los que rompieron vidrios. Quizá me equivoque, pero de ninguna manera son justificables, porque es más factible —como en este momento sucede en Guerrero y se intentó en Oaxaca— buscar otros medios para que se entienda muy bien qué significa la reforma en estos estados.

¿Por qué surgió la Alianza Popular de Oaxaca?, ¿por qué surge una organización distinta en Guerrero?, ¿por qué las normales han sido foco de efervescencia? El secretario de Educación Pública lo dijo en Guadalajara: “no desaparecerán las escuelas normales”. Es una gran decisión política que debe de ser aplaudida, porque además le agregó: “no desaparecerán, se van a transformar”. Necesitamos conservar la esencia del normalismo.

Pueden cambiar muchas cosas en la Universidad Nacional, si usted ve la UNAM y ve la Universidad Autónoma Metropolitana, son dos formas administrativas muy diferentes: una por facultades —la tradicional  europea—, otra departamental  —más contemporánea—, pero siguen siendo universidades. El Politécnico, con sus características, la gran escuela de formación de técnicos e ingenieros, hay muchas cosas de qué estar orgullosos, pero creo que las normales juegan un papel muy importante, sobre todo cuando han sido motivo de conflicto, sobre todo las rurales.

Pero hay que ver las condiciones de la normales rurales; visité —no le exagero— de 20, unas 15: San José de Garza, en Tamaulipas, Filipetillo, Cañada Honda, El Quinto, El Meche, las conocí en momentos en que se enfrentaron los problemas y que los estudiantes se movilizaron. Hubo reacciones muy fuertes, desafortunadamente, algunas desaparecieron; otras se transformaron en otro tipo de instituciones, pero uno tiene que ir a la escuela Nacional de Maestros y ver los grandes murales de la Revolución Mexicana plasmados, se tiene que reconocer la importancia de la Normal Superior de México para darnos cuenta de que sí necesitan permanecer, de ahí son los grandes maestros de este país.

El gobierno debe escuchar esas voces e incorporarlas a las leyes reglamentarias…

Obligadamente debe haber diálogo y participación, qué bueno que se están dando estos foros; ojalá queden las propuestas. Nos invitaron como personas conocedoras del sistema, y presenté una propuesta para la reforma de la educación. Lo primero es la discusión amplia de la temática, la difusión, la socialización y la internacionalización de lo que será la reforma ampliamente, como se hacía con los Centros de Cooperación Pedagógica a nivel de la escuela, de la zona, para que la gente lo sepa.

Que se conozca cuáles son las reformas, qué son los transitorios. Además lo que se agregó tanto a los artículos 3 y 73, porque ambos están como una unidad. Va a pasar lo mismo con la Ley General de Educación, creo que algunas cosas se van a conservar, otras se agregarán y otras más se integrarán.

Evaluación educativa

¿Su opinión sobre las ternas para integrar el INEE?

Están nombradas 15 personas excelentes, los 5 que queden son gente con experiencia, expertos en psicometría y en técnicas de medición contemporánea; otros con una gran visión integral del sistema; algunos más con un profundo acercamiento a lo que son las prácticas escolares, el Senado tiene la posibilidad de escoger buenos elementos.

Después, que tengamos un órgano responsable que vaya más allá de las pruebas estandarizadas para evaluar a alumnos y maestros, así como para integrar un sistema nacional de evaluación educativa, que será su principal responsabilidad.

Hay muchas formas de evaluar: el seguimiento de los egresados, la ubicación y la participación, como hacen las universidades, van y consultan a los empresarios. Alguien ha dicho que el sistema es muy grande y que por eso no se puede hacer.

Considero que el sistema cada vez debe ser más chico, reducir la SEP en el Distrito Federal y avanzar en la transferencia de servicios con el gobierno del Distrito Federal es algo que se queda pendiente. Hay que buscar nuevas formas, que ya estén pensando cómo se evalúan egresados de universidades, cómo hay sistemas paralelos en otros países. Hay una prueba estandarizada, pero hay otro tipo de requerimientos para ver el desempeño, la personalidad del estudiante y cuáles son sus capacidades promisorias para un futuro estudio y formación, eso ya se está probando en varios países, igual para los maestros, porque si a los mentores únicamente les preguntamos con base en algunas cosas, donde se ejercita la memoria, a pesar de que sean exámenes más avanzados, como los de respuesta construida, no importa, de todas maneras sigue habiendo un gran componente de selección, y, sobre todo, limita.