Carmen Galindo

 El caso de José Luis Cuevas

Uno no sabe a qué carta quedarse en el pleito de las hijas, Ximena y María José, y Beatriz del Carmen, la actual esposa de José Luis Cuevas. Sorprende que José Luis hable de que él no ha ofendido a sus hijas para que lo insulten. La verdad, a no ser que me haya perdido un capítulo, las hijas sólo piden ver a su padre y la prensa no ha registrado ningún insulto. El  pintor asegura que lo quiere su esposa, pero no se refiere a que lo puedan ver sus hijas cuando deseen hacerlo ni las llama a reunirse con él. A su vez, las muchachas se contradicen cuando aseguran que se les prohíbe ver a su padre y luego, Ximena asegura que lo encontró tirado en su casa sin atención médica. Alberto Cuevas considera que las medicinas no son las adecuadas y eso tiene peso, porque el hermano del pintor es psicólogo. En lo personal, siempre estimé mucho a Bertha Cuevas, la esposa de José Luis y madre de sus hijas. Pienso que su muerte fue un golpe devastador para Cuevas y me dio gusto verlo casado con Beatriz del Carmen, por más que Bertha siempre me protegió y con Beatriz del Carmen sólo he cruzado unos saludos. Mariana, la otra hija, no ha abierto la boca, no sé si vive aquí. Ante el pleito no puede uno sino recordar a José Luis en otros tiempos adorado por Bertha y por sus tres hijas.

Una vez estuve en un programa con Alberto en el que Edmundo Domínguez Aragonés, el ex marido de la China Mendoza, nos preguntaba sobre nuestros hermanos “famosos”: José Luis Cuevas, José Pagés Rebollar, Magdalena Galindo y Gabriel Careaga.  Para probar el sonido de la voz, todos dijimos los consabidos: uno, dos tres, etc. Alberto rezó, lo cual no es demasiado extraño, si no recuerdo mal los Cuevas tienen una hermana que es monja. Total, Alberto tomó la palabra y empezó a alegar que él y no José Luis (que no estaba presente) debía ser el famoso y siguió hasta que se acabó el programa sin que tuviéramos tiempo de hablar ninguno de los otros hermanos convocados.

Los 85 años del Teatro Ulises en la Sala Ponce

A Stasia de la garza, responsable de Literatura del INBA, le salió perfecto el homenaje.

La sobrina de Antonieta Rivas Mercado me contó que una vez actuó en una obra de teatro de Enrique Jardiel Poncela dirigida nada menos que por Salvador Novo. Le pregunté, porque es una mujer muy guapa, si se parecía a su tía y me dijo, no, a mi mamá, creo que me dijo Amelia, la hermana menor de Antonieta. La Sra. Blair, autora de A la sombra del ángel y nuera de Antonieta Rivas Mercado,  estaba por ahí contenta por la celebración de los 85 años del teatro de Ulises en la Sala Ponce de Bellas Artes. Martha Gorostiza, hija de José, estaba también por ahí y la hija de Celestino, Paloma, que estaba programada para participar en la mesa redonda, no fue porque tuvo un problema de salud. Por ahí vimos también, a la hija de Clementina Otero, una de las actrices del teatro Ulises. Como es sabido, Paloma es hija de la hermana mayor de Doña Clementina. Me recordé que, (creo que en un homenaje a Rafael Solana) estuvo en esta misma sala Ponce, la maestra Otero y fue la última vez que la vi. Como es sabido, Miguel Capistrán fue el gran editor de Los Contemporáneos y Tayde Acosta, que participó en la mesa redonda, su discípula predilecta. Las hermanas de Miguel, Paca y Julia, estaban este martes 9 de abril en la primera fila. Fue, como se ve, una especie de reunión de familia. El teatrista Luis Mario Moncada, uno de los ponentes, robó literalmente cámara cuando posó para la fotógrafa de Bellas Artes. Y, por último, otro de los teatristas, Alejandro Ortiz Bulle Goyri leyó un texto de Villaurruia, no como el académico que también es, sino como actor.