Alexander Serikov
Alaska es una península situada al noroeste de América del Norte. En el idioma de los aborígenes esquimales su nombre significa “lugar donde hay ballenas”. En esta península se encuentra casi la tercera parte de todas las reservas subterráneas y marítimas de Estados Unidos, casi 5 mil millones de barriles de petróleo, grandes reservas de madera, gas y cobre.
El navegador ruso, Mijail Gvozdev, fue el primer investigador europeo que puso en el mapa las costas y los estrechos de Alaska. En 1648 el investigador ruso, Semión Dézhnev, cruzó el estrecho de 4 kilómetros de ancho que separa Rusia de América
Otros rusos le siguieron en el descubrimiento de esta península. Fue en 1784 cuando Gregory Shélejov llegó allá y fundó la colonia agrícola llamada Gloria de Rusia.
El descubrimiento de las tierras de Alaska se extendió hacia el Sur y el Este. Allá se construyeron escuelas, astilleros, Iglesias, talleres, y se fundó la Fortaleza Mijailov convertida en la capital de la Alaska Rusa. Se desarrolló la industria de extracción de cobre, hierro y carbón. El poblado tenía sus propias bibliotecas y hasta teatro y museo.
Cuatro años más tarde el negociante ruso, Iván Kuskov, compró a los aborígenes un territorio y fundó allá el fuerte más sureño de la colonia rusa en América llamado Fort Ross. El imperio ruso se hizo una potencia europea, asiática y americana a la vez. Las Islas Aleutianas, Alaska y California del Norte formaron parte del Imperio de los zares.
Los empresarios norteamericanos y británicos trataron de acabar con la presencia rusa en Alaska y para ello armaron a los aborígenes y los instaron a pelear contra los rusos. Fue en 1819 cuando el presidente estadounidense Quincy Adams declaró que el continente de América del Norte era territorio solamente de Estados Unidos. Luego siguió la llamada doctrina Monroe según la cual América era exclusivamente para los norteamericanos y Europa, para los demás.
En 1824 fue firmado en la entonces capital de Rusia, Petersburgo, el Convenio que determinaba los límites de las propiedades rusas en América. Luego fueron firmados otros convenios que limitaban la presencia rusa en el continente americano lo que condujo en definitiva a que el gobierno ruso vendiera Alaska a Estados Unidos en 1867.
Sin embargo, existen creencias de que Alaska nunca fue vendida sino rentada a Estados Unidos por 90 años. Y que cuando se venció este plazo de tiempo en 1957, los norteamericanos no quisieron devolver estas tierras a la Unión Soviética y hasta trataron de prolongar el convenio pagando una cantidad elevada. Pero Nikita Khrushchev literalmente regaló las tierras rusas a Estados Unidos. Y en 1959 Alaska se hizo el estado número 49 de Estados Unidos. Muchos aseguran que el Convenio sobre la entrega de Alaska a Norteamérica nunca fue firmado ni por el imperio ruso ni por la ex Unión Soviética. Estas son sólo opiniones de algunos historiadores rusos, aunque la versión oficial es que ésta península en el norte del continente americano fue vendida en la época del emperador ruso Alexander II por alrededor de 7 millones dólares lo que correspondería actualmente a algo más de 100 mil dólares.


