Contra el “statu quo”
Mireille Roccatti
A lo largo del devenir histórico y en todas las sociedades los jóvenes caracterizan la inconformidad en contra del statu quo que rige las relaciones y el ejercicio de poder en los núcleos sociales. Para no remontarnos hasta el pasado remoto, sólo recordaremos el movimiento del romanticismo alemán, de muy distinto signo de los nihilistas rusos, o a mediados del siglo pasado los existencialistas franceses, o ya muy cercanamente la rebeldía juvenil de finales de los años sesenta también del siglo XX, que a través de la música, el arte, el uso masivo de algunas drogas y sus movilizaciones políticas transformaron la sociedad en su conjunto.
En nuestro país, es referente obligado recordar el Movimiento del 68, en el cual los jóvenes mexicanos, al igual que todos sus contemporáneos estadounidenses, franceses, alemanes, japoneses y de casi todo el mundo, protagonizaron una rebelión juvenil contra todo signo de autoridad. Una porción de ellos, caminaron por los senderos del uso de la mariguana y el LSD y se expresaron por medio de la música, principalmente de los grupos británicos de los Beatles y Rollings Stone y se generó una corriente conocida como hippies, se dejaron crecer el cabello, modificaron su indumentaria y se declararon a favor de hacer la paz y no la guerra. Habrá que recordar que en ese entonces se libraba la guerra de Vietnam, debido a la invasión militar estadounidense.
Por otra parte, una corriente diferente de jóvenes preocupados por la injusticia y desigualdad social encausaron su inconformidad a transformar el poder a través de la revolución y apoyando los movimientos obreros y populares de sus respectivos países, ejemplo de ello es el llamado “Mayo rojo de París” y que encontrara en la figura del Che Guevara un icono mundial, debiendo tener presente que, por ejemplo, en México, grupos importantes de jóvenes decidieron transitar por la guerrilla rural y urbana. Hoy en nuestro país, algunos de ellos y otros que no siguieron los cauces guerrilleros pero que participaron en el Movimiento estudiantil del 68, destacan como líderes político-partidistas, servidores públicos de alto nivel o parlamentarios.
Lo anterior lo rememoramos porque estamos cumpliendo un año de la súbita aparición de un movimiento juvenil conocido por todos como YoSoy132; lo inédito de su surgimiento obedeció a que por primera vez la movilización juvenil partió del uso de las redes sociales, que carecía de una estructura orgánica vertical y que rápidamente pasó, de una oposición a un candidato presidencial, a reclamar la “democratización de los medios de comunicación”, y luego evolucionó a reivindicaciones político-sociales.
Un factor que llamó mucho la atención fue que surgió del seno de universidades privadas, e incluyó en sus reivindicaciones banderas de lucha usuales de los jóvenes provenientes de universidades públicas. Ante el fenómeno social, se alzaron las consabidas voces descalificadoras que expresaron que los jóvenes estaban siendo manipulados y clamaban por reprimirlos; desde este mismo espacio afirmamos que los jóvenes universitarios de cualquier institución académica pública o privada no estaban solos, que sus profesores los apoyábamos, que sus reclamos tenían que ser escuchados, procesados y atendidos. Trascurrido un año, la percepción es que el movimiento se esfumó tan súbitamente como surgió o por lo menos está adormecido, aunque pudiera ser una falsa apreciación y resurja en cualquier momento.
Otra expresión juvenil actualmente presente en nuestra sociedad es la de jóvenes que en algunos casos reivindican su pertenencia al anarquismo y que se han caracterizado por recurrir a prácticas vandálicas, que actúan encapuchados y que recientemente han protagonizado incidentes violentos como los del día primero de diciembre de 2012, o las ocupaciones de planteles de la Universidad de la Ciudad de México, de la UAM o la ocupación de la Torre de Rectoría de la UNAM. Las voces represivas de siempre se escuchan reclamando que se les castigue, se les aplique la ley y se les meta en orden. Nosotros —sus profesores— sostenemos que esta expresión sociológica juvenil debe ser entendida en sus causas y procesarse institucionalmente sus demandas. Hoy como ayer, está presente la inmensa desigualdad social y la pobreza mayoritaria de la población a quienes le hemos cortado la posibilidad de soñar un futuro mejor.