Jaime Septién
Curiosa es la política venezolana. Pero más curiosa resulta la nominación de Hugo Chávez —quien murió, oficialmente, el pasado 5 de marzo— al Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar. El jurado resolvió otorgarle el galardón a Chávez “por unanimidad”.
Pero, vamos a ver, ¿alguna vez Hugo Chávez fue reportero, articulista, editorialista, cronista o siquiera linotipista de algún periódico en su escuela, en el ejército, en la política? La respuesta es negativa. Pero eso no se le atragantó al jurado calificador del premio.
Con cierto desparpajo —cuando menos para los que estamos lejos de Venezuela— los miembros de tan augusto jurado declararon, en especial la vocera del mismo, Lil Rodríguez, que “ni Simón Bolívar ni Hugo Chávez fueron periodistas y nunca tuvimos mejores comunicadores que ellos dos”.
La lógica de la periodista Rodríguez es indestructible. El problema es que es falsa. Si así fueran las cosas, en México, por ejemplo, el Premio Nacional de Periodismo se lo podría haber llevado en innumerables ocasiones Fidel Velázquez, por sus célebres conferencias de prensa de los lunes; o el señor Aguilar por aquello de “lo que el Presidente quiso decir”…
Pero en Venezuela, la cuestión palmaria de que un periodista es aquél que trabaja y escribe en un periódico, no funciona. Los jurados de este premio se lo darán a la familia de Hugo Chávez el próximo 27 de junio, Día Nacional del Periodista. “Se entregará un medallón con el nuevo rostro de Bolívar, donde se van a explicar las razones por las cuales se entrega el premio”, dijeron, según consignó un diario venezolano.
De nada sirvieron los 79 trabajos postulados de la prensa escrita, televisión, radio, Internet, opinión, fotografía, docencia y programación. De nada, tampoco, las constantes denuncias de medios audiovisuales independientes, como Radio Caracas Televisión (RCTV). Globovisión, el superviviente de la oleada estatista de Chávez (comprado, en fecha reciente, por gente cercana a Chávez y a su sucesor, el señor Maduro). De nada, la política de una sola voz implementada por Chávez de 1999 a 2013.
El periodismo anda de capa caída en Venezuela. Y en muchos otros países de nuestra América Latina. Ahora resulta que para ganarse un premio de periodismo, lo que se tiene que hacer es hablar mucho en la tele, en la radio, en la calle, en las plazas públicas, desde el poder.
Exactamente lo contrario a la esencia del periodismo.


