Alexander Serikov

Fue en 1957 cuando en la Unión Soviética se llevó a cabo una encuesta fuera de serie con la participación de los científicos e ingenieros del país. Los periodistas les pidieron describir cuál sería desde su punto de vista la situación en varias esferas de la vida en 2007 o sea, a los 50 años de ese momento. Y las predicciones que hicieron los participantes de la encuesta en aquel entonces lejano, actualmente se ven graciosas, sorprendentes y hasta sensacionales.

Por ejemplo, se predijo que en 2007 las personas podrían comunicarse unas con otras en cualquier momento y en cualquier parte del mundo sin ningún problema, sin tener en su poder pesados aparatos telefónicos ni frágiles líneas de cables. Según vaticinios, habrían los llamados “células de nervios” que facilitarían la comunicación entre las personas ubicadas en distintos puntos del planeta. Se trató del server, en inglés, o servidor actual. Es decir, se predijo la telefonía celular. También se predijo la Internet.

Se habló de dos aparatitos del tamaño de una caja de cigarrillos, uno de ellos transmisor y el otro receptor de las imágenes. Todos los habitantes de la Tierra tendrían que tener tales aparatitos con un timbre para avisar que alguien quisiera hablar con otra persona y mediante estos aparatitos las dos personas podrían ver y escuchar una a otra. En fin, fue descrita la capacidad del actual Iphone.

Las predicciones indicaban que en vez de las cámaras de foto y de cine voluminosas y pesadas que había en 1957, la gente usaría cámaras del tamaño de un reloj y con la ayuda de una cámara de cine se podría grabar hasta cien filmes.

Una parte de las predicciones hechas por los científicos e ingenieros soviéticos se referían a la naturaleza. Por ejemplo, se decía que los ríos siberianos de enormes caudales tales como Ob, Yenisei y Lena correrían hacia atrás y en vez de entregar sus aguas al Océano Glacial Ártico, podrían irrigar los desiertos de Asia Central. El hombre aprendería a utilizar el fondo de los mares y océanos inclusive para la siembra y cosecha de productos alimenticios y de esta manera nunca habría hambre y la humanidad podría alcanzar los 30 mil millones de personas. Y si se terminan las reservas de petróleo, el hombre aprendería a producir un petróleo artificial.

Algunas predicciones se parecen a las fantasías del famoso barón  Münchhausen. Estas decían que en las ciudades en vez de carros que emiten mucho humo, funcionarían aceras móviles cuya velocidad inicialmente sería de 20 km por hora pero más tarde los ingenieros aumentarían esta velocidad. Los edificios de las ciudades y también las casas se podrían transportar en los meses de verano a las orillas de los mares y los vuelos a la Luna serían cosa habitual para cualquier ciudadano de la Tierra.

Claro está que muchas predicciones hechas hace más de 55 años por los especialistas soviéticos parecen fantasías incumplidas. Sobre todo aquellas referentes a la victoria del hombre sobre ciertas enfermedades tales como el cáncer, enfermedades cardiovasculares y otras. Pero algunas, como las referente a celulares e Internet, acertaron sorprendentemente. En fin, digan lo que digan, las fantasías son un mecanismo que mueve el progreso.