Luisa María González
(Primera de dos partes)
Si de pronto escucháramos que existe un club donde las personas más poderosas mueven hilos invisibles para controlar el planeta y diseñar estrategias a fin de perpetuar su poder, probablemente pensaríamos que se trata del argumento de una película. Sin embargo no es así; en cuanto a lo primero, sí existe un grupo que reúne a una elite mundial compuesta de banqueros, empresarios, políticos, aristócratas, magnates de la comunicación, entre otras figuras. Se llama Club Bilderberg y se reunió del 6 al 9 de junio en un lujoso hotel en Watford, al norte de Londres.
Sobre lo segundo, referido a su proyección hegemónica planetaria, todavía no ha podido comprobarse, pues cada cónclave que realizan se rodea de una muralla de hermetismo para asegurar estricto secreto con respecto a los asuntos discutidos.
Nunca un mensaje a la prensa, nunca un anuncio de acuerdos, jamás una invitación a los medios. El Club es sinónimo de un silencio público absoluto. ¿Por qué?
Precisamente, esa pregunta llevó al periodista y escritor ruso Daniel Estulin a dedicar décadas de su vida para investigar esta sigilosa y selectísima asociación, tras lo cual asegura que se trata de un centro de influencia mundial: «es el que decide, con un secretismo total en sus reuniones anuales, cómo se llevarán a cabo sus planes».
En recientes declaraciones a Russia Today (RT), el investigador señaló que más allá de un gobierno mundial, se trata de una empresa mundial. «Es un concepto de empresa mundial, o sea, potencias o poderes fácticos financieros con muchísimo más poder que cualquier gobierno en la tierra», estimó.
Por su parte, el diputado laborista británico Michael Meacher consideró que el Club apuntala la lucha del capitalismo para perpetuarse durante los próximos años, a través de pactos secretos.
«Son los líderes de los grandes bancos, las grandes multinacionales, gente de instituciones como el Banco Mundial, la Organización Mundial del Comercio, comisarios de la Unión Europea y políticos de Estados Unidos, Canadá o el Reino Unido. Se reúnen para decidir sus planes sobre el futuro del capitalismo», aseguró.
Casi 60 años y más de 60 cumbres El Club Bilderberg se reunió por primera vez en 1954, en un hotel con ese mismo nombre ubicado en Holanda, a iniciativa de la familia real de este país y la dinastía Rockefeller, el imperio empresarial estadounidense.
Desde entonces, cada año celebran una cumbre en la cual participa su comité ejecutivo, además de entre 120 y 150 invitados que suelen estar asociados a los grandes poderes financieros y políticos del planeta: nadie llega allí por casualidad, afirman expertos en el tema.
Sin embargo, alertó Estulin en su libro Los secretos del Club Bilderberg, en más de 50 años de reuniones en las que el poder y el dinero se han concentrado en un mismo momento y en un solo lugar, jamás se ha filtrado ninguna clase de información sobre lo discutido allí.
Según el propio Club, el secretismo se dirige a garantizar total libertad de expresión para los participantes del cónclave, quienes allí deben despojarse de sus títulos y cargos para hablar con toda sinceridad.
La versión de periodistas y analistas es diferente: los «bilderbergs» se esconden porque solo se preocupan de formular estrategias y acciones para perpetuar su poder y control sobre el planeta.
En este sentido, se especula que el Club sigue una estrategia cuidadosa para «desinformar» con respecto a lo sucedido en sus reuniones.
Para ello, un grupo de expertos elabora materiales falsos, mezclados con algunas informaciones verdaderas a fin de dar verosimilitud, siempre con una finalidad de ocultar las intenciones reales, aseguran especialistas.
¿Qué se supo acerca de la cumbre que recién finalizó, la número 61? Casi nada, apenas algunas informaciones filtradas sobre los participantes.
Entre los asistentes se mencionó al ex secretario estadounidense de Estado Henry Kissinger; el presidente de Google, Eric Schmidt; la directora del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde; y el general del Ejército de Estados Unidos y ex jefe de la Agencia Central de Inteligencia David Petraeus.
Con la mirada en el futuro
Cuando el planeta sufre las consecuencias del conflicto armado de Afganistán y de los otros que llegaron después en menos de una década, Irak y Siria, el Club Bilderberg se reunió a principios de junio en Londres, en medio de los habituales lujos y secretos.
La prensa mencionó que iban a discutir sobre la inestabilidad en el mundo de hoy, la crisis económica, los problemas de diversa índole derivados de ella… ¿y cómo intentarían resolver cuestiones tan delicadas? Jugando golf.
Pues sí, los medios dijeron además que los participantes en el cónclave dedicarían la tarde del sábado a jugar golf y las noches a cenas de lujo.
De cualquier manera, Estulin afirmó en la entrevista con RT que la agenda del encuentro era muy diferente de la anunciada y uno de sus puntos era el diseño de tácticas para controlar a Rusia y China, los objetivos siguientes, con vistas a lo cual el primer paso es Irán.
Teherán obviamente es un punto de lanza en el tema de Oriente Medio, opinó, es una potencia regional que tiene muchísimo petróleo (…). El siguiente paso será Rusia y por supuesto Irán es imprescindible para las potencias, apuntó.
El investigador mencionó que otro tema del programa se referiría al control mundial mediante las tecnologías.
Si tú puedes conseguir el control de la tecnología del futuro, señaló, puedes controlar el mundo entero en todas sus manifestaciones porque todo lo que nos rodea es una tecnología en un estado puro; por eso tienes a empresas como Google, Microsoft y Apple siempre presentes en todas estas reuniones.