Pero ingresamos a una nueva era


A lo largo de la historia se han realizado diversas profecías que predicen la destrucción del planeta: desde la Biblia, las famosas profecías de Nostradamus o las interpretaciones de las estelas mayas, en los últimos meses, un pastor-predicador de Nueva York, no sólo formuló el vaticinio, sino incluso, estableció día y hora para este terrible pronóstico: el día 21 de mayo a las 6 de la tarde; mucha gente le creyó y se preparó, y por supuesto, no sucedió nada; la nueva fecha pendiente es el 21 de diciembre de este año, en la que los mayas predijeron un cambio de era, lo que no implica la destrucción del planeta.

Los hechos que sí han cambiado en la faz de la Tierra son aquellos vinculados a las estructuras económicas y políticas, que con el arma de las redes sociales están produciendo fenómenos de gran intensidad, como los sucedidos en los países árabes recientemente. Junto a éstos, el reclamo de los “indignados” de Madrid constituye una nueva actitud para dinamizar el cambio económico y político; no sólo se trata de tomar las plazas, sino de establecer una política activa y pacífica, pues el comportamiento de los jóvenes españoles ha sido ejemplar, sin violencia, sin drogas, sin alcohol y con un respeto absoluto, pero también con una firmeza granítica.

Su lucha es en contra del establishment; contra los partidos políticos, que controlan desde la cúpula los instrumentos del poder; contra los bancos, que a través de los rescates y del agio disfrazado, enriquecen a unos cuantos; contra los monopolios internacionales; contra el desempleo; y a favor de los bienes sociales: salud, educación, seguridad social, redistribución de la riqueza y auténtica participación democrática.

Estos reclamos son válidos en todo el planeta, pues las redes del neoliberalismo han sumido a la humanidad contemporánea en la desigualdad y la pobreza, frente al enriquecimiento absurdo y virtual de quienes manipulan los sistemas financieros y las empresas trasnacionales, de esos que han desvirtuado las funciones del Estado nacional y han construido como único paradigma: el dinero y la riqueza.

La independencia de la India frente al imperio inglés se logró por la acción pacífica y colectiva de la resistencia civil que planteó Gandhi, y que hoy cobra vigencia con un nuevo ingrediente: la comunicación inmediata y eficiente que se realiza a través del Internet, principalmente Twitter y Facebook; no se acabó el mundo, pero está surgiendo una nueva era en la que se va a realizar una lucha pacífica que implica un cambio de valores en la historia universal.

Los postulados de los indignados de la Puerta del Sol van a cruzar todas las fronteras y van a provocar la resistencia de millones y millones de jóvenes, a los que la injusticia del sistema económico les ha cerrado el porvenir.

La única forma de escucharlos y darles la bienvenida a estas voces frescas y valientes será abriendo las compuertas del poder autoritario, y realizando reformas, pero no aquellas que enriquezcan más a los ya multimillonarios, sino aquellas que den cauce a la oportunidad social.

En México, los movimientos cívicos que ha generado la inseguridad pueden ser el principio de esta revolución pacífica, que se verá consolidada a través de reformas constitucionales, que fortalezcan la economía del Estado de bienestar y acoten el poder de las cúpulas.